sábado, 18 de septiembre de 2010

Historias de parejas que viven amores incestuosos

Para la mayor parte de la sociedad, mantener una relación incestuosa es algo impensado. El amor entre parientes es inaceptable, tanto desde los cultural como desde los religioso. Pero estas relaciones existen. Pamela y Eduardo Aguilar son medio hermanos, pareja y tienen una hija de diez años. Sus padres los separaron cuando eran muy pequeños y sin conocerse como “hermanos”, dieciséis años después se reencontraron y supieron la verdad. Pero el amor fue más fuerte. Eduardo invitó a salir a Pamela y comenzaron el noviazgo en secreto.
“Cuando tenía dos años, mi papá se alejó de mi mamá y me llevó con él. Mi hermano tenía ocho y, por el poco tiempo que vivimos juntos de niños, no tengo recuerdos con él. Nos llevamos muy bien, tenemos nuestras peleas normales pero nos queremos mucho y vamos a estar siempre juntos”, cuenta Pamela. Ante la ley son hermanos de la misma madre y del mismo padre, ya que el padre biológico de Pamela reconoció a Eduardo como hijo propio. Lo real es que ambos nacieron del mismo vientre, fueron gestados y amamantados por la misma mujer, pero nada de eso les impidió compartir una vida de pareja desde hace casi treinta años. Fueron padres de un bebé que a los meses de nacido sufrió una muerte súbita. El dolor colmó sus vidas y se separaron. Tiempo después se reencontraron y volvieron a empezar. “Sentí que necesitaba a Eduardo porque es el amor de mi vida, y como a él le pasa lo mismo nos dimos otra oportunidad”, confiesa Pamela. Intentaron ser padres de nuevo y nació Rocío, que a los siete años los enfrentó preguntándoles si eran hermanos. Pamela y Eduardo ya habían sido asesorados por un psicólogo que les aconsejó decir la verdad cuando su hija quisiera saberla. Juntos siguen adelante porque defienden su amor. “Es difícil salir a la calle y que te miren mal o te discriminen porque tu pareja es tu hermano. Sentimos que lo que vivimos es normal, porque desde el momento que lo vi, lo miré como hombre”, asegura Pamela. Sus lazos de consanguinidad les impide casarse, ya que en el Código Civil argentino se especifica en el artículo 166 que está prohibido el matrimonio entre ascendientes y descendientes (padres e hijos), como así también entre hermanos y medio hermanos.
El jefe del Servicio de Pediatría del Sanatorio Sagrado Corazón, Marcelo Acerenza, asegura que desde el punto de vista médico no son aconsejables este tipo de uniones. “Nuestra genética condiciona que a mayor grado de parentesco, mayor sea el riesgo de tener niños con alguna enfermedad. Entre parientes de primer grado, padres e hijos y hermanos carnales tienen un 30% más de probabilidades que la población general de tener hijos con malformaciones o muertes infantiles.” Para la licenciada en psicología Eliana Jourdan no es posible determinar como “normal” un amor donde reina el incesto. “En verdad la prohibición del incesto es condición para que exista la cultura. Esto es un referente universal acerca de la preferencia de las relaciones de parentesco fuera del grupo social de origen.”
Otro caso es el de Daniel y María, tío y sobrina. María fue criada sin contacto con su familia. Después de quince años sin verse, comenzaron a trabajar juntos y surgió el deseo. “Volvíamos del trabajo y la tomé de la mano. Nos miramos y nos dimos un beso –cuenta Daniel–. Era muy fuerte lo que sentíamos y seguimos adelante, pese a que no lo acepte mi familia. Ahora vivimos juntos y logramos ser padres de una hermosa beba.”
El caso de Mauricio es diferente: se enamoró de la suegra de su hermana. “Mi hermana menor se quedó embarazada de su primer novio. Nos juntamos con la familia para ver cómo ayudarlos, conocí a la mamá de mi cuñado y no pude dejar de mirarla. Nos hicimos amigos y me animé a invitarla a salir. Desde ese día empezamos a vernos cada vez más, pero perdimos a todos y lamentamos no poder ver a mi sobrino, que es el nieto de mi pareja, porque ni mi hermana ni mi cuñado nos reciben en su casa.”

Matrimonios que perduran en el tiempo
“Las parejas que llevan muchos años juntas se explican por una multitud de razones como situación económica, pasión, proyectos compartidos y lazos especiales. No alcanza el amor para vencer el paso del tiempo.” Estas afirmaciones se desprenden del libro de Raquel San Martín Por qué dura el amor, que, sin objetivos científicos, ahonda en relaciones de larga duración y logra establecer puntos a tener en cuenta para una mejor calidad de vida junto al ser amado.
El camino elegido para permanecer en armonía no depende de recetas mágicas, simplemente se construye de a dos en un día a día. Lo principal es que las parejas que desean mantener la unión, el deseo y la pasión, pueden superar el paso del tiempo siempre que sostengan un proyecto en común, sin que los hijos sean el producto final de su relación, y manteniendo la intimidad pese a la cantidad de gente que los rodee.
San Martín deja entrever que existe “un misterio” que sólo los integrantes de cada pareja conocen naturalmente. Sin intentar descifrarlo es cómo el amor perdura, ya que sin importar quiénes son cada uno y lo que serán en un futuro lejano, el amor sigue siendo lo que une hasta a las pareja.

diario-perfil.com.ar

2 comentarios:

Anónimo dijo...

soy pamela aguilar ,,,y opino que cuando a los hijos los separan de sus hermanos ,,los apdres deben hacerse cargo ,,del resultado ,desde hace unos meses eduardo y yo estamos separados ,,al final eramos una pareja comun ,,,nada especial ,eduardo no se ocupa de nuestra hija ,la dejo de ver ,un gran cariño ,,a quienes nos hcieron esta nota ¡¡¡¡
si me quieren escribir mi email es
pamelaaguilar63@yahoo.com.ar

Homero peloncito samayoa dijo...

FELICITACIONES. Luchar siempre por lo que se quiere es hermoso. Saludos desde la Universidad Autonoma de Chiapas México.