Laura Reina
LA NACION
Los lunes, masajes; los miércoles, música y juegos, y los sábados, inglés. Con menos de un año de vida, Magui tiene una agenda cargada de actividades. Es que ella pertenece a una nueva generación: la de los bebes superestimulados.
Desde hace algunos años, educadores y psicopedagogos coinciden en los beneficios de la estimulación temprana. Se trata de un concepto que busca desarrollar y potenciar las capacidades innatas que todo niño trae al nacer para que pueda manejarse mejor en la vida en sociedad.
La incorporación de la mujer al mundo laboral contribuyó a que surgieran estos espacios de juego y estimulación, que tienen la ventaja de estar acondicionados para chicos muy pequeños, sin aparentes peligros a la vista, y al reparo del calor o del frío intensos. Son lugares que invitan a tocar y a probar, que activan los cinco sentidos.
"Acá no se trata de crear genios, sino de sacar el máximo provecho de cada capacidad. Es importante respetar los tiempos de desarrollo de cada chico, sin forzarlo, para evitar frustraciones", dijo a LA NACION María Silvani, directora de Gymboree Play & Music Argentina, una cadena mundial en estimulación y desarrollo infantil que cuenta con 500 centros en 35 países. Aquí, hay dos: uno, en Pilar, y otro, en Nordelta.
La estimulación se realiza a través de música, juegos y caricias, es decir, mediante acciones que los padres realizan intuitivamente con sus bebes, pero que en estos centros adquieren una dimensión especial porque se les enseñan técnicas adecuadas para cada etapa del desarrollo.
"En Gymboree, es obligatoria la presencia de los padres en las clases hasta que los chicos cumplen tres años. El acompañamiento es importante, no sólo para comprender cómo crecen sus hijos, sino para reforzar el vínculo afectivo con ellos", explicó Silvani, que detalló que hay tres programas: Jugá & Aprendé, Arte y Música. Cada uno está dividido en siete niveles, de acuerdo con la edad de niño. Todas las clases son bilingües con la intención de prepararlo para la instrucción formal del idioma.
"Trabajamos con bebes de 15 días, a los que se los estimula mucho a nivel sensorial y de contacto, hasta con chicos de cinco años. El recorte etario no es casual: en esta etapa, se asientan las bases del desarrollo", comentó Silvani.
Los lunes, masajes; los miércoles, música y juegos, y los sábados, inglés. Con menos de un año de vida, Magui tiene una agenda cargada de actividades. Es que ella pertenece a una nueva generación: la de los bebes superestimulados.
Desde hace algunos años, educadores y psicopedagogos coinciden en los beneficios de la estimulación temprana. Se trata de un concepto que busca desarrollar y potenciar las capacidades innatas que todo niño trae al nacer para que pueda manejarse mejor en la vida en sociedad.
La incorporación de la mujer al mundo laboral contribuyó a que surgieran estos espacios de juego y estimulación, que tienen la ventaja de estar acondicionados para chicos muy pequeños, sin aparentes peligros a la vista, y al reparo del calor o del frío intensos. Son lugares que invitan a tocar y a probar, que activan los cinco sentidos.
"Acá no se trata de crear genios, sino de sacar el máximo provecho de cada capacidad. Es importante respetar los tiempos de desarrollo de cada chico, sin forzarlo, para evitar frustraciones", dijo a LA NACION María Silvani, directora de Gymboree Play & Music Argentina, una cadena mundial en estimulación y desarrollo infantil que cuenta con 500 centros en 35 países. Aquí, hay dos: uno, en Pilar, y otro, en Nordelta.
La estimulación se realiza a través de música, juegos y caricias, es decir, mediante acciones que los padres realizan intuitivamente con sus bebes, pero que en estos centros adquieren una dimensión especial porque se les enseñan técnicas adecuadas para cada etapa del desarrollo.
"En Gymboree, es obligatoria la presencia de los padres en las clases hasta que los chicos cumplen tres años. El acompañamiento es importante, no sólo para comprender cómo crecen sus hijos, sino para reforzar el vínculo afectivo con ellos", explicó Silvani, que detalló que hay tres programas: Jugá & Aprendé, Arte y Música. Cada uno está dividido en siete niveles, de acuerdo con la edad de niño. Todas las clases son bilingües con la intención de prepararlo para la instrucción formal del idioma.
"Trabajamos con bebes de 15 días, a los que se los estimula mucho a nivel sensorial y de contacto, hasta con chicos de cinco años. El recorte etario no es casual: en esta etapa, se asientan las bases del desarrollo", comentó Silvani.
Una hora de juego
Desde que las mujeres comenzaron a trabajar a la par de los hombres, el momento del juego quedó relegado por las tareas domésticas y el cansancio. Por eso, muchas buscan espacios fuera de sus casas para compartir con sus bebes.
"Es una hora que las mamás dedican a sus hijos. Muchas veces, en las casas es imposible porque tienen que cocinar o atender otras cuestiones; acá saben que pueden compartir una hora de juego verdadera", dijo Florencia Tepper, profesora de nivel inicial y coordinadora psicopedagógica de Pequeña Sociedad, un espacio de juegos para padres y niños desde los 6 meses hasta los 5 años.
Muchas madres que acuden a estos lugares son primerizas y llegan en busca de claves para relacionarse con su hijo. "Acá aprenden a seleccionar música y canciones, y juegos para hacer con ellos en sus casas", contó Tepper, y agregó: "La intervención temprana apunta a generar situaciones estimulantes para los niños, en el momento oportuno".
Hay grupos de juegos con horarios fijos, de una hora semanal, en los que los bebes -no más de 12- acuden con su madre o su cuidador, y una modalidad libre, en las que las mamás acompañan, pero el chico (de un año o más) juega con las maestras.
En Pequeña Sociedad, también se dicta inglés para bebes desde los cuatro meses. La metodología All English for Babies, creada a partir de investigaciones en bebes, está basada en el método holístico de aprendizaje, en el que lo sensorial adquiere una dimensión especial.
"A partir de los tres meses, los bebes son ciudadanos del mundo. Su balbuceo es igual al de cualquier otro niño del planeta. A los seis meses, ese balbuceo ya imita la lengua natural y, a los ocho, los niños ya pueden reproducir sonidos a los que han sido expuestos previamente. Cuando cumplen un año, empiezan a perder la capacidad de hablar como nativos. Por eso, cuanto antes empiecen el aprendizaje, mejor", explicó Mariela Salto, profesora a cargo de las clases, que duran 45 minutos.
Con una propuesta que incluye talleres de juego y estimulación, en Espacio de Crianza, en Palermo, reciben a bebes desde los nueve meses. "La música, las artes plásticas o la literatura sirven como disparadores para que el bebe vaya adquiriendo nuevas habilidades, pero siempre hay que tener en cuenta qué es lo más adecuado para cada etapa. Porque el objetivo es estimularlo, no sobreexigirlo", explica Silvina Estévez Cicco.
Los grupos son reducidos. "Para poder trabajar con cada díada mamá-bebe, es recomendable que no haya más de cinco o seis por clase", recomienda Estévez Cicco. Técnicas hindúes
Los masajes con técnicas hindúes también entran en la oferta de estimulación precoz. La psicopedagoga Isabel Mellicovsky, mentora de Dulce Espera, insiste en una premisa: "El contacto piel con piel, el vínculo directo con los padres, las caricias, los mimos? A partir del mes, es un momento ideal para comenzar con la técnica shantala", aconsejó.
Este masaje, nacido en Calcuta, relaja y favorece la conciliación del sueño, tonifica y fortalece los músculos y estimula el sistema nervioso central, que incentiva, entre otras cosas, la inteligencia.
Desde que las mujeres comenzaron a trabajar a la par de los hombres, el momento del juego quedó relegado por las tareas domésticas y el cansancio. Por eso, muchas buscan espacios fuera de sus casas para compartir con sus bebes.
"Es una hora que las mamás dedican a sus hijos. Muchas veces, en las casas es imposible porque tienen que cocinar o atender otras cuestiones; acá saben que pueden compartir una hora de juego verdadera", dijo Florencia Tepper, profesora de nivel inicial y coordinadora psicopedagógica de Pequeña Sociedad, un espacio de juegos para padres y niños desde los 6 meses hasta los 5 años.
Muchas madres que acuden a estos lugares son primerizas y llegan en busca de claves para relacionarse con su hijo. "Acá aprenden a seleccionar música y canciones, y juegos para hacer con ellos en sus casas", contó Tepper, y agregó: "La intervención temprana apunta a generar situaciones estimulantes para los niños, en el momento oportuno".
Hay grupos de juegos con horarios fijos, de una hora semanal, en los que los bebes -no más de 12- acuden con su madre o su cuidador, y una modalidad libre, en las que las mamás acompañan, pero el chico (de un año o más) juega con las maestras.
En Pequeña Sociedad, también se dicta inglés para bebes desde los cuatro meses. La metodología All English for Babies, creada a partir de investigaciones en bebes, está basada en el método holístico de aprendizaje, en el que lo sensorial adquiere una dimensión especial.
"A partir de los tres meses, los bebes son ciudadanos del mundo. Su balbuceo es igual al de cualquier otro niño del planeta. A los seis meses, ese balbuceo ya imita la lengua natural y, a los ocho, los niños ya pueden reproducir sonidos a los que han sido expuestos previamente. Cuando cumplen un año, empiezan a perder la capacidad de hablar como nativos. Por eso, cuanto antes empiecen el aprendizaje, mejor", explicó Mariela Salto, profesora a cargo de las clases, que duran 45 minutos.
Con una propuesta que incluye talleres de juego y estimulación, en Espacio de Crianza, en Palermo, reciben a bebes desde los nueve meses. "La música, las artes plásticas o la literatura sirven como disparadores para que el bebe vaya adquiriendo nuevas habilidades, pero siempre hay que tener en cuenta qué es lo más adecuado para cada etapa. Porque el objetivo es estimularlo, no sobreexigirlo", explica Silvina Estévez Cicco.
Los grupos son reducidos. "Para poder trabajar con cada díada mamá-bebe, es recomendable que no haya más de cinco o seis por clase", recomienda Estévez Cicco. Técnicas hindúes
Los masajes con técnicas hindúes también entran en la oferta de estimulación precoz. La psicopedagoga Isabel Mellicovsky, mentora de Dulce Espera, insiste en una premisa: "El contacto piel con piel, el vínculo directo con los padres, las caricias, los mimos? A partir del mes, es un momento ideal para comenzar con la técnica shantala", aconsejó.
Este masaje, nacido en Calcuta, relaja y favorece la conciliación del sueño, tonifica y fortalece los músculos y estimula el sistema nervioso central, que incentiva, entre otras cosas, la inteligencia.
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