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domingo, 28 de junio de 2009

Hombres profesionales hacen de la cocina un hobbie para sentirse mejor


"Cada día gallina, amarga la cocina", reza el dicho. Pero para ellos simboliza un cambio de hábito. Volver del trabajo, sacarse los zapatos, poner música y abrir el mejor vino es el escenario previo que eligen ahora muchos hombres profesionales para poner en práctica la receta que les permite romper con la rutina: la santa cocina.
Daniel López Rosetti, presidente de la Sociedad Argentina de Medicina del Estrés (SAMES), explicó a Clarín que un hobbie como cocinar es recomendado en pacientes estresados en una terapia integral. "Los hombres se están enganchando mucho con la cocina porque hay una flexibilización de las actividades que dan placer: buscan desafíos y una alternativa. Todo cambio les da otro horizonte. Además, está de moda". Justamente, la Asociación de Instituciones Educativas de Gastronomía de la Argentina (AIEGRA), aseguró que este año el 80% de los alumnos de las escuelas y cursos de gastronomía son hombres, mientras que hace dos años era el 50%.
Guillermo Nader, coordinador de la Academia Gastronómica Argentina contó que las cifras allí son las mismas y que todos los años se van incrementando las inscripciones de hombres que estudian sólo por placer. La Escuela del Gato Dumas es otro ejemplo. Según Federica Consentino, responsable del colegio de cocineros, la mayoría de los hombres que asisten tienen entre 18 y 20 años o son divorciados desde los 35.
"Usar el tiempo libre para cocinar, más que un pasatiempo o un hobbie, es un estilo de vida. Los hombres saben que la cocina seduce a las mujeres o amistades. Los hace más atractivos", aseguró. Martiniano Molina coincidió: "Hacer nuevos platos, experimentar los sabores, nos hace personas más creativas".
Algunos prefieren llamar a estos hombres fanatizados por el arte culinario como "gastrosexuales" después de que la consultora londinense Future Fundation, líder en tendencias, publicó una investigación en la que define a esta nueva generación. Se trata de hombres profesionales (de cualquier carrera) de 18 a 45 años, solteros o en pareja, aficionados por las cocina, culturalmente curiosos y viajeros. Les gusta desafiarse a sí mismos con una comida étnica en sus casas e ir a los bazares a comprar utensilios y productos. También son expertos en preparar una cena romántica, elegir los mejores restaurantes y vinos.
Pero para Rosetti un hobbie como la cocina "encierra un sano egoísmo". ¿Por qué? Dijo que una persona estresada se siente dominada y que no tiene control ni decisión por sí mismo sobre su vida. Y lo explicó: "Por eso, es muy importante para los hombres que eligen la cocina como hobbie: ellos necesitan desesperadamente salir de la rutina y despejar la mente. Cocinar les da placer y a su vez, pueden compartir lo con los demás".

clarin.com

viernes, 22 de mayo de 2009

Gastrosexuales, de la cocina a la cama


Las tribus urbanas aumentan, y ahora se suma a la diversidad una nueva tendencia que reúne a miles de hombres en todo el mundo: los gastrosexuales, un flamante licuado que reúne las características de los metrosexuales y le suma la seducción de las dotes culinarias. La escena podría resumirse en un galán ejecutivo, adornado con un delantal moderno, después de haber desplegado su talento culinario y atraer a su presa.
El dato salió de la investigación de la consultora londinense Future Foundation, líder en identificar tendencias, que describió la moda de los varones que emplean sus recetas como un arma de conquista.
El relevamiento señaló que un 53% de los hombres prepara alguna de las comidas del día y que, en los últimos 50 años, el tiempo medio que dedican a la cocina pasó de 5 a 27 minutos diarios. Como sucede detrás de toda etiqueta, el concepto surgió de una operación de marketing de la empresa Pur Asia, que el año pasado encargó un estudio acerca de hombres, comida y cocina, a partir del lanzamiento de un nuevo producto.
“Queríamos saber si los hombres estaban cocinando más, por qué lo hacen y qué motiva esos deseos. Y averiguar sus habilidades culinarias y qué factores influyen en sus elecciones”, explicó Paul Aikens, director de marketing de Pur Asia.
A lo largo de 30 páginas, la consultora describió la esencia de esta nueva tribu urbana: hombres, de entre 25 y 44 años, con profesiones liberales y estatus social elevado –que les permite afrontar gastos de ingredientes–, ambiciosos, apasionados y con vocación de impresionar a los demás. Los encargados del estudio aseguraron que la etiqueta de “gastrosexual” obedece a “una forma de explicar que cocina y masculinidad no sólo no están reñidas, sino que pueden ser una forma atractiva de identidad masculina”.
Consultado por este diario, el cocinero Martín Rebaudino, cuyo talento se destaca en Elgourmet.com, precisó: “Mucha gente va a los cursos de cocina para estar a la moda. En los chicos que tienen plata se nota que lo hacen como un hobby y también para levantar chicas. Creo que es para ir a un buen restaurante y quedar bien con su invitada, demostrando que sabe de vinos y recetas”.
Aunque ya hace tiempo que la cocina dejó de ser un terreno reservado para las mujeres, el nuevo modelo rotulado en Inglaterra reivindica su papel en la gastronomía como parte de su personalidad cool, moderna y sofisticada, en la que suelta su creatividad y sus estrategias de levante.
“Siempre existió el cocinero –explicó Rebaudino–, pero en los últimos años se instaló una moda, a partir de las escuelas y los programas de televisión. Cuando empecé a estudiar cocina, en 1992, mis amigos se reían porque era cosa de mujeres.
Ahora, ser chef o saber mucho de gastronomía te convierte en alguien de renombre”. Para el chef Donato De Santis esas prácticas existieron siempre: “En los 80 me reunía con mis amigos cocineros en el norte de Italia, después de trabajar, cerca de la una de la mañana, a la búsqueda de ingredientes exóticos y para levantar chicas.
Nos deleitábamos viendo quién traía cosas más originales y había que probarlas. Era para impresionar y tener argumentos de seducción”. De Santis concluyó que los regalos convencionales ya pasaron de moda y que llegó este nuevo recurso: “La cocina es un imán para cualquier tipo de seducción.
Sirve para la anécdota y tiene un misterio, un atractivo importante”, dijo.
criticadigital.com