viernes, 29 de agosto de 2008

Es clave para la salud el lugar que se ocupa en la escala social


INFORME DE LA ORGANIZACION MUNDIAL DE LA SALUD
Por: GINEBRA. AFP, DPA, EFE
La esperanza de vida de las japonesas, que es de 86 años, duplica a la que tienen las mujeres al nacer en Zambia, que es de sólo 43 años. La tasa de mortalidad infantil es de 2 por 1.000 nacidos vivos en Islandia, pero de más de 120 por 1.000 nacidos vivos en Mozambique. Y si el riesgo de muerte materna durante el parto o poco después de él es de sólo una por cada 17.400 mujeres en Suecia, llega hasta una de cada ocho en Afganistán.


Son algunos de los ejemplos que acompañan el Informe sobre Determinantes Sociales de la Salud, dado a conocer ayer en Viena por la Organización Mundial de la Salud.

Según concluye el estudio, en el que trabajó durante tres años una comisión de expertos del University College London, las diferencias también se aprecian claramente dentro de un mismo país.
Así, en Bolivia la tasa de mortalidad infantil de los bebés de madres que no han cursado estudios supera los 100 por 1.000, mientras que la de los bebés de madres que tienen al menos educación secundaria es inferior a 40 por 1.000.
Y en Australia, la esperanza de vida de los aborígenes es de 59,4 años para los varones y 64,8 para las mujeres, edades muy inferiores a la de los australianos no aborígenes (que es de 76,6 y 82 años, respectivamente).
"Reducir las desigualdades en materia de salud es un imperativo ético. La injusticia social mata a la gente a gran escala", recalcó Michael Marmot, presidente de la comisión de la OMS que lideró el estudio.
"Un niño nacido en la periferia de Glasgow, en Escocia, tendrá una esperanza de vida inferior en 28 años a otro nacido en Lenzie, a 13 kilómetros de ahí", dijo. "No existe ninguna buena razón biológica para explicar eso".
Un ejemplo a seguir, según la comisión de expertos, son los países nórdicos. Su política de igualdad de derechos y pleno empleo equiparó el acceso a las prestaciones y servicios sociales y minimizó la brecha social. "Este ejemplo ilustra lo que debe suceder en todo el mundo", dijeron.
Por su parte, la directora de la OMS, Margaret Chan, señaló que "los sistemas de salud no tienden naturalmente hacia la equidad. Es necesario hacer un esfuerzo de dirección sin precedentes para llevar a todos los actores, inclusive los de fuera del sector de la salud, a examinar los efectos sobre la salud".
Para la OMS, "la equidad en materia de salud debe ser un objetivo fundamental del desarrollo". Y subraya que "los cuidados de salud son un bien público y no una mercancía comercial".

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