Nora Bär
LA NACION
Se dice que el uso del chupete fue documentado hace ya nada menos que 21 siglos. Seguramente desde entonces debe persistir la encendida controversia que enfrenta a defensores y detractores en torno a sus presuntos perjuicios y beneficios.
Precisamente, una de las críticas que suelen hacérsele a este adminículo (cuyo sugerente nombre en inglés es pacifier) radica en que interferiría con la lactancia materna, una práctica que le otorga al bebe algo así como un "seguro de salud".
Sin embargo, un estudio de investigadores argentinos que acaba de ser publicado en la edición electrónica del Journal of Pediatrics lo refuta: según la investigación realizada en casi mil casos provenientes de hospitales públicos y privados, los bebes de madres comprometidas con el amamantamiento no muestran diferencias en la lactancia, utilicen o no el chupete.
"Este estudio surgió porque, mientras hay grupos que aconsejan no ofrecer el chupete a los bebes porque disminuye las probabilidades de instalar la lactancia, existen trabajos que indican que su uso reduce a la mitad el riesgo de muerte súbita del lactante -afirma el doctor Alejandro Jenik, investigador de la Unidad de Neonatología del Hospital Italiano y primer autor del trabajo-. Se cree que es porque estimula los músculos de la boca y permite crear una corriente de aire alrededor que evita que los chicos respiren anhídrido carbónico."
Se sabe, desde hace mucho, que una alta prevalencia y duración de la lactancia materna exclusiva o parcial disminuye la mortalidad y el riesgo de morbilidad, especialmente por gastroenterocolitis y enfermedades respiratorias en lactantes y niños de todas las clases sociales, en países industrializados y en vías de desarrollo, según subraya el trabajo, que también firman Néstor Vain, Adriana Gorestein y Noemí Jacobi.
Por otro lado, algunos estudios observacionales parecían indicar que el uso del chupete duplicaba el riesgo de abandono precoz de la lactancia.
Los especialistas decidieron, entonces, probar la hipótesis contraria: que el uso del chupete no dificulta el normal desarrollo de este hábito tan beneficioso para el bebe.
Se preguntaron si la recomendación de usar chupete luego de que la lactancia está afianzada modifica el éxito en madres con firme decisión de amamantar. Y formularon la respuesta a través de un estudio controlado y aleatorizado; es decir, que las madres y bebes a los que se les indicara utilizar o no chupete fueran elegidos al azar.
Para evitar confundir al bebe, en el trabajo de Jenik y colegas las madres sólo ingresaban en el protocolo de investigación quince días después del parto. "Verificábamos que los chiquitos hubieran recuperado el peso de nacimiento, que es un indicador de que la lactancia está bien establecida, antes de señalar el uso del chupete", explica Jenik.
"Participaron 1022 binomios, de los cuales 528 fueron asignados al grupo «chupete» y 494 al «no chupete» -detalla-. Ambos fueron comparables en cuanto al peso de nacimiento, frecuencia de cesáreas, edad e instrucción materna, etc. Cinco hospitales formaron parte del estudio, tres del ámbito privado y dos del hospitalario, y de ellos, tres están acreditados como «hospitales amigos de la madre y el niño». La conclusión fue que, si consideramos la lactancia exclusiva y la no exclusiva, al mes amamantaban a la totalidad de los niños; a los dos meses, el 99,89%, y a los tres meses cumplidos, el 99,09%."
Las discusiones acerca de la conveniencia o inconveniencia del uso del chupete vienen de lejos. Ya hace dos años, el doctor José Luis Díaz Roselló, del Centro Latinoamericano de Perinatología (CLAP), había manifestado en un artículo de la Sociedad Argentina de Pediatría que no tenía sentido prohibir el chupete. Otros especialistas, como los odontólogos pediátricos, subrayan que hay que cuidar que su uso no se prolongue hasta los tres o cuatro años para evitar deformaciones del arco dentario infantil o, si se les ofrece con alimentos dulces como el azúcar, la miel o la mermelada, la aparición de caries.
Para el doctor Manuel Rocca Rivarola, jefe de Pediatría del Hospital Universitario Austral, "el trabajo es un buen primer estudio que abre un camino por recorrer".
"Aunque no sé si las conclusiones son válidas para todo el país, tomadas todas las prevenciones, uno puede utilizar el chupete -agrega-. Pero en cuanto a la muerte súbita, no olvidemos que falta mucho por hacer en el país para la prevención: más importante que el chupete es que las madres eviten el cigarrillo durante el embarazo y que los bebes duerman boca arriba. En la Argentina, sólo un 40 o un 50% de los chicos duermen en esa posición, un 10% de las madres fuman y un 1% fuman más de 20 cigarrillos diarios. El chupete, si el bebe lo usa de noche, es como un cinturón de seguridad."
Por su parte, Daniel Saint Genez, coincide en que el uso del chupete tuvo muchas idas y venidas, pero aclara que en su experiencia no interfiere con el amamantamiento.
"Cuando les damos la charla del alta, no hay madre que no nos pregunte por el chupete -dice-. Y nosotros les aconsejamos que traten de evitarlo durante el primer tiempo para evitar que los bebes se confundan, porque el patrón de succión es diferente. Y siempre les subrayamos que no sirve para calmar al bebe cuando tiene hambre. La lactancia durante los dos primeros meses debe ser «a libre demanda». Ahora, si el chiquito es muy ansioso y está chupándose las manos o el dedo, el chupete lo calma y no interfiere con la lactancia. Sí les sugerimos que cuando se va a la cama no esté con la cadenita, para evitar accidentes o sofocación."
Los especialistas aconsejan que los bebes utilicen el chupete sólo durante la siesta y a la noche, y que empiecen a dejarlo al año. El límite máximo permitido para ese "consuelo" son los dos años.
Se dice que el uso del chupete fue documentado hace ya nada menos que 21 siglos. Seguramente desde entonces debe persistir la encendida controversia que enfrenta a defensores y detractores en torno a sus presuntos perjuicios y beneficios.
Precisamente, una de las críticas que suelen hacérsele a este adminículo (cuyo sugerente nombre en inglés es pacifier) radica en que interferiría con la lactancia materna, una práctica que le otorga al bebe algo así como un "seguro de salud".
Sin embargo, un estudio de investigadores argentinos que acaba de ser publicado en la edición electrónica del Journal of Pediatrics lo refuta: según la investigación realizada en casi mil casos provenientes de hospitales públicos y privados, los bebes de madres comprometidas con el amamantamiento no muestran diferencias en la lactancia, utilicen o no el chupete.
"Este estudio surgió porque, mientras hay grupos que aconsejan no ofrecer el chupete a los bebes porque disminuye las probabilidades de instalar la lactancia, existen trabajos que indican que su uso reduce a la mitad el riesgo de muerte súbita del lactante -afirma el doctor Alejandro Jenik, investigador de la Unidad de Neonatología del Hospital Italiano y primer autor del trabajo-. Se cree que es porque estimula los músculos de la boca y permite crear una corriente de aire alrededor que evita que los chicos respiren anhídrido carbónico."
Se sabe, desde hace mucho, que una alta prevalencia y duración de la lactancia materna exclusiva o parcial disminuye la mortalidad y el riesgo de morbilidad, especialmente por gastroenterocolitis y enfermedades respiratorias en lactantes y niños de todas las clases sociales, en países industrializados y en vías de desarrollo, según subraya el trabajo, que también firman Néstor Vain, Adriana Gorestein y Noemí Jacobi.
Por otro lado, algunos estudios observacionales parecían indicar que el uso del chupete duplicaba el riesgo de abandono precoz de la lactancia.
Los especialistas decidieron, entonces, probar la hipótesis contraria: que el uso del chupete no dificulta el normal desarrollo de este hábito tan beneficioso para el bebe.
Se preguntaron si la recomendación de usar chupete luego de que la lactancia está afianzada modifica el éxito en madres con firme decisión de amamantar. Y formularon la respuesta a través de un estudio controlado y aleatorizado; es decir, que las madres y bebes a los que se les indicara utilizar o no chupete fueran elegidos al azar.
Para evitar confundir al bebe, en el trabajo de Jenik y colegas las madres sólo ingresaban en el protocolo de investigación quince días después del parto. "Verificábamos que los chiquitos hubieran recuperado el peso de nacimiento, que es un indicador de que la lactancia está bien establecida, antes de señalar el uso del chupete", explica Jenik.
"Participaron 1022 binomios, de los cuales 528 fueron asignados al grupo «chupete» y 494 al «no chupete» -detalla-. Ambos fueron comparables en cuanto al peso de nacimiento, frecuencia de cesáreas, edad e instrucción materna, etc. Cinco hospitales formaron parte del estudio, tres del ámbito privado y dos del hospitalario, y de ellos, tres están acreditados como «hospitales amigos de la madre y el niño». La conclusión fue que, si consideramos la lactancia exclusiva y la no exclusiva, al mes amamantaban a la totalidad de los niños; a los dos meses, el 99,89%, y a los tres meses cumplidos, el 99,09%."
Las discusiones acerca de la conveniencia o inconveniencia del uso del chupete vienen de lejos. Ya hace dos años, el doctor José Luis Díaz Roselló, del Centro Latinoamericano de Perinatología (CLAP), había manifestado en un artículo de la Sociedad Argentina de Pediatría que no tenía sentido prohibir el chupete. Otros especialistas, como los odontólogos pediátricos, subrayan que hay que cuidar que su uso no se prolongue hasta los tres o cuatro años para evitar deformaciones del arco dentario infantil o, si se les ofrece con alimentos dulces como el azúcar, la miel o la mermelada, la aparición de caries.
Para el doctor Manuel Rocca Rivarola, jefe de Pediatría del Hospital Universitario Austral, "el trabajo es un buen primer estudio que abre un camino por recorrer".
"Aunque no sé si las conclusiones son válidas para todo el país, tomadas todas las prevenciones, uno puede utilizar el chupete -agrega-. Pero en cuanto a la muerte súbita, no olvidemos que falta mucho por hacer en el país para la prevención: más importante que el chupete es que las madres eviten el cigarrillo durante el embarazo y que los bebes duerman boca arriba. En la Argentina, sólo un 40 o un 50% de los chicos duermen en esa posición, un 10% de las madres fuman y un 1% fuman más de 20 cigarrillos diarios. El chupete, si el bebe lo usa de noche, es como un cinturón de seguridad."
Por su parte, Daniel Saint Genez, coincide en que el uso del chupete tuvo muchas idas y venidas, pero aclara que en su experiencia no interfiere con el amamantamiento.
"Cuando les damos la charla del alta, no hay madre que no nos pregunte por el chupete -dice-. Y nosotros les aconsejamos que traten de evitarlo durante el primer tiempo para evitar que los bebes se confundan, porque el patrón de succión es diferente. Y siempre les subrayamos que no sirve para calmar al bebe cuando tiene hambre. La lactancia durante los dos primeros meses debe ser «a libre demanda». Ahora, si el chiquito es muy ansioso y está chupándose las manos o el dedo, el chupete lo calma y no interfiere con la lactancia. Sí les sugerimos que cuando se va a la cama no esté con la cadenita, para evitar accidentes o sofocación."
Los especialistas aconsejan que los bebes utilicen el chupete sólo durante la siesta y a la noche, y que empiecen a dejarlo al año. El límite máximo permitido para ese "consuelo" son los dos años.
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