El que viva en Francia y quiera hacerse un tratamiento contra la celulitis, bajar los rollos abdominales o eliminar la grasa localizada en cualquier lugar del cuerpo, indefectiblemente deberá pasar por el quirófano. Una disposición del gobierno francés prohibió la utilización de numerosas técnicas estéticas no invasivas por considerarlas peligrosas para la salud.
Pero si la opción es evitar la cirugía, se deberá buscar esos tratamientos en otros países, como la Argentina, donde no sólo no están prohibidos, sino que su demanda aumenta año tras año, principalmente entre las mujeres.
La medida adoptada por el gobierno de Nicolas Sarkozy, que no tiene antecedentes, entró en vigor mediante un decreto. El gobierno contaba con informes del Ministerio de Trabajo, Empleo y la Sanidad sobre los efectos adversos de esas técnicas, por lo que directamente las prohibió.
Se trata de mecanismos no quirúrgicos para tratar la adiposidad, entre ellos, las inyecciones de soluciones hipoosmolares, productos lipolíticos (fosfatidilcolina
deoxicolato de sodio), la mesoterapia, la carboxiterapia y las lipólisis con láser, sin aspiración.
La medida extrema se basa en un informe que elaboró en 2009 la Alta Autoridad Sanitaria francesa, que recoge 23 casos que sufrieron complicaciones graves tras someterse a terapias no quirúrgicas. Entre otras de las afecciones padecidas por los pacientes denunciantes figuran necrosis cutánea, hematomas, lesiones subcutáneas y trombosis. Además, en diez de esas intervenciones fue necesaria una cirugía posterior.
La medida provoca revuelo en Francia, donde más de 100.000 personas recurren a estos tratamientos. Los médicos que realizan las técnicas no invasivas denunciaron que la resolución se debe a un aceitado lobby por parte de los cirujanos plásticos de aquel país.
Consultados por LA NACION, cirujanos plásticos y médicos dermatólogos argentinos coincidieron en que la medida les resulta desacertada y, en algunos casos, hasta la tildaron de "absurda" y que persigue fines económicos o políticos, pero que carece de fundamentos científicos.
"No hay ningún estudio internacional que compruebe lo que dice esta medida", dijo a LA NACION el cirujano plástico Juan Carlos Seiler, secretario para la Argentina de la International Society of Aesthetic Plastic Surgery. Y sentenció: "Detrás de esto hay guerras comerciales".
"Acá los médicos estéticos y los cirujanos plásticos nos llevamos bastante bien. Cada uno sabe lo que puede hacer y lo que no está a su alcance", dijo Seiler.
"Me guío por las aprobaciones internacionales, como las de la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos y de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología argentina (Anmat). Ambas han aprobado estos tratamientos. Para llegar a esa aprobación pasan varios años", fue la respuesta del cirujano plástico y miembro de la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires, Raúl Banegas.
"Me parece poco serio lo de Francia, más aún cuando ellos son los reyes de la mesoterapia, ya que uno de los primeros en aplicarla fue un francés. Pueden prohibir una droga si tienen dudas, pero no todas", agregó Banegas.
El dermatólogo Mario Fuks, director del centro de estética M&D, se pronunció en el mismo sentido. Dijo que el decreto francés está "equivocado. Los tratamientos -opinó- han ganado espacio a nivel mundial y se hacen con tecnología de alta gama, que también está aprobada por la Unión Europea (UE). En Francia -especuló- debe haber algún lobby para que la gente se haga cirugía plástica y no tratamientos no invasivos".
"Los cirujanos están preocupados porque antes sólo existía lo quirúrgico, pero la tecnología lo reemplazó. Lo único que les queda, que sólo se puede hacer con cirugía, son los implantes mamarios", opinó Fuks.
Cirujanos y médicos estéticos
"En Francia hay una batalla entre los cirujanos y los médicos estéticos. Allá son muy fuertes los cirujanos", dijo el presidente de la Asociación Argentina de Medicina y Cirugía Cosmética, Guillermo Blugerman, quien consideró que hay allí "un problema político y con un trasfondo comercial".
"En la Argentina, la mayoría de los que realizan estas técnicas son médicos que se formaron muy bien", opinó Blugerman, y explicó: "En la Argentina se controla mucho y los resultados son muy buenos".
"El mensaje que debe quedar claro es que no hay ningún peligro en estos procedimientos. No hay nada científicamente comprobado", dijo Seiler.
"La tendencia mundial va hacia lo no quirúrgico. Yo soy cirujano plástico y soy referente internacional en Botox", aseguró Banegas.
"Las complicaciones con estas técnicas no invasivas son muy pocas. En mis 30 años como dermatólogo no registro esos problemas graves de los que se habla en Francia", dijo Fuks, y aseguró: "Los tratamientos no invasivos tienen condiciones de seguridad máxima para el paciente".
En la Argentina, no sólo ha crecido la cantidad de tratamientos estéticos no invasivos, sino que los pacientes se los realizan cada vez a más temprana edad. Tal como anticipó LA NACION en su edición del lunes pasado, la edad mínima de comienzo de esas terapias se redujo de los 15 a los 12 años y la promedio bajó de 39 a 27 años en el último lustro.
EN VOZ ALTA
"No hay ningún estudio internacional que compruebe lo que dice esta medida". JUAN CARLOS SELLER. Cirujano Plástico
"Me parece poco serio lo de Francia, más aún cuando ellos son los reyes de la mesoterapia". RAÚL BANEGAS. Cirujano Plástico
"Los tratamientos ganaron espacio en el mundo y se hacen con tecnología de alta gama". MARIO FUKS. Dermatólogo, director de M&D
"En Francia hay un problema político con un trasfondo comercial". GUILLERMO BLUGERMAN. Directivo de cirugía cosmética
lanacion.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario