miércoles, 1 de septiembre de 2010

El electrocardiograma podría ocultar algunas enfermedades

Los electrocardiogramas son estudios de rutina que se hacen para analizar la actividad eléctrica del corazón. Permiten averiguar más sobre el ritmo, el tamaño y funcionamiento de las cavidades y el músculo del corazón y detectar anormalidades. Pero a veces pueden encubrirlas.
Un equipo de investigadores argentinos, del Hospital Ramos Mejía en Capital y de la Universidad de Pensilvania, en los Estados Unidos, descubrió que, en algunas oportunidades, los electrocardiogramas pueden enmascarar enfermedades. Es decir, dan como resultado que el corazón funciona bien, pero el paciente podría estar sufriendo un trastorno cardíaco.
“ Este descubrimiento no va en contra de los electrocardiogramas. Por el contrario, consideramos que se trata de un método de diagnóstico que resulta útil. Pero es importante que los médicos y los pacientes sepan que pueden arrojar resultados falsos positivos”, explicó a Clarín Pablo Chiale, director del centro de arritmias cardíacas del Hospital Ramos Mejía de Capital y profesor adjunto de la Universidad Católica Argentina.
Chiale, junto con Mario González –que trabaja en la Universidad de Pensilvania–, volvieron a recuperar un fenómeno descripto en 1982 por el médico argentino Mauricio Rosenbaum: la “memoria cardíaca”, que consiste en un cambio en el estado eléctrico del corazón, que puede ser generado por estímulos diversos.
Ese hallazgo ahora fue retomado por el equipo de Chiale, a través del estudio publicado en la revista Journal of Interventional Cardiac Electrophysiology . Participaron pacientes con anormalidades congénitas del corazón, enfermedad de Chagas y otras anomalías, y pacientes con arritmias esporádicas y electrocardiogramas normales. Se les realizó una estimulación artificial del corazón durante 15 minutos. “El electrocardiograma se normalizó en la mayoría de los pacienes que tenían antes las anomalías creadas por una verdadera enfermedad cardíaca. Es decir, la memoria cardíaca enmascaró las evidencias de un desorden subyacente, como por ejemplo la enfermedad de las arterias coronarias ”.
Este nuevo hallazgo obliga a los médicos a analizar de manera retrospectiva el funcionamiento eléctrico del corazón para lograr un diagnóstico más certero. “Pueden ser necesarios más electrocardiogramas”, resaltó Chiale.
Consultado por Clarín, Luis Aguinaga, presidente del comité de arritmias de la Federación Argentina de Cardiología, que no participó en la investigación, opinó que “se trata de un estudio realizado con seriedad. Nos señala que los electrocardiogramas pueden ocultar enfermedades como la angina de pecho o el infarto. Por lo tanto, dependiendo de cada caso, se pueden requerir otros estudios como la ergometría o la ecografía cardíaca”.
Con los resultados en la mano, el equipo de Chiale tiene una nueva meta: investigará si es posible impedir, por medio de diferentes fármacos, los procesos celulares que generan la memoria cardíaca para evitar las incertidumbres en los diagnósticos, especialmente en personas con marcapasos.

Ayuda a cuidar el corazón a partir de los 50
Los electrocardiogramas son un tipo de examen de la actividad del corazón que empezaron a desarrollarse a mediados del siglo XIX a partir de varios dispositivos. En la actualidad, se practican miles por día en la Argentina. Desde la Federación Argentina de Cardiología, se aconseja realizar el control anual del corazón a partir de los 50 años.
“En cambio, si la persona tiene alguna anormalidad en su corazón, el chequeo puede ser mensual, trimestral o anual, dependiendo de cada particularidad”, aclaró el doctor Luis Aguinaga.
Para preservar el buen estado cardíaco, se recomienda hacer actividad física diariamente (como las caminatas), seguir una dieta abundante en frutas y verduras, no fumar ni exponerse al humo del tabaco, evitar el estrés, y controlar periódicamente la presión arterial y también los niveles de colesterol.

clarin.com

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