martes, 19 de agosto de 2008

La "nariz incaica", un "problema" para inmigrantes


Por Silvia Pisani Especial para lanacion.com
Madrid.- La llamada "nariz incaica", orgulloso rasgo físico de una civilización, se está convirtiendo en "problema" para inmigrantes latinoamericanos que, en España, pagan hasta 4000 euros para que, bisturí mediante, un cirujano pula el prominente apéndice hasta dejarlo parecido a "lo que se usa en Europa" para sostener los anteojos.
"Estamos empezando a notar el fenómeno. Son inmigrantes que están descontentos con su nariz porque, a causa de una prominencia notoria y más propia de rasgos latinos, se alejan del patrón de belleza europeo", dice el doctor Antonio Porcuna, presidente de la Sociedad Española de Cirugía Estética, Plástica y Reparadora (Secpre).
No hay estadísticas ciertas, pero las cifras privadas haban de "centenares de casos" de esa naturaleza (o de ese perfil, ya que estamos) que se registran entre las 400.000 intervenciones de cirugía estética que, por año, se realizan en España.
"Quienes quieren corregir rasgos étnicos son, en mayoría, peruanos, ecuatorianos y bolivianos", explicó.
Los argentinos, supuestamente amantes de la cirugía estética, en esta corriente, no entran. "Es que nadie reconoce a un argentino por sus rasgos. Lo único que los diferencia de los españoles es su forma de hablar. Pero, en todo lo demás, son iguales", explicaron en la Secpre.
En la mayoría de los casos, la cirugía "étnica" apunta a reducir rasgos aborìgenes: una nariz demasiado angulosa o también en sentido contrario- a ganar volumen y estrechar fosas nasales demasiado anchas, en el caso de narices achatadas", explicó Porcuna.
Lo que, en todo caso, nadie duda, es que se trata de "occidentalizar" rasgos que tienen resonancia andina.
"No creo que se trate de negar raíces o de procurar una integración a costa de rasgos étnicos", se atajó el doctor José María Palacín, de la clínica Teknon, de Barcelona.
"Más bien me inclino a pensar que estamos frente al deseo de algunas personas de modificar algún aspecto de su rostro con el que no se sienten a gusto", añadió.
Algunos ex pacientes cuentan, precisamente, lo contrario. "Yo tenía una nariz que parecía Atahualpa. No es que me haya sentido rechazado en España, pero más o menos. Lo que ocurre es que, aquí, el tipo latino que gusta es el del actor Antonio Banderas o el del mexicano Gael García Bernal. Yo me aparecía con mi nariz andina y los pelos negros como alambres, y no había caso. Ligaba menos que un oso".
Tal el testimonio de Milton Villarruel, un ecuatoriano de Guayaquil que acaba de pagar 4200 euros para que le dejaran una nariz como la de Brad Pitt, pero en moreno.
"Estoy feliz, no hago más que mirarme al espejo", dice. Va vestido de negro de pies a cabeza. "Ha sido sólo un toque en la nariz, pero parezco otro", confiesa. Y se va, mirando sus rasgos hasta en la vidriera de la Casa de Lotería, con sus números colgando, como promesa de ilusión.

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