sábado, 2 de mayo de 2009

Psiquiatras, víctimas del estrés laboral-XXV Congreso Argentino de Psiquiatría


Darío Palavecino
Corresponsal en Mar del Plata
MAR DEL PLATA.- El trabajo es salud. ¿Cuánto habrá de verdad y cuánto de mito en esta vieja frase? Para buena parte de los psiquiatras, el desgaste que implica el ejercicio cotidiano de la profesión desmorona aquella aseveración.
Según estudios realizados en los últimos años, más de la mitad presenta extenuación emocional, desapego del paciente, insatisfacción y bajo rendimiento laboral, síntomas principales del llamado burnout o síndrome del quemado.
Pero en estos días que corren, con crisis económica y financiera internacional, servicios de salud en problemas y mayor demanda de consultas, los porcentajes ya se anticipan superiores en una nueva encuesta sobre el tema que se puso en marcha durante el desarrollo del XXV Congreso Argentino de Psiquiatría, que se realizó la semana pasada en el Sheraton Mar del Plata Hotel.
"No todos los problemas mentales tienen sus raíces allá lejos y hace tiempo", advierte la psiquiatra y psicóloga Elsa Wolfberg, especialista en burnout. Recuerda que la psicología postula que los padecimientos mentales nacen en los primeros años de la vida en función de los vínculos familiares.
"Por mejor tránsito de aquellos días de niñez y adolescencia, ciertas condiciones adversas o disfuncionales laborales generan nuevas patologías", dice a LA NACION, y ratifica: "El trabajo puede ser una fuente de enfermedad".
El psicólogo Herbert Freudenberger fue quien definió como burnout al desgaste o sobrecarga que enfrentaban sus colegas y psiquiatras. Wolfberg lo plantea como un cuadro de estrés crónico generado en el contacto frecuente con personas sufrientes o dependientes con consecuencias diversas para el profesional. "Ante ello, come más, fuma más o se medica más como modo de alivio", explicó.
La especialista, a cargo del capítulo de psiquiatría preventiva de la Asociación de Psiquiatría Argentina, resaltó la inquietud que existe por el malestar y la falta de condiciones de trabajo en el sector, semillas para que brote el burnout. "Tenemos colegas que se infartan o padecen cáncer en una media por encima de la población", dijo. También mencionó casos de invalidez. Y otros todavía peores. La Argentina no tiene estadísticas sobre el tema, pero destacó que, en Inglaterra, por ejemplo, los profesionales de la salud tienen una tasa de suicidio dos veces más alta que el común de la población. En el caso de las médicas es tres veces superior. Y dijo que esa tasa "es aún mayor entre los psiquiatras".
Un trabajo realizado mediante el portal Intramed y presentado en este congreso sostiene que sobre 6150 profesionales de la salud encuestados, el 36,3% tiene la percepción de "estar quemado" o alcanzado por burnout relacionado con el cansancio emocional.

Víctimas de la agresión
En las últimas décadas, según explica Wolfberg, se estudiaron los estresores laborales y se creó una psicopatología del trabajo. El consultorio suele ser un ámbito en el que el profesional es víctima de hostilidad, sobrecarga, devaluación o descalificación de su labor. Rescató una encuesta elaborada por Intramed entre 30.000 profesionales de la Salud de América latina que confirma que el 50% de los consultados sufrió agresión física o verbal por parte de sus pacientes o familiares de estos.
A esto se le suma el entorno laboral. La especialista plantea que muchas veces los psiquiatras atienden en los hospitales dónde y cómo se puede. "Me ha tocado en un pasillo y hasta en una morgue", dijo. Y confirma que, para cumplir con la tarea, el profesional debe crear una "campana virtual" para llevar adelante esa sesión. "Esto -dice- erosiona el bienestar del profesional."
Califica de "frustrantes" estas condiciones para el ejercicio de la medicina, a los que se suman problemas de empatía, disconformidad con ingresos económicos, presiones por la responsabilidad profesional y los riesgos de la mala praxis entre estas esquirlas que mellan al psiquiatra.
Los jóvenes se "gastan" más rápido que los experimentados, a los que se reconoce más "blindados", según la definición de Wolfberg.
Una investigación personal que encargó un servicio de salud del país le dejó resultados alarmantes. En uno de ellos, el 100% de los médicos padecía burnout.
Hay un atajo para eludir esta patología y parece que es la prevención. En la Capital Federal, por ejemplo, ya existe una ley contra el desgaste profesional. A la par, el ABC de las recomendaciones sugiere cuidado de la salud, espacios de diálogo grupales en el lugar del trabajo, reconocer padecimientos, espíritu de cooperación por encima del de competencia y dar reconocimiento a sus pares.
"Ejercer la profesión no tiene por qué dejar de ser algo placentero", insiste Wolfberg. Y vuelve a la carga contra aquella afirmación que parece tener más de mito que de verdad: "Sin condiciones -sentencia-, el trabajo no es salud".
lanacion.com

1 comentario:

Empresa-de-Exito dijo...

El estrés laboral puede llevar a errores con consecuencias graves.

Este es un problema que hemos de resolver como sea.

Un saludo,

Dennis