Las tribus urbanas aumentan, y ahora se suma a la diversidad una nueva tendencia que reúne a miles de hombres en todo el mundo: los gastrosexuales, un flamante licuado que reúne las características de los metrosexuales y le suma la seducción de las dotes culinarias. La escena podría resumirse en un galán ejecutivo, adornado con un delantal moderno, después de haber desplegado su talento culinario y atraer a su presa.
El dato salió de la investigación de la consultora londinense Future Foundation, líder en identificar tendencias, que describió la moda de los varones que emplean sus recetas como un arma de conquista.
El relevamiento señaló que un 53% de los hombres prepara alguna de las comidas del día y que, en los últimos 50 años, el tiempo medio que dedican a la cocina pasó de 5 a 27 minutos diarios. Como sucede detrás de toda etiqueta, el concepto surgió de una operación de marketing de la empresa Pur Asia, que el año pasado encargó un estudio acerca de hombres, comida y cocina, a partir del lanzamiento de un nuevo producto.
“Queríamos saber si los hombres estaban cocinando más, por qué lo hacen y qué motiva esos deseos. Y averiguar sus habilidades culinarias y qué factores influyen en sus elecciones”, explicó Paul Aikens, director de marketing de Pur Asia.
A lo largo de 30 páginas, la consultora describió la esencia de esta nueva tribu urbana: hombres, de entre 25 y 44 años, con profesiones liberales y estatus social elevado –que les permite afrontar gastos de ingredientes–, ambiciosos, apasionados y con vocación de impresionar a los demás. Los encargados del estudio aseguraron que la etiqueta de “gastrosexual” obedece a “una forma de explicar que cocina y masculinidad no sólo no están reñidas, sino que pueden ser una forma atractiva de identidad masculina”.
Consultado por este diario, el cocinero Martín Rebaudino, cuyo talento se destaca en Elgourmet.com, precisó: “Mucha gente va a los cursos de cocina para estar a la moda. En los chicos que tienen plata se nota que lo hacen como un hobby y también para levantar chicas. Creo que es para ir a un buen restaurante y quedar bien con su invitada, demostrando que sabe de vinos y recetas”.
Aunque ya hace tiempo que la cocina dejó de ser un terreno reservado para las mujeres, el nuevo modelo rotulado en Inglaterra reivindica su papel en la gastronomía como parte de su personalidad cool, moderna y sofisticada, en la que suelta su creatividad y sus estrategias de levante.
“Siempre existió el cocinero –explicó Rebaudino–, pero en los últimos años se instaló una moda, a partir de las escuelas y los programas de televisión. Cuando empecé a estudiar cocina, en 1992, mis amigos se reían porque era cosa de mujeres.
Ahora, ser chef o saber mucho de gastronomía te convierte en alguien de renombre”. Para el chef Donato De Santis esas prácticas existieron siempre: “En los 80 me reunía con mis amigos cocineros en el norte de Italia, después de trabajar, cerca de la una de la mañana, a la búsqueda de ingredientes exóticos y para levantar chicas.
Nos deleitábamos viendo quién traía cosas más originales y había que probarlas. Era para impresionar y tener argumentos de seducción”. De Santis concluyó que los regalos convencionales ya pasaron de moda y que llegó este nuevo recurso: “La cocina es un imán para cualquier tipo de seducción.
Sirve para la anécdota y tiene un misterio, un atractivo importante”, dijo.
criticadigital.com
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