lunes, 18 de abril de 2011

5 personajes que habitan todos los gimnasios ¿con cuál te identificás?

 
El fierrero

No hay gimnasio sin algún fierrero. Es ese que no se destaca más que por que su físico parece esculpido y por su tamaño desmedido. Se distingue a la legua entre todos los que suelen concurrir al gimnasio sólo para bajar la panza.
Se conoce a todo el staff del gimnasio (claramente, para tener ese físico tiene que pasar todo el día ahí adentro) y se mueve entre las máquinas que más esfuerzo demandan.
Trabaja: bíceps, tríceps, trapecios y piernas
Nunca usa: las clases de tae bo, lambada o fitness ni la bicicleta
El/La que va de levante

Descubrirlas a ellas es fácil. Ellos tal vez pasan más desapercibidos, aunque el punto en común es que nunca hacen ningún ejercicio que demande mucho esfuerzo. Él va con el conjunto deportivo de marca completo; si es con colores fluorescente mejor. Ella también tiene los últimos modelos de la moda gym y aprovecha el vestuario sólo para ir al baño o maquillarse. Ninguno de los dos hace nada que ponga en juego su pose ni su aspecto.
Trabaja: con la bicicleta o la cinta, tal vez el escalador o mancuernas
Nunca usa: ninguna barra, ni aparato que los ponga en una posición incómoda o absurda.
El que transpira

Todo gimnasio, para ser tal, debe tener uno. Son aquellos que por cuestiones fisiológicas tienden a sudar más que el común de las personas y, por ende, llamar la atención de los que los rodean. Su compromiso sincero con la actividad física les juega una mala pasada frente a los demás, que prefieren mantener distancia. Se distingue fácilmente por el tamaño de las aureolas debajo de los brazos o en el pecho.
Trabaja: en realidad usa todas las máquinas que requieren contacto con el cuerpo, donde desparrama sudor
Nunca usa: las mancuernas, las barras o la cinta.
El que relojea todo

Como en todo ámbito donde se reúne un puñado de personas, siempre podemos encontrar el que está atento a todo. Nadie sabe muy bien porqué ni para qué, pero siempre que te das vuelta está mirando qué estás haciendo. Pasan desapercibidos. No se los distingue a primera vista, pero su presencia nos pone la presión de estar siendo observados, y todos sabemos que así estamos más expuestos al ridículo.
Trabaja: realiza cualquier ejercicio que le permita estar atento a todo lo que pasa
Nunca usa: las bicicletas ni las cintas (porque ahora las ponen frente a una pantalla de TV)
El que no dura más de un mes

A este se lo ve desde una legua antes de entrar al gimnasio (incluso él mismo, en su intimidad sabe que en cualquier momento larga). Con cara de duda paga la membresía, y tiene un equipo viejo pero en excelente estado (casi sin usar). Se mueve por el gimnasio como si lo conociera de toda la vida, pero nunca pasó más de un mes seguido.
Se lo reconoce porque aparece por los gimnasios a principios de año (para cumplir la promesa que hizo en el brindis de año nuevo) y a mediados de septiembre, cuando comienza el calor y hay que sacarse la remera para jugar al fútbol los fines de semana.
Trabaja: hace la rutina de cualquier principiante. Livianito para no estar adolorido al día siguiente
Nunca usa: la membresía por más de un mes seguido, aunque paga la cuota durante todo el año.
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