jueves, 11 de marzo de 2010

Hijos de padres "peleadores", más propensos a padecer problemas psíquicos

Científicos franceses aseguran que la historia familiar influye en el incremento de la posibilidad de ejercer violencia conyugal y maltrato hacia los hijos, o de sufrir depresión. Especialistas destacan que puede haber un "modelo" pero trabajar sobre los hechos hace posible no repetir lo vivido
De acuerdo con un estudio publicado recientemente en la revista especializada Journal of Epidemiology and Community Health "los hijos de padres 'peleadores' (es decir esas parejas que discuten permanentemente), serían más propensos a tener problemas de conducta así como también alteraciones en su salud mental durante la adultez".
Tal como consta en la publicación -órgano de comunicación oficial de la Society for Social Medicine- "la exposición de un niño a la violencia por parte de sus padres es hoy considerada como una forma particular de maltrato que puede tener serias consecuencias en los chicos".
A fin de conocer un poco más sobre la temática, Pro-Salud News dialogó con una experta en el tema, la licenciada Alejandra Libenson, psicopedagoga, psicóloga y terapeuta especialista en Crianza y Vínculos Familiares.
"Cuando pensamos y consideramos la historia psíquica de una persona, tenemos que hacerlo en términos de causa-efecto. De manera que si bien no es posible afirmar que una mujer o un hombre por haber tenido una familia disfuncional vaya a tener elecciones del mismo tipo en su vida adulta, sí es verdad que la historia familiar suele operar como modelo, generando además una cierta predisposición a repetir formas de vincularse, no sólo con una pareja sino también en el ámbito social".
"Desde este punto de vista, si no se trabaja sobre el tema que haya generado un conflicto o tenido cierto efecto traumático, es posible que una persona replique durante su adultez en forma activa aquello que como niño vivió de manera pasiva", continuó la especialista, autora del libro "Criando hijos, creando personas" que ya va por su segunda edición.
"Entonces, lo mejor que se puede hacer es identificar las cuestiones que es necesario revisar porque, en la medida que uno pueda elaborarlas, éstas no serán algo recurrente, que aparezca espontáneamente y sea difícil de manejar o dominar", expuso la licenciada Libenson.
Por su parte, el doctor José Eduardo Abadi, médico psiquiatra y psiconalista, dijo: "Las peleas y discusiones dentro de una pareja y por ende de una familia, no sólo afectan a los chicos sino también a las personas que protagonizan esa situación, el hombre y la mujer. Por ende, siempre es preferible, dentro de lo posible evitar ese tipo de momentos para no alterar la armonía familiar y no abrir el camino para las consecuencias a futuro".
Sobre el estudio
Para llegar a esta conclusión, los investigadores franceses analizaron la vida de 3.023 adultos, realizando entrevistas en las cuales se consideraba la situación actual de los voluntarios (afectiva, social, laboral, económica, familiar), aunque también sus antecedentes indagando, por ejemplo, si sus padres se peleaban cuando ellos eran chicos, qué tipo de discusiones y por qué motivo tenían, si se había producido un divorcio en la familia, si se habían generado situaciones de abuso físico, sexual, de violencia o maltrato, y si existían antecedentes de alcoholismo.
También -ya tomando como referencia la vida adulta de los voluntarios para entender si existía relación con su pasado- se consideraron factores como la tendencia a la depresión (o el desarrollo del cuadro), los deseos suicidas y las actitudes frente a la pareja y los hijos.
De los 3.023, el 16 por ciento admitió haber sido testigo de episodios violentos entre sus padres antes de cumplir 18 años, mientas que la gran mayoría refirió que además de esos antecedentes, la situación financiera, la crisis, el miedo al futuro o la incertidumbre con respecto a éste, el estrés, la situación de pareja, las enfermedades de los mayores y el desempleo son condiciones que pueden influir en el desarrollo de un episodio desagradable.
"Luego de considerar todas las variables -tanto las mencionadas por los voluntarios como las que ellos mismos relataban sobre su historia- concluimos que aquellos adultos que de niños habían estado expuestos a numerosos episodios de violencia, peleas o discusiones entre sus padres, presentaban 1,4 más posibilidades de sufrir depresión, tres veces más chances de verse involucrados en episodios de violencia conyugal y cinco de ejercer maltrato sobre sus hijos", sostuvieron los responsables del estudio.
"La idea de este análisis no es juzgar sino concientizar sobre lo importante que es brindarle a los chicos un ambiente familiar armónico y de amor en el cual puedan desarrollarse plenamente", concluyeron.
infobae.com

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