jueves, 7 de mayo de 2009

Los divorcios más resonantes del mundo político


Por Ricardo Quesada
De la Redacción de lanacion.com
rquesada@lanacion.com.ar
La escandalosa batalla desatada por la separación del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, y su mujer, Veronica Lario, pareciera ser una muestra más de las difíciles relaciones matrimonales en el seno del poder.
La separación
del Cavaliere ya tiene ribetes de escándalo e incluyó en las últimas horas un pedido del primer ministro italiano de que su esposa se disculpe públicamente por dar publicidad a un hecho de la vida privada.
Uno de los antecedentes más cercanos es el del presidente francés, Nicolas Sarkozy, y su ex mujer Cécilia Ciganer, tras una turbulenta relación que había incluido una separación y posterior reconciliación.
Sarkozy, que había hecho de su vida privada una bandera política, tuvo que soportar la primera separación en mayo de 2005. Durante la breve impasse en la que había entrado la relación se publicaron fotos de Cécilia y Richard Attias, su nueva pareja, mientras paseaban por Nueva York. Pero
pocos meses después, en enero de 2006, llegó el reencuentro .
La pareja vivió toda la campaña electoral unida, pero al poco tiempo de que Sarkozy alcanzara la presidencia francesa,
llegó el alejamiento definitivo, en octubre de 2007. Por ese entonces, se supo que Cécilia Sarkozy no había ido a votar por su marido en la segunda vuelta electoral.
Tampoco le fue muy bien en las lides del amor a quien fue su rival política en esas elecciones, Ségolène Royal.
En pareja durante 30 años con el jefe del socialismo francés, François Hollande, Royal confesó poco después de terminada la campaña que aunque nunca había creído ser "ni Juana de Arco ni la Virgen María", sintió el peso de ser mujer durante la contienda a la presidencia.
De hecho,
la ruptura fue anunciada el 17 de junio de 2007, el mismísimo día en que se celebraba la segunda vuelta, en la que perdió frente a Sarkozy.
Pocos días después de la derrota, salió publicado La femme fatale en la que Royal reconocía los conflictos con su pareja, que según indicaba la prensa habían comenzado cuando Hollande conoció a una periodista identificada como Valérie.
Divorcio bolivariano. Más cercano en la distancia es el escándalo que vivió el presidente venezolano, Hugo Chávez, durante la separación de María Isabel Rodríguez, cuando el líder bolivariano acudió a los tribunales porque su ex no le permitía ver a la hija de ambos, Rosinés.
Marisabel Rodríguez pasó entonces de ser primera dama a una férrea opositora a Chávez y unas de las abanderadas del no durante el referéndum de 2007, con el que el presidente venezolano intentó reformar la constitución.
Otro que sufrió más de un dolor de cabeza a raíz de su separación fue el líder de la lucha contra el Apartheid y ex presidente sudafricano Nelson Mandela.
Tras un matrimonio de 38 años y una lucha contra el régimen racista sudafricano con su esposa Winnie, Mandela obtuvo el divorcio.
En los tribunales, se ventiló que Winnie Mandela había mantenido un romance con uno de sus guardaespaldas en la que constituía una de sus "escandalosas infidelidades". Además, su esposa, según el líder sudafricano, llevaba un estilo de vida "extravagante".
Tras su separación, Winnie Mandela fue condenada bajo los cargos de haber autorizado asesinatos, permitir que su casa fuera utilizada como centro de torturas y por varios cargos de corrupción.

Ya en el ámbito local, es memorables el divorcio protagonizado por el ex presidente Carlos Menem y su primera esposa.
Casado con Zulema Yoma durante 25 años, el matrimonio derivó en escándalo cuando la aún primera dama decidió atrincherarse en la quinta de Olivos y prohibirle el acceso a su marido.
Frente a esta situación, Menem se vio obligado a recurrir a la Casa Militar para desalojar la residencia oficial.

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