sábado, 19 de marzo de 2011

Uno de cada cuatro chicos duerme menos horas de las recomendadas


Dormir es tan básico como respirar, pero los cambios culturales y tecnológicos han llevado a que el 25 por ciento de los chicos y los adolescentes duerman hoy menos horas de las recomendadas. Un ajuste que ya está afectando su calidad de vida.
Las consecuencias de esa reducción del sueño preocupan a los especialistas médicos que ayer celebraron el Día Mundial del Sueño, con el lema “Los chicos que duermen bien, crecen sanos”. Advirtieron a través de la Asociación Mundial de Medicina del Sueño que los chicos que duermen poco aumentan su riesgo de sufrir obesidad, traumatismo, problemas emocionales, agresividad, irritabilidad y frustración.
Por si fuera poco, unas pocas horas de sueño pueden producir un cambio en los niveles de actividad: muestran hiperactividad o, por el contrario, están muy cansados durante el transcurso del día. Y se nota en el momento de la jornada escolar o al hacer las tareas en la casa: al dormir poco, la memoria es más débil, y también queda afectada la atención, el aprendizaje y el razonamiento. “El mal dormir en los chicos y los adolescentes puede impactar en el rendimiento escolar”, afirmó Daniel Pérez Chada, jefe del servicio de neumonología del Hospital Austral, y miembro de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria.
“El sueño tiene una importancia vital en los chicos de todas las edades”, señaló Jodi Mindell, que se especializa en psicología y medicina del sueño pediátrico en los Estados Unidos. “Conseguir una noche completa de sueño ayuda a funcionar mejor tanto en la escuelas como en el hogar. Es esencial para su felicidad y bienestar”, agregó en un comunicado que acompaña a la campaña de la asociación mundial.
La reducción de las horas del sueño en los chicos tiene varias causas. “Una de las causas es que los padres llegan tarde a la casa, por jornadas laborales largas. Y esto hace que los chicos duerman más tarde. Lo ideal sería que los chicos cenen a las 8 de la noche”, comentó Mirta Averbuch, especialista en medicina del sueño de la Fundación Favaloro.
Otras razones es que los chicos tienen ofertas para estar despiertos más tiempo. “Los chicos viven usando las consolas para jugar, las redes sociales en Internet, el celular, y la televisión. Los chicos se van a la cama, pero siguen conectados por algunos de esos medios, sin control de los padres, quienes también están cansados de trabajar”. Todo hace que los chicos se duerman muy tarde. Pero deben levantarse temprano para ir al colegio.
“Las familias desconocen generalmente las necesidades de horarios óptimos de sueño de los chicos, que son necesarios para el aprendizaje y para la salud de los chicos. Cuando empiezan a tener problema de comportamiento o de bajo rendimiento escolar, los padres o los docentes mandan a los chicos a los psicólogos. Antes de tomar la decisión, los padres deberían revisar si los chicos están durmiendo las horas que necesitan según la edad”.
El problema del dormir en los chicos es una consecuencia de grandes cambios en la sociedad occidental también. Se sabe que en los últimos 50 años, se han perdido en promedio 2 horas de sueño diario (incluyendo a los adultos), y de esta pérdida solo se puede recuperar un tercio. El tiempo perdido se refleja en forma de somnolencia diurna, disminución de la atención y memoria, hiperactividad y detención del crecimiento en niños, depresión, alteraciones cardiovasculares, metabólicas, bajo rendimiento escolar y laboral.
“Estamos a tiempo de enfrentar el problema. Y podemos hacerlo con medidas de higiene para el sueño de los chicos y los adolescentes, que hoy duermen hasta 6 horas menos de las recomendadas”, resaltó Eduardo Borsini, neumonólogo del Hospital Británico de Buenos Aires. ¿Higiene? “Sí, los chicos necesitan tener horarios fijos para irse a dormir, que se regule el horario de las discotecas, y que no hagan actividad física dos horas antes de ir a dormir”.

Las horas de sueño y el crecimiento

 “Los padres se suelen preocupar más por la alimentación de los chicos como el camino que los ayuda a crecer. Pero dejan de lado que también deberían ocuparse del buen dormir de los hijos. Porque su crecimiento depende del dormir bien, en calidad y cantidad”, afirmó Mirta Averbuch, especialista en el tema y jefa de la Unidad de Medicina del Sueño de la Fundación Favaloro. Es que la investigación científica ya ha confirmado que las abuelas tenían razón: los chicos crecen cuando duermen.
“El sueño tiene varias fases. En una de ellas, que se llama fase de sueño lento, se tienen los sueños propiamente dichos. Durante ese momento, el organismo humano secreta la hormona del crecimiento, que es importante para poder crecer”, explicó Averbuch. En los niños, la secreción de hormona de crecimiento es mayor que en adultos, y a partir de cierta edad, la concentración y secreción va disminuyendo, pero la hormona de crecimiento sigue teniendo un rol fundamental en el sueño aún en mayores.
Como consecuencia, los niños que no tienen un sueño adecuado pueden presentar baja talla. Por ejemplo, los que roncan y presentan pausas respiratorias, tienen altura más baja que el resto, de igual forma los que duermen pocas horas.

Cuánto hay que dormir, según la edad

De 3 a 12 meses. 14 a 15 horas. Siesta de 2 a 4 horas.
De 1 a 3 años. 12 a 14 horas. Siesta de 2 horas.
De 3 a 5 años. 11 a 13 horas seguidas.
De 6 a 12 años. 10 a 11 horas seguidas.
De 12 a 18 años. De 8 horas y media a 9 horas y media.
18 años en adelante. Se aconseja un mínimo de 7 horas.
Los diez mandamientos del buen dormir infantil
Establecer un horario adecuado para que el chico se acueste y para que se levante. Se aconseja que vaya a la cama no más tarde de las 21 horas.
Mantener un horario regular para acostarlo y levantarlo, tanto en días escolares como los fines de semana.
Lograr una rutina antes de acostar al niño (que se ponga pijama, que se lave los dientes). Vestirlo con ropa cómoda, incluso pañales absorbentes para evitar que se despierte por estar mojado.
Animarlo a que se duerma solo.
Evitar la luz brillante antes de acostarlo y durante la noche, y aumentar la exposición a la luz por la mañana.
Mantener todos los aparatos electrónicos como televisores, computadoras y celulares apagados, o fuera de la habitación del niño. Y limitar su uso antes de acostarse.
Es importante mantener durante el día horarios regulares para todas las actividades, sobre todo los de las comidas principales y la hora de tomar un baño.
Realizar siestas (hasta los cinco años) en horarios regulares y de duración adecuada para la edad.
Asegurarse que el niño realice ejercicios y pase al menos un tiempo al aire libre durante el día.
Eliminar alimentos y bebidas que contengan cafeína como refrescos de cola, café y té, sobre todo después de las 17 horas.
Fuente: Asociación Mundial de Medicina del Sueño.
clarin.com

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