viernes, 6 de junio de 2008

TECNOEMOCIONES-El amor tiene cara de robot




La tecnología avanza sobre las relaciones entre las máquinas y las personas. Después de la Inteligencia Artificial llega la Informática Afectiva.


¿Se vienen los aparatos casi humanos?
Como si se inspiraran en las ficciones
, algunos investigadores se animan a correr el límite para no sólo crear máquinas pensantes sino también sensibles. Desde un robot que actúa como un nieto hasta una mesa que se mueve sola: la tecnología se está volviendo cada vez más amable y, por qué no, humana.


“Esta tendencia forma parte de una rama novedosa que intenta que los sistemas o aparatos entiendan cómo están emocionalmente las personas y reaccionen en consecuencia”.


Entre el robot que reacciona ante las expresiones de las víctimas de rescates que desarrolló la Universidad de Florida y Vivienne, la novia virtual para celulares (que manda besos y conversa sobre 35 mil temas), la tecnología se asume con un título nuevo: Informática Afectiva. Se trata de una tecnología todavía en pañales que pretende incorporar las emociones a las relaciones hombre-máquina.


“Está demostrado que los sentimientos son reacciones químicas, son escenarios complejos, altamente dinámicos y caóticos, que se podrían replicar”


“Una vez que se resuelven temas ligados al confort y la seguridad la tecnología evoluciona hacia facetas más refinadas como consolar a una persona ante la desgracia”.


Previsiblemente, la meca de la tecnología sensible sea Japón: los laboratorios del Instituto Business-Design crearon un robot-nieto capaz de reproducir 40 expresiones y que además puede jugar, cantar y sostener conversaciones básicas. También la fábrica Kameo lanzó al mercado la ya célebre almohada con brazo de novio que reemplaza a un varón de verdad por sólo 80 dólares.


Y hay más: muebles, ropa y prototipos de aparatos dispuestos a adaptarse al ánimo del usuario.


También hay diseños como un "detector de frustración".


Por estos días, se está probando un prototipo de anteojos que avisan si nos cruzamos con alguien conocido y, en tal caso, nos recuerda su dirección.


Pero uno de los hits de la informática afectiva del último tiempo es el de una computadora capaz de reconocer y dar a conocer cómo están los miembros de un equipo de trabajo. El objetivo del proyecto es vigilar, por ejemplo, si alguien se aburre en una reunión o si algún miembro del equipo tiene algo para decir que está conteniendo.


La lista de inventos forma parte de la tendencia tecnológica de buscarle relleno a los baches afectivos de la vida moderna.


Pero la practicidad de esas ideas todavía es parte de un horizonte lejano.


La investigación se orienta a dar a las máquinas habilidades de inteligencia emocional, incluyendo la capacidad de reconocer, modelar y entender la emoción humana, para comunicarla apropiadamente y responder a ella con eficacia.


Y, como si fuera poca novedad, también estan desarrollando tecnologías que asistan al desarrollo de la inteligencia emocional humana.


Más allá del debate académico (y de las ganas espontáneas de probar todos estos chiches modernos), estos avances no son casuales.


Estos inventos y prototipos de laboratorio llegan al mercado cuando hay una necesidad de consumo concreto, aunque eso, por ahora, no pasa.


El gran avance se da en el campo de la medicina y la educación por los robots que ayudan a la gente.


Posiblemente esto sea una realidad próxima: en varios hospitales de los Estados Unidos los robots ya asisten a los médicos en tareas que van desde cirugías de precisión hasta la administración de medicinas.


Y eso que todavía no diagnostican. Pero tiempo al tiempo.

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