miércoles, 10 de marzo de 2010

Dan dos niños en guarda a un travesti

Orlando Andrada
Corresponsal en Córdoba
CORDOBA. "Siempre tenemos prejuicios con este tipo de personas porque es usual que a un travesti se lo asocie con la prostitución o con un submundo nocivo, peligroso y, en realidad, todos nos sorprendimos gratamente con el concepto y la inserción social que tenía esta persona". De esta forma, el juez de menores de Río Cuarto José Varela Geuna justificó el otorgamiento de la guarda definitiva de dos niños a un travesti.
El magistrado tomó la controvertida determinación en favor de María Belén Ochoa, al dejar firme la guarda provisional de una niña de 4 años y de su hermano, de 7, que estaban a su cuidado desde hacía cuatro años porque sufrían maltrato familiar. Además de criarlos, los manda a la escuela, en la localidad de Holmberg, vecina a Río Cuarto.
Varela Geuna explicó que "los padres [de los chicos] vivían una situación muy grave", estaban separados y el hombre era alcohólico, por lo cual las criaturas "se hallaban en estado de abandono y desidia". La madre de los niños no volvió en los últimos tiempos a la localidad y el padre murió el año pasado. "Los padres eran vecinos de Belén. Actuamos de esta manera debido al vínculo que hay. Se dieron situaciones muy particulares. Los papás no estaban juntos, la mamá los abandonaba y el papá tenía adicciones. Eso hizo que los niños quedaran al resguardo de Belén", expresó el juez.
Con participación de asistentes sociales, intervino el juez, quien hace dos años le otorgó la guarda provisional y, ahora, la definitiva.
"En un primer momento se tomó una medida provisional por la situación preexistente, ya que cuando el juzgado de menores tomó conocimiento, los niñitos ya se encontraban al cuidado de esta persona, en razón de la situación muy grave de los padres", explicó el magistrado.
Agregó: "Se hizo un seguimiento permanente, a cargo de profesionales técnicos y, además, se contó con la colaboración de la médica del dispensario, la pediatra Matilde Glineur Berne. También se mantuvo contacto con miembros de la pequeña comunidad de Holmberg".
Varela Geuna destacó que "fue buena la inserción de los niños en el hogar", pero recordó que "resultó difícil en algún momento, y todavía lo es, la relación con la abuela biológica, que sigue viviendo al lado".
Por el abandono de sus hijos, el juez dijo que la madre biológica perdió la patria potestad y que "los chicos son hoy responsabilidad absoluta de María Belén". Además, hace un año falleció el padre de los menores.
Si bien la eventual adopción es facultad de la justicia civil, Varela Geuna se declaró partidario de concedérsela al travesti, sobre todo "por los antecedentes reunidos en la causa. Obviamente -dijo-, una de las probanzas que se acercarán a ese juicio de adopción será el expediente de guarda."
Con emoción, Belén Ochoa manifestó: "Para mí es un paso enorme. No me esperaba todo esto que me ha pasado. No voy a bajar los brazos. Nunca tuve problemas por mi condición sexual. Voy al colegio de los chicos, participo en las reuniones, todo es normal. Si tenés respeto hacia los demás, ellos tendrán respeto hacia vos. No vine a pedir que me dieran nenes en adopción. Las cosas se dieron así". No obstante, no descarta iniciar los trámites de adopción. Ese tipo de trámite podría ser debatido en el Congreso Nacional cuando se discutan los proyectos sobre casamiento entre gays.
Voces de apoyo
La pediatra Glineur Berne, que fue la que acudió a la Justicia ante la situación de los menores en la familia biológica, destacó: "La decisión del juez significa que se entendió que había un acto de amor y que lo importante son los chicos, no los adultos. Los niños han encontrado una verdadera familia. Entendimos desde un primer momento que la solución era María Belén". Y abundó: "El varoncito ha salido mejor compañero en la escuela, es excelente alumno. Quiere decir que los chicos son contenidos y amados. María Belén los cuidó desde un principio. El juez de menores es un orgullo para la ciudad. Tenemos un funcionario que es una maravilla, con un criterio muy amplio".


Mariela Muñoz, la transexual que instaló el tema en los 90
En 1993, el travesti Mariela Muñoz se hizo conocido por un caso similar al que hoy protagoniza María Belén Ochoa, sólo que con un final diferente: en diciembre de ese año, el juez de menores de Quilmes Pedro Entío decidió anular las partidas de nacimiento de dos mellizos y una niña que ella criaba desde su nacimiento y que había anotado como propios.
Además, por este hecho Muñoz fue condenado a un año de prisión en suspenso. A este fallo le siguió una larga peregrinación por los medios de prensa y juzgados para lograr un régimen de visitas que le permitiera ver a quienes consideraba sus hijos. En total, Muñoz, que hoy tiene 65 años, crió 17 "hijos" y tiene más de 30 "nietos y bisnietos".
En mayo de 1997, la posterior transexual consiguió una importante victoria personal: logró que en un nuevo DNI figurara como "mujer" y que cambiaran su nombre de nacimiento, Leonardo, por el de Mariela.
Basado en varios peritajes psicológicos, el juez Jorge Dreyer, del Juzgado N° 8 de Quilmes, ordenó al Registro Civil el cambio de identidad. Entre sus argumentos sostuvo que su sexo psicológico era femenino desde la infancia y anterior a la intervención quirúrgica que se había realizado en Chile en la década del 80. Este caso marcó jurisprudencia y fue tomado como precedente para el pedido de cambio de identidad de varias transexuales.
Su particular historia trascendió las fronteras nacionales y fue incluso llevada al teatro en Suiza por el realizador argentino Marcelo Díaz.
En 2003, Muñoz intentó ser elegida diputada provincial por el Partido Justicialista con el eslogan "Una mujer diferente", pero no logró la banca deseada. Pretendía instalar el tema de la diversidad en el Congreso. En las elecciones de 2009, volvió a probar suerte con la política, y se presentó como candidata a diputada provincial por el Partido Renovador, pero otra vez las urnas le fueron esquivas. El Inadi, además, la nombró "la mujer del año".
Debate sobre el impacto del fallo en los chicos
El fallo judicial que otorgó la tenencia de dos chicos a un travesti en Río Cuarto divide las aguas. Como ocurre con el matrimonio entre personas del mismo sexo, existen posiciones encontradas en cuanto a la conveniencia de que un transexual o travesti adopte un niño, aunque, en rigor, la ley no lo impide expresamente.
"No opino sobre el fallo porque no lo conozco pero, en principio, puedo decir que entre darle la tenencia a un travesti o a alguien que no lo es, sería conveniente lo segundo", dijo Eduardo Sambrizzi, de la Corporación de Abogados Católicos. "No es conveniente porque los chicos no tienen una idea clara o polaridad sexual de referencia, y van a tener una confusión bastante grande", dijo Sambrizzi.
En opinión de César Cigliutti, de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), la futura orientación sexual de los chicos no depende de quién los adopte. "La mayoría de los gays provenimos de familias con padres heterosexuales y en la psicología se habla de roles de padres y madres, no de figuras. En cualquier pareja esos roles existen independientemente de su género", explicó Cigliutti.
"La garantía de que un chico esté bien educado es el amor y el afecto que reciba en su hogar", agregó.
Según Sambrizzi, es una situación "inconveniente" para los chicos, entre otras cosas, por la eventual discriminación de la que serían objeto por parte de sus pares. "Van a estar expuestos a una discriminación terrible de los otros chicos", dijo.
En este sentido, la titular de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans, María Rachid, expresó: "Eso es como recomendarles a las parejas de judíos o de negros que no tengan hijos porque podrían ser discriminados: hay que empezar a valorar lo que realmente importa y es que los chicos sean queridos y que tengan lo que necesitan".
Lo ideal, según Sambrizzi, es que en "cualquier acto se tenga en cuenta el interés superior del niño", dijo. Y en este punto, acaso el único, concuerdan todos.
lanacion.com

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