sábado, 16 de agosto de 2008

Uno de cada tres argentinos ronca, y la gran mayoría son hombres


Por: Georgina Elustondo-Clarin.com
Dicen que es de tontos consolarse con saber que uno comparte un mal con muchísima gente. Pero quizá sirva asumir que el problema es más masivo de lo que uno cree para decidirse a tomar cartas en el asunto. Si se siente una víctima solitaria de esa fastidiosa "banda sonora" que, lejos de acunar la noche, la atormenta, olvídelo: uno de cada tres argentinos ronca. Son más de 8 millones los adultos afectados por este trastorno que deteriora notablemente el descanso y la calidad de vida.


Lo arroja un estudio realizado por la consultora TNS Gallup Healthcare, realizado con entrevistas personales domiciliarias con un nivel de confianza del 95%. Del mismo surge que el 34% de los adultos argentinos ronca como resultado de algún trastorno de la respiración. Los hombres son los más perjudicados, y el problema crece en la franja de los 50 a 65 años. "El ronquido es uno de los principales factores que afecta el buen dormir durante la noche", afirman los investigadores.


No sólo el que ronca padece el problema. También lo sufre la pareja, o quienes comparten el mismo cuarto. De hecho, según el informe de Gallup, el 33% de los consultados dijeron padecer ronquidos de sus acompañantes. Este resultado explica los datos de algunos estudios internacionales (por ejemplo, el del Impulse Research Corporation, en Estados Unidos) que indican que una gran cantidad de parejas admitieron que duermen en cuartos separados para descansar mejor.

"Frecuentemente recibimos consultas relacionadas con los problemas que ocasiona la condición de roncadores. Es un síntoma fastidioso, que padecen también quienes tienen que dormir cerca de ellos (hermanos, cónyuges y otros). Como el roncador no se escucha ni sufre su ronquido, la mayoría de las veces no puede creer lo que le relatan sus allegados", dice la doctora Margarita Blanco, especialista en trastornos del sueño.


Roncar es un problema respiratorio. Se origina en la nariz y/o en la garganta cuando el flujo de aire se encuentra restringido o los músculos de la garganta, relajados. Esto ocurre durante el reposo, al momento de dormir. La incidencia de ambos factores complica el paso del aire y dispara el ronquido, que es fruto de una vibración en la laringe. No se trata de un problema meramente molesto. Los especialistas explican que el ronquido, al alterar el sueño e interrumpir el descanso, deteriora notablemente la calidad de vida.


"Roncar al dormir puede disminuir nuestros reflejos y afectar nuestra concentración diaria", afirma el estudio de Gallup."El ronquido es un síntoma de que algo anormal sucede durante el sueño. Es importante tener presente que la mayoría de los roncadores duermen pero no descansan. Por eso es importante hacer un buen diagnóstico para luego orientarlo hacia el tratamiento adecuado", dice Blanco.


El doctor Alejandro Andersson, neurólogo y neurofisiólogo, director del Instituto de Neurología de Buenos Aires, recomienda a los roncadores hacerse una polisomnografía, un estudio que se realiza durante el sueño y permite detectar si hay apneas u otros problemas. "Una apnea, si se repite varias veces en una hora, genera un deterioro en todas las áreas. Hasta manejar es peligroso si uno tiene pausas en la respiración que puedan generar somnoliencia", explica. "Descartar algo serio en el origen del ronquido es importante", dice. "En la mayoría de los casos se trata de un ronquido benigno, también llamado ronquido simple, sin apnea o rítmico, provocado por la vibración de estructuras blandas, como la úvula o campanilla y otros tejidos próximos que constituyen el llamado paladar blanco, las amígdalas hipertrofiadas o las adenoides", afirma Blanco.


En los casos más severos, en que el ronquido obedece a una apnea, "hay que tener en cuenta que la interrupción del paso del aire disminuye la cantidad de oxígeno circulante en la sangre y aumenta la de anhídrido carbónico, pudiéndose también alterar el ritmo cardíaco --sigue la especialista--. Estas personas presentan un sinnúmero de síntomas desagradables durante el día, como excesiva somnolencia, alteraciones del estado de ánimo, disminución del rendimiento físico y/o intelectual, a veces insomnio y, muy frecuentemente, impotencia sexual". Los expertos explican que el tabaquismo, el alcohol y el sobrepeso pueden favorecer la aparición de ronquidos, y que también influye la edad: después de los 40 el problema se vuelve más frecuente.




También afecta a los niños
Un niño que ronca, al igual que el adulto, no descansa bien y no repone energías. Su sueño es inquieto y fragmentado. La oxigenación de sus tejidos durante el sueño puede estar alterada y, muchas veces, se modifica su frecuencia cardíaca repetidamente durante la noche. Su despertar es dificultoso. La consulta --aconsejan los expertos-- no debe demorarse.




Consejos
Si está excedido, haga dieta.


Evalúe sus vías aéreas superiores (nariz, garganta), para ver si hay factores obstructivos.

Minimice ruidos y luces a la hora de dormir.

Utilice tapones para los oídos en caso de estar en ambientes muy ruidosos.

Disminuya el consumo de estimulantes como cafeína, alcohol y cigarrillo, al menos cinco horas antes de acostarse.

Duerma de costado para aliviar la presión sobre las vías respiratorias.

Actualmente existen unas bandas (tiras nasales) que se adhieren a la nariz y favorecen el tránsito de oxígeno y, por lo tanto, de la respiración. También hay tratamientos farmacológicos y quirúrgicos.




Más de un damnificado
Sergio Danishewsky
Lo explica bien la infografía: roncar delata un problema respiratorio, y sería muy injusto quitar el foco en quien lo padece para posarlo en quien lo acompaña cada noche. Sobre todo porque, además, el roncador duerme mal, descansa menos y carga con un estigma que lo hará ponerse incómodo cuando deba compartir cama o cuarto, por placer, por accidente o por trabajo.




Y sin embargo... Vaya una mención al estoicismo de quienes también duermen poco y mal, pero por dificultades ajenas. Y vaya también algo de comprensión a quienes, corajudos, insomnes o sencillamente hartos, decidieron llevarse almohada, frazada y sueño a otro lado. Incluso, a otra casa.

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