domingo, 18 de octubre de 2009

Madres porteñas, dueñas de un récord


Laura Reina
LA NACION
Aunque la mujer parece tener hoy otras prioridades que no son cambiar pañales y ha retrasado la edad en la que decide debutar como madre, no deja de lado su deseo de tener un hijo. De hecho, 2008 será recordado como el año en que hubo el mayor número de nacimientos en la ciudad de Buenos Aires, desde la década del 80.
Lo curioso es que este nuevo baby boom es protagonizado, en su mayoría, por mujeres de más de 30 años.
En 2008, 45.122 niños vieron la luz de madres cuya edad promedio fue de 29,4 años. Los nacidos fueron, así, 316 más que en 1986, cuando se registró el pico de nacimientos de las últimas décadas.
Estos datos, proporcionados por la Dirección de Estadísticas y Censos del gobierno porteño, sugieren que la mujer mantiene su deseo de ser madre, aunque ha modificado ciertas conductas respecto de la maternidad, como la de elegir el momento en que quiere tener un hijo.
Uno de los cambios más notorios de las últimas décadas se da en la edad promedio de las madres. Mientras que en los 80 el 57% de las parturientas se ubicaban en la franja que va de los 20 a los 29 años, ahora el 52% de las mujeres que dan a luz tiene más de 30 años.
Las motivaciones de la mujer de hoy para convertirse en madre no son muy distintas de las de antes, cuando la maternidad semejaba ser más una imposición social que una elección de la pareja.
"En general, se homologa femineidad con maternidad. El deseo femenino pasa por otros lugares que no son los hijos; mientras que el deseo de maternidad es algo que se construye a lo largo de una vida. Ahora hay más libertad para elegir ser o no ser madre. Pero cuando se elige serlo, la motivación es la misma que antes, se juegan las mismas cosas", dijo la psicoanalista Valeria Casali, docente de la UBA y miembro de la Fundación Buenos Aires.
Según la médica psicoanalítica Liliana Novaro, integrante de la Asociación Psicoanalítica Argentina, "la maternidad fue dejando de ser una imposición biológica y social para transformarse en una elección, en un deseo que necesita ser integrado con otros deseos y objetivos. Como la mayoría de las mujeres trabaja, algunas eligen terminar sus carreras y afianzarse laboralmente, y postergar la maternidad para buscar el momento oportuno".
Encontrar el momento ideal para convertirse en madres es algo propio de la modernidad. La psicóloga Patricia Alkolombre opinó que "tener un hijo es uno de los deseos femeninos que se desarrollan desde la infancia. Lo que hoy cambió, a partir de la anticoncepción y la liberación femenina -dijo-, es que la mujer puede elegir libremente cómo, cuándo y con quién tener un hijo. Para ella es imperante el momento en que se accede a la maternidad. En general, trata de elegir un momento que esté bien en pareja y que se cuente con apoyo ambiental". Kit de supervivencia
Este último punto no es menor, ya que, sin un entorno colaborador, muchas desisten de su deseo de tener un hijo o lo postergan hasta que logran encontrar el equilibrio necesario. Desde que se casó, Giuliana Di Marco tuvo como prioridad formar una familia. Hoy está a pocos meses de lograrlo, ya que a fines de diciembre será madre por primera vez de un varón, León.
"Siempre estuvo entre las prioridades formar una familia, pero para eso quería alcanzar cierta estabilidad económica. Yo tengo 29 años y aunque mi proyecto era quedar embarazada después de los 30 años para terminar de estudiar, la maternidad me llegó en un buen momento, con padres y suegros jubilados, que me dijeron que me van a ayudar en todo. Es que no quiero dejar a mi bebe con un extraño", contó.
El kit de supervivencia de la madre actual no sólo incluye padres y suegros colaboradores, sino una pareja comprometida con la crianza del niño, algo que también forma parte de la modernidad: "En general, las mujeres de hoy comparten con la pareja tanto el sostén económico y afectivo de la familia como la crianza de los hijos", dijo Novaro.
Pero, contrariamente a esto, también hay cada vez más mujeres que se animan a tener hijos solas. "Alrededor de los 40 años, cuando el reloj biológico apremia -agregó Novaro-, deciden ser madres y afrontar solas, o con ayuda familiar, la complejidad de la crianza."
Pero así como la maternidad hoy es una elección, el no tener hijos también lo es. "Esta decisión era impensable en otra época, ya que la ausencia de hijos se vivía como un sentimiento de inferioridad y vergüenza; constituía un estigma social. Si la decisión se toma luego de reflexionar profundamente y de un modo maduro, no habrá costos que pagar", opinó Novaro.
Según Alkolombre, aún hoy persiste una cierta mirada sobre la mujer que decide no tener hijos.
"Como la maternidad se puede elegir -opinó-, esto demuestra que no hay instinto materno. Y que ser madre es algo que se construye en forma cultural."
lanacion.com

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