sábado, 12 de septiembre de 2009

Si vos querés abortar, llamá


Las mujeres argentinas abortan solas. Porque la interrupción de un embarazo es –más allá de las compañías del caso– una especie de abismo unipersonal. Y porque no hay ley que las proteja y las respalde (y, por ende, tampoco hay campañas de salud pública que les brinden un amparo institucional). Contra este segundo tipo de soledad está batallando la organización no gubernamental Lesbianas y Feministas por la Descriminalización del Aborto, que hace poco más de un mes lanzó una línea de asesoramiento telefónico para aquellas mujeres que quieran interrumpir un embarazo usando misoprostol, un medicamento que sirve para tratar úlceras pero que, en los hechos, integra un descomunal mercado negro abortivo en el que entra todo: usos correctos e incorrectos, abortos completos e incompletos, caos y control.

La línea –llamada “Aborto, más información, menos riesgos”– busca asesorar gratuitamente a una población femenina que es amplia: según datos del Ministerio de Salud de la Nación, todas las mujeres interrumpen un embarazo –en promedio– dos veces a lo largo de su vida. Y, anualmente, al menos cien mueren en el intento (ver aparte). Frente a esta realidad, el Estado argentino insiste en no despenalizar el aborto, aun cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Latinoamericana de Obstetricia y Ginecología (FLOG) sí avalan el uso de métodos abortivos seguros como el misoprostol, ya que los consideran agentes de salud pública: bien administrados –en el marco de las primeras doce semanas de gestación–, permiten una interrupción segura y con un mínimo control médico posterior.

La democratización de esta información –que circula sotto voce y suele quedar sujeta a la buena voluntad y los cánones morales de cada médico– permitiría reducir la cantidad de abortos que se practican clandestinamente, con el consecuente riesgo de muerte. “Nosotras no indicamos, ni recomendamos, ni prescribimos qué hacer, simplemente brindamos información de la OMS y de la FLOG que es de carácter público y que incluso está online, y a la que muchas mujeres, por diversos motivos, no tienen acceso”, explica Verónica Marzano, una de las activistas a cargo de la línea de asesoramiento, que además cuenta con el respaldo de un comité de médicos. “Nosotros les decimos a las mujeres que llamar a esta línea no las compromete a tomar una decisión –continúa Marzano–. Sólo les estamos dando información para que decidan bien. Y si quieren interrumpir el embarazo, les explicamos cómo hacerlo, siguiendo el protocolo de la FLOG en lo que refiere a la aplicación del misoprostol. Además, les explicamos que, ante un eventual aborto incompleto, tienen derecho a completar el aborto en un hospital, porque eso está legislado desde hace mucho tiempo. Esto es importante, porque muchas mujeres ponen en riesgo su vida ya que se resisten a ir al hospital por miedo al maltrato de los médicos”.

CONSEJO DE ORO. Este proyecto, que en la Argentina funciona desde el 31 de julio pasado, ya fue puesto en marcha en países como Ecuador y está financiado por las organizaciones Women on Waves (que cobró fama internacional por enviar kits abortivos integrados por las drogas misoprostol y mifepristone a cualquier lugar del mundo) y XminusY. Además, el próximo 21 de diciembre la organización feminista a cargo de la administración de la línea telefónica presentará en la Legislatura porteña los datos estadísticos del primer mes de consultas. Hasta ahora, lo que se sabe es que el teléfono no para de sonar, que llamaron mujeres de 15 provincias distintas que en general pertenecían a la población adulta, y que en muchas oportunidades se comunicaban con sus parejas al lado (e incluso a veces llamaban los hombres). Y si bien el 90% de ellas conocía el método (en general, alguien cercano había usado misoprostol), casi todas tenían mala información respecto de su implementación.

El misoprostol, en rigor, no es nuevo. Existe desde hace años bajo la marca Oxaprost 75, un remedio que se usa para tratar úlceras y que se compone de diclofenac (un antiinflamatorio) y misoprostol (un aislante gástrico que produce contracciones y, por ende, resulta abortivo). Fueron justamente las propiedades abortivas del Oxaprost las que generaron un descomunal mercado negro de este producto. Si bien el medicamento se comercializa bajo receta, la Asociación de Farmacéuticos de la República Argentina estima que el 60 por ciento de las ventas está relacionado con la interrupción de un embarazo. El problema es que, al realizarse de manera clandestina, sin una consejería oficialmente organizada –como sí existe en el Uruguay–, el misoprostol arrastra el riesgo de una administración equivocada que puede derivar en hemorragias o en un aborto incompleto que realmente ponga en peligro a las mujeres.

Según los compromisos que asumió con la OMS, para el año 2015 la Argentina debería reducir en un 75% la mortalidad materna. Dado que el 24% de los decesos está relacionado con los intentos de aborto clandestino, y que en la Argentina se practica un aborto clandestino por minuto, cabe preguntarse cómo hará el Estado para llegar a 2015 sin hacer un bochorno.

Línea Aborto, más información, menos riesgos: 011-15-66647070 (se puede llamar o mandar un mensaje de texto y en la línea contestan gratuitamente).
criticadigital.com

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