jueves, 23 de septiembre de 2010

El 70% de las mujeres con cáncer de mama tiene problemas de sexualidad

Sin uno de los pechos, con menopausia prematura y sufriendo la caída del pelo. Las mujeres con cáncer de mama no pueden verse menos femeninas. A disgusto con su propio cuerpo tampoco se sienten deseadas por sus parejas. Si a esto se le suma que algunos tratamientos para evitar la reaparición del tumor provocan falta de libido, entre otros síntomas, la consecuencia lógica es que las relaciones sexuales se resientan. Aunque ya se sabía que el diagnóstico de este tipo de cáncer influía en la actitud en la cama, un nuevo estudio lo confirma y revela que hasta el 70% de las pacientes sufre problemas de sexualidad.
La investigación, publicada en 'Journal of Sexual Medicine', analizó a 1.684 mujeres que sobrevivieron a un tumor mamario. Entre junio de 2004 y diciembre de 2006 preguntaron a las participantes, que tenían menos de 70 años y no padecían ninguna otra enfermedad, cómo eran sus relaciones antes y después del cáncer.
Los autores comprobaron que la mayoría de ellas (70%) presentaba falta de deseo sexual, baja autoestima, menos placer e, incluso, dolor durante el coito, debido a que la terapia reseca las mucosas. Estos trastornos de la función sexual no tenían que ver ni con la fase del tumor ni con el tipo de cirugía realizada para extirparlo (mastectomía -retirada de la mama- o lumpectomía -cirugía más conservadora que extrae los bultos pero no el pecho-).
Además, todas ellas afirmaron que disfrutaban del sexo antes de saber el diagnóstico de cáncer, por lo que el tumor y su tratamiento eran los responsables del deterioro de sus relaciones.
Las pacientes con problemas de sexualidad se sentían peor con su propia imagen corporal y creían que sus novios y maridos estaban más descontentos con su apariencia que aquellas enfermas que no notaron cambios en su actividad sexual. Y quienes sufrían síntomas vasomotores -sofocos y sudores nocturnos- como consecuencia del tratamiento -especialmente de los inhibidores de la aromatasa- tenían dos veces más posibilidades de ver mermada su sexualidad que el resto. Un efecto que, sin embargo, no se vio con la quimioterapia.
"Las mujeres que han sido tratadas de un cáncer de mama necesitan apoyo para mantener bien otros aspectos de su salud después de la enfermedad y, entre ellos, necesitan consultar sus problemas de sexualidad", explica Mary Panjari, del Programa de Salud de la Mujer del Hospital Alfred de Australia y autora de la investigación. "Las pacientes ahora reciben inhibidores de la aromatasa, la llamada terapia endocrina adyuvante, durante un largo periodo de tiempo para evitar recaídas por lo que los problemas de sexualidad entre estas mujeres serán cada vez más comunes", concluye.

elmundo.es

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