Vivimos en la era de los mails, los SMS y Wikipedia. Pero la riojana Graciela Nieto Ortiz (1942) es una apasionada coleccionista de estampillas y encontró un modo originalísimo de invitar a un público más amplio a aprovechar ese patrimonio cultural.
Mañana a las 20 presentará en la Feria del Libro, Sala Alfonsina Storni, el primer libro en Argentina que cuenta una síntesis de la historia del país desde 1856 hasta 2000 a través de sus sellos postales.
La obra se titula Mariposas de papel. Argentina a través de sus sellos postales. El nombre está inspirado en los versos de “La canción del correo”, de María Elena Walsh: “Veo, veo, veo / vuelan estampillas por el correo. / Mariposas son/ que de noche duermen en el buzón”.
Cuenta con más de 760 páginas en blanco y negro publicadas por Nexo Editorial. Reproduce imágenes de las estampillas por orden cronológico, acompañadas por un breve comentario sobre el contexto histórico en el que se creó cada una, su contenido, su creador o sus características más singulares. Nieto, maestra, directora de Cultura del municipio de la capital riojana entre 1991 y 1995 y tejedora de tapices con varias exposiciones a cuestas, contó a Crítica de la Argentina que dedicó cinco años a investigar “el porqué de la publicación de 2.395 sellos postales en el país”.
El principal objetivo de semejante empresa fue en principio “reavivar” la filatelia, sobre todo entre niños y adolescentes. –Es una actividad apasionante. Pero más allá del interés o la pasión personal, los sellos permiten aprender sobre muchos temas: arte, deporte, flora y fauna o las costumbres, entre otros.
Por otra parte, piden clasificación y ordenamiento y creo que eso implica un nivel de intervención, de participación intelectual más alto que mirar televisión, por ejemplo.
Nieto sabe de lo que habla. Colecciona sellos postales desde los doce años.
–Mi papá, Juan José, que era contador en la Inspección General de Escuelas, me llevaba a casa todas las cartas que podía de las que llegaban a su oficina. Me deslumbraban las ilustraciones de las estampillas y la historia que se podía aprender a través de ellas. Así que empecé a pedir cartas a toda la familia. Después empecé a comprar, incluso en viajes.
Guardó cada nueva pieza en una gran caja durante décadas. Estudió, se casó, tuvo cuatro hijos, los crió, trabajó y recién cuando se jubiló se decidió a hacer algo más con ellas.
–Tenía aproximadamente cinco mil estampillas universales, no sólo de Argentina, porque siempre me preocupé de no quedarme sin material para jugar. Cuando empecé a investigar, se convirtieron en fuentes de nuevos descubrimientos y traté de subrayarlos en el libro. Por ejemplo, en 1948 se imprimió aquí un sello sobre el Día de Seguridad en el Tránsito. Fue consecuencia de un decreto que se hizo ley en el 49 y que apareció tres años después de que se cambiara el volante de derecha a izquierda, de que se abandonara la tradición inglesa. Ésa fue la primera estampilla de educación vial en todo el mundo.
La autora agregó que el libro puede funcionar como material de consulta para alumnos y docentes.
“Antes de editarlo, mis nietos me llamaban para resolver la tarea como si fuera el libro gordo de Petete”. Pero también representa un acervo de documentos, a veces, únicos.
–En La Rioja, vive el bisnieto de José Manuel Estrada, el arquitecto Javier Estrada. Le pidieron un retrato de su bisabuelo para una biblioteca. Él no tenía ninguno. Me consultó, teníamos la estampilla con una imagen, y pudo crear una reproducción fantástica.
Nieto dice que tal vez, desde afuera, la filatelia parece difícil de desarrollar. “Es cierto que hay sellos que sólo puede comprar la reina de Inglaterra. Pero en Argentina también se pueden adquirir todos los editados en un año por 60 o 70 pesos. Para eso, la actividad te tiene que apasionar. Pero para que esa magia suceda primero hay que conocerla”.
Las actividades para hoy
RECOMENDAMOS
Presentación del libro Obra poética completa 1959-1977, de Roberto Jorge Santoro. Invitados: Paula y Dolores Santoro, Vicente Zito Lema, Raúl Rizzo, Lorenzo Quinteros, Rodolfo Matarollo, entre otros.
A las 16.30 en la Sala Leopoldo Lugones (Pabellón Ocre).Y además:–Presentación del libro La región más transparente, de Carlos Fuentes. Sala Victoria Ocampo.
A las 20.–Libros y fútbol: amores universales. Participan: Roberto Perfumo, Horacio Pagani y Diego Valery, entre otros. Sala Juana Manuela Gorriti.
A las 20.30.–Cien años de Juan Carlos Onetti. Participan: Carlos María Domínguez, Omar Prego y Hermenegildo Sábat. Sala María Esther de Miguel.
A las 18.30.Firman hoy Valeria Cis, Gabriela Chioca, Norma Huidobro y Andrés Cascioli, entre otros.
OPINIÓN
Los preguntones de siempre
Lisandro Farías
Usted los reconocerá porque apenas empieza una conferencia pelean a los codazos por la mejor silla. Van llenos de afiches de promoción y usted todavía no imagina lo que harán. Usted, de hecho, mira con respeto a ese abuelito de mechón blanco o a ese universitario de espinilla en la frente que transpira escuchando la mesa redonda. Le parecen personas sutilmente perturbadas, pero gentiles. Es casi al finalizar la conferencia que esta especie se transformará. Apenas el moderador cede la palabra al auditorio, los preguntones cobran vida. Si bien son seres inofensivos, tenga cuidado. No les hable. Son seres que ignoran la síntesis. Cuando toman el micrófono, intentan apoderarse de la charla. Son delincuentes de la retórica que por cinco minutos, tras un análisis personal, no preguntan nada.
Parten con elegancia: “Hola, mi nombre es Gerardo. Fui amigo personal de Jorge Luis, a quien quise mucho”. Y ahí empiezan: “Venía caminando por Sarmiento, pensando en los vasos comunicantes de la literatura y...”. No pararán. Usted no se puede confiar. Nunca los mire en esos momentos. Si les lanza una mirada de pánico, ellos le querrán hablar. Lo perseguirán, lo querrán acorralar con un último pensamiento. Eso sí, no les haga daño. Al terminar la conferencia, vuelven a su anonimato, a ser simples abuelos o grises estudiantes.
criticadigital.com
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