lunes, 25 de abril de 2011

A pura voluntad, logró el récord de correr 24 horas en una silla de ruedas

INCANSABLE. EL RECORRIDO DE FERRARI COMENZO EL SABADO. SOLO PARO UNA VEZ PARA CAMBIARSE DE ROPA.
Jorge Ferrari es uno de esos habitantes de Buenos Aires que deben esperar horas hasta que llegue un colectivo que pueda llevarlos. Sin embargo, no fue para quejarse sobre cómo lo maltrata la ciudad que decidió establecer la marca de 24 horas corriendo en su silla de ruedas. A sus 64 años lo hizo para difundir información para concientizar sobre la necesidad de prevenir el sida y de erradicar la discriminación hacia quienes lo padecen.
A las 12.30 del sábado, en el barrio de Saavedra de la Capital, Jorge le dio el primer impulso a su silla, recorrió los primeros metros sobre la colectora de la Av. General Paz, tomó la Av. Ricardo Balbín, siguió por la Av. Triunvirato, dobló en la Av. Crisólogo Larralde y desembocó en la colectora. Había dado una vuelta de las más de 60 que daría hasta las 12.30 del domingo, completando más de 300 km.
En todas esas horas, Jorge se detuvo sólo una vez, para cambiarse de ropa. “Estaba empapado de transpiración y la noche era muy fría”, le explicó ayer a la tarde a Clarín , tras su travesía. De a ratos lo acompañaban conocidos, en otros ocasionales motociclistas o ciclistas. Pero en buena parte del periplo eran él y su silla. “En los últimos dos kilómetros pensé que no llegaba, pero lo logré”, cuenta.
Cuando tenía siete años, una poliomielitis tuvo a Jorge tres años en cama, y desde entonces usa una silla de ruedas. Pero fue recién a los 47 años cuando comenzó con las maratones. Fue para transmitirle energía a su hijo, enfermo de sida. “Me hice hacer una silla de carrera y le dije que le iba a regalar un podio, y lo logré, llegué tercero y le hice ver que lo había logrado porque me lo había propuesto”.
Hace diez años ya que su hijo perdió la batalla contra el VIH, y desde entonces Jorge se dedica a difundir información sobre los modos de prevenir la enfermedad. “No todos tienen la posibilidad de cuidarse”, explica. A su marca conseguida ayer la llamó Récord de la Esperanza, No al Sida, No a la Discriminación, Sí a la Educación, y quienes se acercaron a verlo recibieron folletería y preservativos.
Por lo que Jorge averiguó, su marca no fue alcanzada nunca por personas de su edad.
Ahora, planea recorridos por los diferentes barrios de la Capital, con la idea de que cada determinada cantidad de kilómetros que él recorra se haga una donación a comedores u otras entidades de bien público. Y su gran deseo es recorrer toda la Argentina.
Por ahora seguirá vendiendo perfumes o sahumerios por la calle; corriendo alguna maratón en la que (después de pagar una inscripción como todos) podrá aspirar a un premio de bastante menos valor que el de sus colegas que corren sobre dos piernas; y esperando tal vez horas un colectivo que lo lleve a visitar a alguno de sus cinco hijos y once nietos.
clarin.com

5 comentarios:

Anónimo dijo...

NOTICION.De esos que uno espera, que logran conmoverte apleno, expresión de voluntad y amor a la vida, que motiva y da ganas de hacer... como comunicarse con Jorge?
FELICITACIONES!!!

Anónimo dijo...

De acuerdo, con la vida que me gusta.
la convivencia! Sacrificio y amor al prójimo... Un brazo jorge... Gracias por darle sentido a la vida, a ese lado que muchas veces no miramos.
Te admiro con el corazón.

Anónimo dijo...

Realmente queda uno sin muchas palabras cuando algo asi acontece, una persona con tanta fuerza, fisica y espiritual porque hay que tener valor de verdad. Que grande! Muchas Felicitaciònes Señor Jorge Ferrari!

Anónimo dijo...

te siento algo así como mi bandera y mi voz, tengo sida.
sos un gigante.

Anónimo dijo...

Una niña te miraba impresionada, como que no se lo creia, y me pregunto, porque lo hacias?, cuando le respondi la razòn, se quedo un rato pensando y me dijo: Entonces todo se puede lograr si tienes un buen corazòn verdad mami? èl nos esta diciendo que nada es imposible? eso nos quiere decir?... y si, juztamente creo que es lo que quiere decirnos le respondi. Esa niña le manda Feliciones, èlla aprendio algo de vos. Algo muy importante.