lunes, 13 de julio de 2009

Erosión y compresión, las lesiones dentales del futuro


Fabiola Czubaj
LA NACION
La composición de los alimentos, ciertos hábitos de higiene o costumbres compulsivas, como comerse las uñas, junto con la tensión cotidiana cada vez más ingobernable pueden estar jugándole una mala pasada a nuestros dientes. En silencio y lentamente, esos ingredientes del estilo de vida van erosionando, desgastando o provocando fracturas microscópicas en los tejidos dentales que se convertirán en las lesiones del futuro.
"Se ven cada vez con más frecuencia en los consultorios y los pacientes generalmente consultan por hipersensibilidad o algún problema estético principalmente al sonreír, como tener un diente más largo que el resto, o porque se les mete la comida entre los dientes. Es importante que el odontólogo las diagnostique y las busque porque cuanto más pequeñas son, más fácil es frenar el desgaste", explicó la doctora Nélida Cuniberti, profesora adjunta de la Escuela de Odontología de la Universidad del Salvador (USAL) y la Asociación Odontológica Argentina (AOA).
Además, el diagnóstico temprano de ese tipo de lesiones evita que lleguen al tejido blando del diente (dentina) y se acelere su avance. "No es que el paciente va perder el diente o los dientes lesionados en un año, pero si no recibe tratamiento, las lesiones empiezan a combinarse", agregó.
Desde hace quince años, junto con su esposo, estudia cómo estas lesiones cervicales (en el cuello del diente) no cariosas y sus combinaciones. las investigaciones las realizaron tanto en pacientes actuales como en cráneos de aborígenes prehispánicos almacenados en el Museo Etnográfico Nacional Juan B. Ambrosetti. Los resultados revelaron que estas lesiones recién están apareciendo.
"Tenemos gran cantidad de bebidas y alimentos erosivos con componentes ácidos y conservantes que consumimor, un excesivo cuidado de la figura femenina, que promueve la aparición de los trastornos alimentarios, y un nivel de estrés que sigue creciendo. Todo eso junto favorece la aparición de estas lesiones", dijo el doctor Guillermo Rossi, ex presidente de la Sociedad Argentina de Periodontología, profesor de la escuela de la USAL-AOA y coautor del libro con los resultados de esas investigaciones.
"Abrasión, erosión, compresión y sus secuelas son las lesiones no cariosas que se observan ahora con atención en los pacientes del mundo urbano. Por un lado, la prevención ayudó a dejar de lado una parte de la incidencia de caries y enfermedad periodontal", escribió el doctor Alberto Dell´Acqua, maestro de la odontología por la OAO, en el prólogo del libro de Editorial Panamericana.
Objetos extraños
La abrasión es el "desgaste patológico" del diente que se produce cuando se introducen en la boca objetos o sustancias que pulen, frotan o raspan la estructura dental. Esto hace que los dientes pierdan tejido duro en el límite con la encía; el esmalte suele quedar intacto.
Esta lesión tiende a dañar los premolares superiores y, según los expertos, el tipo y la gravedad del desgaste dependerá de la forma en que uno se cepilla los dientes y si la pasta contiene sustancias abrasivas.
"Esta es la que menos dolor produce, porque el cepillado va aplastado las terminaciones nerviosas como si las sellara -precisó Cuniberti-. Pero el problema no es el tipo de cepillo, sino la pasta: cuanto más abrasiva sea y se combine con un cepillo blando, por ejemplo, más se empastarán las cerdas; cuando se apoyen sobre el diente son como una lija."
Por eso, lo ideal es usar pastas con flúor, que fortalece la estructura dental, y con un pH neutro de alrededor de 7 o más, los geles y productos sin sabor a cítricos. Lo ideal, dijo, es consultar al odontólogo.
El desgaste se puede dar también por el roce continuo del retenedor de prótesis removibles o ciertos hábitos laborales, como sostener clavos con los dientes en la construcción o la reparación de zapatos, estar expuestos al polvo ambiental en lugares donde se manipulan sustancias abrasivas, o frotar los dientes con instrumentos musicales, como la armónica.
Sin bacterias
Otra de estas lesiones es la erosión o corrosión no causada por bacterias, sino por sustancias ácidas orgánicas (reflujo gastroesofágico o vómito forzado) o no, que desmineralizan los tejidos duros del diente.
Algunos medicamentos, como los ácidos ascórbico y acetilsalicílico (cuando se mastican las pastillas), los diuréticos, los antidepresivos, los hipotensores y los fármacos contra las náuseas y los vómitos, el Parkinson, las alergias y el asma pueden reducir la cantidad de saliva.
Eso reduce la remineralización natural de los dientes y la capacidad del organismo de neutralizar los ácidos. La erosión, que aumenta con la edad y afecta más al primer premolar, suele darse en personas bulímicas (caras internas de los dientes), trabajadores de fábricas de baterías, galvanizados o fertilizantes, y hasta en los enólogos, que pueden llegar a catar hasta 30 clases de vino por sesión.
"Cada vez hay más casos, pero la consulta no es por erosión sino por hipersensibilidad o un problema estético o porque la comida se mete entre los dientes", dijo Cuniberti. Cambiar los hábitos alimentarios para reducir el consumo de alimentos ácidos (bebidas colas, deportivas y jugos; cítricos, y yogures).
Con más dolor
El síndrome de compresión produce la lesión más dolorosa de las tres. En estos pacientes, el dolor por hipersensibilidad al frío y al calor es muy intenso. "La gente vive tan estresada, que frota y aprieta mucho los dientes. Eso hace que se flexionen a la altura de la unión con la encía, se vayan rompiendo los cristales del esmalte y aparezcan lesiones en forma de cuña -explicó Cuniberti-. Son hábitos inconscientes muy dañinos."
Las alteraciones de la oclusión también producen esas microfracturas en el cuello de los dientes. Este síndrome es más frecuente en los hombres, de entre 45 y 65 años. Los dientes más afectados son los premolares superiores (70%). "Estas lesiones son la enfermedad contra lo que vamos a tener que luchar en el futuro, porque la caries o el sangrado de encías por enfermedad periodontal se diagnostican rápidamente", dijo Rossi.
Y su esposa concluyó: "Son lesiones que se manifiestan a la distancia. No las vimos en el estudio de los cráneos porque el tipo de alimentación era diferente. Si los pacientes no corrigen los malos hábitos, cualquier restauración se desprenderá al poco tiempo. La alimentación equilibrada no produce lesiones, sino su uso y abuso".
lanacion.com

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