domingo, 13 de septiembre de 2009

Para muchos, el Viagra ya es una adicción


Un medicamento contra la impotencia masculina supera en ventas a fármacos muy populares como Sertal, Trapax, los antiácidos Uvasal y Alikal e, incluso, las clásicas Cafiaspirinas. Los relevamientos de ventas de la industria farmacéutica muestran que los varones argentinos cada vez se enviagran más para ir a la cama: sólo en el último año se comercializaron cerca de 20 millones de píldoras de productos contra la disfunción eréctil. El del doping sexual es un negocio tan formidable que en la actualidad hay a la venta 56 marcas y presentaciones diferentes de sildenafil (principio activo del Viagra) contra apenas 39 de ácido Acetilsalicílico (aspirina). Ya hace rato se sabe que la enorme mayoría de los que toman estas pastillas lo hacen porque les permite sacar una mejor nota en la cama y no por una real necesidad. La novedad ahora es que ya hay varones "adictos".

Alejandro L. -39, separado, dos hijos-, por ejemplo, dice que no sufre de impotencia. "Empecé a tomar la pastilla poco después de separarme. Hacía pila de años que tenía sexo con la misma mujer y la primera vez que fui a hacerlo con otra me puse nervioso y terminé pasando un papelón. Me recomendaron Viagra, lo tomé y me fue muy bien. El problema es que ahora sólo funciono si lo tomo".

Para Adrián Sapetti, sexólogo y presidente de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana, muchos hombres lo empezaron a tomar regularmente porque "sentían que mejoraban su handicap" y que conseguían "una erección más fuerte", pero terminaron sufriendo de "dependencia psicológica".

Según el especialista, "como en cualquier adicción, la persona se termina haciendo esclava. Se desespera si no tiene la pastilla y directamente no puede funcionar". En su consultorio, Sapetti ya atendió a algunos "adictos". "Lo que se hace es ir bajándole la dosis hasta que logra suspender la toma y deja de estar esclavo de esa situación", contó el sexólogo.

La sexóloga Diana Resnicoff calificó al fenómeno como "muy común, sobre todo entre varones que suponen que si no lo toman no van a poder. En general están apresados en el mito de que lo que importa es la cantidad y no la calidad". León Gindín, sexólogo y profesor de Sexualidad y Salud en la Universidad Abierta Interamericana, atiende en su consultorio pacientes que cada vez que van a hacer el amor le dan un "mordisquito" a una pastilla de Viagra y a los 5 minutos ya tienen una erección. "Lo hacen sólo para darse seguridad", explicó Gindín. En tan baja dosis y en tan poco tiempo, el fármaco no hace efecto. Si tienen una erección de inmediato es por el famoso efecto placebo.

Ante una consulta de Clarín, Amado Bechara, profesor de Urología de la Facultad de Medicina de la UBA y director del Instituto Médico Especializado, aclaró que la toma cotidiana entre estos pacientes "puede crear una dependencia psicológica, no física".

¿Hará mal enviciarse con el Viagra? "No existe riesgo de tomarlo todos los días. De hecho, en nuestras presentaciones recomendamos una toma diaria", dijo Diego Jaacks, gerente de Sidus, el laboratorio que elabora Magnus, el sildenafil más vendido en el país.

"Siempre es mejor abstenerse de tomar alguna medicación, pero lo cierto es que no genera problemas médicos tomarlo de manera crónica", aseguró el profesor Bechara. Y agregó que un problema de la toma cotidiana puede terminar enmascarando una dolencia real. "Un problema de erección puede estar ocultando otra cosa, como azúcar alto o hipertensión". Por eso, dijo el urólogo, en vez de recurrir a la automedicación se debe consultar a un médico.

Para Marcelo Peretta, del Sindicato de Farmacéuticos y Bioquímicos, "el Viagra es una medicación a la que se le falta el respeto. Como aún es una droga nueva se desconoce cómo repercutirá a largo plazo en el organismo meter vasodilatadores de forma sostenida".

Las claves de un fármaco que cambió los hábitos en el país

Números en alza

En julio de 1998, el Viagra desembarcó en la Argentina. A partir de entonces las ventas no pararon de crecer. En los primeros 5 años se triplicó su comercialización, y sigue. Hoy sorprende porque ya hay personas sanas que los consumen.



25 Millones de dólares anuales mueve la venta de estos fármacos. En 2008 se vendieron 20 millones de pastillas en el país.

36 Son las diferentes marcas que se comercializan en la actualidad de la droga Sildenafil. Cada tres segundos alguien compra una.

4 Horas dura, en promedio, su efecto. Y a un costo no muy alto: cada unidad cuesta alrededor de 5 pesos. Ahora hay más variedad de precios.


30% De los que consumen Viagra son menores de edad. Muchos admiten que usan la pastillita para tener un debut sexual sin sobresaltos.

Obsesionados por el desempeño íntimo

Por: Norberto Inda
Fuente: psicoanalista, especialista en masculinidad

Si hay una constante es que la masculinidad se sigue tallando en dos ejes: la potencia económica y la potencia sexual. Hay una lógica cuantitativa en los varones bastante generalizada que apunta más al resultado, al logro, que a la experiencia misma. No tiene tanto que ver con el placer sexual en sí mismo sino con el narcisismo: soy el que la tiene más grande, el que logró la mejor erección, el que consiguió tres orgasmos en una noche. Muchos varones obsesionados con su desempeño terminan encontrando un obstáculo para la propia erección. Así, en estas situaciones, muchos varones terminan delegando: "Le delego al Viagra que me provoque la erección".

Es tan popular que se consigue como si fuera de venta libre

Para comprar Viagra hay que tener una receta médica, pero por su popularidad se ha transformado prácticamente en un producto de venta libre. Muchas farmacias lo venden sin receta, en Internet se consigue sin demasiados problemas y hasta lo envían a domicilio, e incluso hay sexólogos que afirman que también se consigue en algunos kioscos, al mismo ritmo que las aspirinas o los digestivos efervescentes.

Durante una recorrida, Clarín pasó por 4 farmacias de Capital Federal y en 2 de ellas pudo comprar Viagra sin problemas. En el primer intento advirtieron que la venta era sólo "con receta". En otra farmacia, dos pastillas de "Magnus" masticable (una de las marcas más populares bajo las cuales se vende el sildenafil, principio activo del Viagra) de 50 mg costaron $ 5,50 cada una. Cuando se pidió el ticket por la compra, el farmacéutico respondió: "Si no tenés receta no te puedo dar ticket". Pero la venta se hizo igual.

La tercera compra casi se concreta, pero al final una farmacéutica le advirtió a la que estaba atendiendo en el mostrador que el Viagra "sólo podía venderse con receta". En el último tramo de la recorrida, dos pastillas de Viripotens (otra de las marcas de sildenafil) de 50 miligramos costaron 4 pesos cada una. La venta se hizo sin problemas, con ticket incluido.

Por Internet, la cosa es mucho más sencilla. No hay que ser un experto en informática ni descifrar un código secreto para concretar la operación: simplemente basta con poner "comprar viagra" o "comprar sildenafil" en algún buscador, como Google y aparecen opciones.La mayoría de las sitios opera de la misma manera: hay que dejar un mail o un teléfono de contacto; y la respuesta del proveedor es casi siempre en el día. Las opciones son retirarlo de un local o pedir que lo envíen a domicilio. Uno de los sitios consultados garantiza la entrega "en un sobre muy discreto". Se puede comprar a nivel minorista (blíster de 10 unidades por $70) y hay sitios que hacen sólo venta mayorista: una caja con 500 blísters de 10 pastillas cada uno cuesta $12.500.

En otro de los sitios venden Viagra de varias marcas, y también ofrecen combos de productos, llamados botiquines. Por ejemplo, el "botiquín verde", que incluye 40 pastillas de Falic de 50 mg más 6 sobres de gel lubricante, por $189.

Hay hombres jóvenes que ya no pueden tener sexo sin la pastilla

Son varones que no padecen disfunciones eréctiles y que, sin embargo, no pueden dejar de "automedicarse". El riesgo es que esa conducta encubra los síntomas de una enfermedad real.

Un medicamento contra la impotencia masculina supera en ventas a fármacos muy populares como Sertal, Trapax, los antiácidos Uvasal y Alikal e, incluso, las clásicas Cafiaspirinas. Los relevamientos de ventas de la industria farmacéutica muestran que los varones argentinos cada vez se enviagran más para ir a la cama: sólo en el último año se comercializaron cerca de 20 millones de píldoras de productos contra la disfunción eréctil. El del doping sexual es un negocio tan formidable que en la actualidad hay a la venta 56 marcas y presentaciones diferentes de sildenafil (principio activo del Viagra) contra apenas 39 de ácido Acetilsalicílico (aspirina). Ya hace rato se sabe que la enorme mayoría de los que toman estas pastillas lo hacen porque les permite sacar una mejor nota en la cama y no por una real necesidad. La novedad ahora es que ya hay varones "adictos".


Alejandro L. -39, separado, dos hijos-, por ejemplo, dice que no sufre de impotencia. "Empecé a tomar la pastilla poco después de separarme. Hacía pila de años que tenía sexo con la misma mujer y la primera vez que fui a hacerlo con otra me puse nervioso y terminé pasando un papelón. Me recomendaron Viagra, lo tomé y me fue muy bien. El problema es que ahora sólo funciono si lo tomo".

Para Adrián Sapetti, sexólogo y presidente de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana, muchos hombres lo empezaron a tomar regularmente porque "sentían que mejoraban su handicap" y que conseguían "una erección más fuerte", pero terminaron sufriendo de "dependencia psicológica".

Según el especialista, "como en cualquier adicción, la persona se termina haciendo esclava. Se desespera si no tiene la pastilla y directamente no puede funcionar". En su consultorio, Sapetti ya atendió a algunos "adictos". "Lo que se hace es ir bajándole la dosis hasta que logra suspender la toma y deja de estar esclavo de esa situación", contó el sexólogo.

La sexóloga Diana Resnicoff calificó al fenómeno como "muy común, sobre todo entre varones que suponen que si no lo toman no van a poder. En general están apresados en el mito de que lo que importa es la cantidad y no la calidad". León Gindín, sexólogo y profesor de Sexualidad y Salud en la Universidad Abierta Interamericana, atiende en su consultorio pacientes que cada vez que van a hacer el amor le dan un "mordisquito" a una pastilla de Viagra y a los 5 minutos ya tienen una erección. "Lo hacen sólo para darse seguridad", explicó Gindín. En tan baja dosis y en tan poco tiempo, el fármaco no hace efecto. Si tienen una erección de inmediato es por el famoso efecto placebo.

Ante una consulta de Clarín, Amado Bechara, profesor de Urología de la Facultad de Medicina de la UBA y director del Instituto Médico Especializado, aclaró que la toma cotidiana entre estos pacientes "puede crear una dependencia psicológica, no física".

¿Hará mal enviciarse con el Viagra? "No existe riesgo de tomarlo todos los días. De hecho, en nuestras presentaciones recomendamos una toma diaria", dijo Diego Jaacks, gerente de Sidus, el laboratorio que elabora Magnus, el sildenafil más vendido en el país.

"Siempre es mejor abstenerse de tomar alguna medicación, pero lo cierto es que no genera problemas médicos tomarlo de manera crónica", aseguró el profesor Bechara. Y agregó que un problema de la toma cotidiana puede terminar enmascarando una dolencia real. "Un problema de erección puede estar ocultando otra cosa, como azúcar alto o hipertensión". Por eso, dijo el urólogo, en vez de recurrir a la automedicación se debe consultar a un médico.

Para Marcelo Peretta, del Sindicato de Farmacéuticos y Bioquímicos, "el Viagra es una medicación a la que se le falta el respeto. Como aún es una droga nueva se desconoce cómo repercutirá a largo plazo en el organismo meter vasodilatadores de forma sostenida".


1 comentario:

Anónimo dijo...

tome viagra el efecto fue inmediato me sentí renovado pero soy consiente de que no hay que abusar,previo chequeo médico(eléctrocardiograna y otros análisis-sangre orina etc y despúes el médico te medica diacuerdo al proceso o rvolución de la afección,