miércoles, 27 de agosto de 2008

Científicos españoles creen haber hallado la fórmula para vivir 125 años


Científicos españoles del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas de España dieron un importante paso en la búsqueda de la inmortalidad.
Un grupo coordinado por María Blasco consiguió crear una cepa de superratones transgénicos con un 45% más de vida media, al manipular un puñado de genes concretos. "Es como si los humanos viviéramos un promedio de 125 años", explicó la investigadora, al diario Público.
El secreto de esos roedores está en la activación de tres de las estrellas en el campo de la investigación oncológica: la enzima telomerasa y los genes p53 y p16.
Los extremos de los cromosomas --telómeros-- son fundamentales para la vida de las células: garantizan la estabilidad de los propios cromosomas, de la misma manera que el remate de plástico evita que se deshilachen los cordones de los zapatos o la goma del pelo impide que se desmelene una trenza.
A medida que el organismo envejece, la longitud de los telómeros se acorta. Sin embargo, existe una enzima, la telomerasa, que alarga su longitud. En las células cultivadas en laboratorio, la telomerasa convierte a las células en inmortales. Es como la enzima de la "eternidad".
El gen p53 es otra de las claves de la longevidad de los ratones del instituto español. Es el responsable del control de calidad de las células. El gen, además, actúa como un policía, rastreando a otros genes que se dedican a inducir la multiplicación incontrolada de las células: el cáncer.
El tercer responsable de la longevidad de los ratones es el gen p16, otro supresor tumoral. "Al activar p53 y p16 en los ratones, la incidencia de cáncer disminuye prácticamente a cero", explicó uno de los colaboradores Manuel Serrano. "No pensamos que los ratones vivan más porque tengan menos cáncer, sino porque estos genes también protegen del envejecimiento", añadió. Al estimular los genes p53 y p16, que están dormidos en la mitad de los tumores humanos, los investigadores consiguieron eliminar el riesgo de cáncer, uno de los peligrosos efectos nocivos de la enzima de la inmortalidad.
El objetivo ahora es mimetizar la acción de esos genes con nuevos fármacos para aumentar la longevidad de las personas.



Antecedentes
El grupo de la investigadora María Blasco viene aportando más y más conocimientos sobre las claves para desacelerar el envejecimiento. Como informó Clarín el 27 de julio del año pasado, su equipo anunció que potenciar la actividad de los genes p53 y Arf también podría contribuir a la lucha contra el cáncer.


En 2005, el mismo equipo halló una conexión entre la enzima telomerasa y ciertas células madre (que no están diferenciadas), al trabajar con ratones modificados genéticamente. Esto serviría para mejores diagnósticos.

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