BRIAN WEISS: Es el gurú de los famosos, cree en vidas pasadas y asegura que viaja en el tiempo

El cristianismo les promete a los pobres un futuro sin privaciones en el reino de los cielos. El éxito de Brian Weiss radica en un principio diametralmente opuesto: vendió 15 millones de libros asegurándoles a ricos y famosos un pasado plagado de pobreza y sufrimiento. A Bernardo Neustad le dijo que había sido esclavo; Sylvester Stallone cree que fue un mono y Ricky Martín está convencido de que su alma –hace muchos, muchos años– pasó privaciones en Egipto.
Weiss pasó por la Feria del Libro de Buenos Aires y dictó un taller vivencial para 1200 personas en el Sheraton. Es psiquiatra y se graduó en Yale, donde asistió a los seminarios de Anna Freud, hija del padre del psicoanálisis. Como Sigmund, incurrió en la hipnosis, pero dice haber llegado mucho más allá del inconsciente. Cree en la reencarnación y recorre el mundo promoviendo su método terapéutico de regresión a vidas pasadas. Además, jura haber visto el futuro. Era jefe de psiquiatría del Hospital Mount Sinaí de Miami cuando una de sus pacientes, Catherine, comenzó a tener recuerdos de más de cuatro mil años de antigüedad.
—Otro médico probablemente le hubiese diagnósticado psicosis. ¿Por qué usted no?
—La conocía muy bien clínicamente y sabía que no era psicótica. Además, sus síntomas empezaron a desaparecer cuando empezó a recordar vidas anteriores. Tampoco creía en psíquicos ni mediums hasta que ella empezó a transmitir mensajes de los muertos. Sabía cosas sobre mi padre y un hijo mío, que habían fallecido antes de que empezara a atenderla.
—El amor es un tema central en sus libros. ¿Qué tiene que ver con la reencarnación?
—Reencarnamos para aprender sobre el amor incondicional. Todas sus formas, como la compasión, la paciencia y la caridad, son las razones por las que volvemos a esta escuela que es la vida, a seguir aprendiendo. Los pacientes, cuando recuerdan sus vidas recientes, siempre dicen que volvieron por el amor.
—¿Cómo define su método: una religión, una ideología, una ciencia?
—Creo que es una ciencia, tengo miles de casos de prueba en el consultorio. Pero está también en muchas religiones, especialmente las orientales.
El prefiere que le digan doctor, pero sus seguidores lo llaman “gurú”. Entre sus fans locales se cuentan Araceli González, Susana Giménez y Carlos Menem, que recibió su visita cuando estaba preso en Don Torcuato. Weiss dice que en realidad lo invitó Cecilia Bolocco.
Explica las ventajas de su método con ejemplos: una contractura puede ser causa de una tortura sufrida en la Edad Media y el asma de una paciente resultó ser por haber muerto asfixiada en una vida anterior.
De las suyas, Weiss recuerda doce. En esta está casado hace más de cuarenta años y tiene dos hijos.
—¿Los encontró en sus regresiones?
—Ya había conocido a mi hijo, en el antiguo Egipto.
—¿Cómo es su nombre?
—¿En esta vida?
—...
—Jordan. Fuimos primos, él era gobernador de una provincia y yo sacerdote. Con mi hija también tengo una fuerte conexión, pero no nos recordamos. Cuando ella tenia menos de tres años me dijo “Papi, te he amado por 4 mil años”. Y eso fue después de que empezara a trabajar con regresión, o sea para mí ya era algo importante.
—Ha dicho que su última muerte fue en 1942.
—Nunca me gustaron las películas de la Segunda Guerra mundial. Tengo el recuerdo de haber sido de Checoslovaquia, pero alemán parlante. Era soldado.
—¿Nazis?
—No, contra ellos.
—Siendo judío en esta vida, hubiese sido complicado de otra forma.
—Pasa mucho. Muchos judíos fueron nazis. Pero yo fui asesinado por ellos, nunca llegué a los campos de concentración.
—Dice que puede predecir el futuro. ¿Qué ve?
—En general, los números de la lotería. (Ríe). Es un chiste, pero a un paciente le pasó: su hija muerta le dijo a qué jugar y ganó 15 millones. Yo lo hice porque muchos venían a mí preocupados con experiencias propias que les anunciaban alguna tragedia. Pensé: “Si hay quienes pueden soñarlo, por qué no podríamos hacerlo bajo hipnósis”. Y podemos. Es como tener una intuición.
—¿Cómo puede tener consciencia de algo que no vivió todavía?
—El futuro ya está pasando. No existe el tiempo, las vidas son paralelas y ocurren en otras dimensiones
—¿Como en “Volver al futuro”; le gustó la película?
—Sí, me gustó pero sólo vi la primera. Me gustó más El día de la marmota, con Bill Murray. Se reencarna siempre en el mismo día hasta que aprende su lección.
—¿Diría que usted ha viajado en el tiempo?
—Sí. Todos podemos si hacemos el esfuerzo. ¿Nunca te pasó de que sonara el teléfono y saber quién está llamando? Existimos más allá del tiempo y el espacio, el alma no tiene restricciones y por eso trasciende al psicoanálisis.
—¿Ya sabe qué va a ser en su próxima vida?
—Todavía no. Puede cambiar.

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