De acuerdo con el autor del estudio, el especialista en psicología evolutiva de la London School of Economics Satoshi Kanazawa, "los hombres inteligentes son más propensos a valorar la exclusividad sexual".
Según el especialista, los hombres que se identifican como liberales, ateos y fieles poseen unos coeficientes intelectuales más altos que los que se definen como creyentes e infieles.
Según la investigación, Kanazawa confirma que "las personas inteligentes son menos propensas a creer en Dios o tienen puntos de vista conservadores".
Kanazawa analizó dos grandes bases de datos estadounidenses: el estudio nacional longitudinal de salud adolescente y la encuesta general social, que miden actitudes sociales y el coeficiente intelectual de adolescentes y adultos.
Al cruzar los datos de ambas investigaciones, el autor observó que las personas que daban importancia a la fidelidad sexual en una relación tenían coeficiente más alto.
Evolución
Kanazawa fue más lejos todavía y dijo que otra conclusión de su estudio es que el comportamiento "fiel" del hombre más inteligente sería una señal de la evolución de la especie.
Su teoría se basa en el concepto de que a lo largo de la historia de la evolución, los hombre siempre fueron "relativamente polígamos" y que eso está cambiando.
Para Kanazawa, asumir una relación monogámica supone una "novedad evolutiva", en oposición al hombre primitivo, que era propenso a la promiscuidad.
Según este razonamiento, las personas más inteligentes tienen a adoptar prácticas más nuevas, por lo tanto, serían "más evolucionadas".
El autor señala que eso se debe a que las personas más inteligentes serían más abiertas a nuevas ideas y se cuestionarían más los dogmas.
Sin embargo, según Kanazawa estos resultados no se aplican a las mujeres ya que ellas siempre fueron relativamente monógamas y por lo tanto esto no supone una evolución.
bbc.co.uk
Según el especialista, los hombres que se identifican como liberales, ateos y fieles poseen unos coeficientes intelectuales más altos que los que se definen como creyentes e infieles.
Según la investigación, Kanazawa confirma que "las personas inteligentes son menos propensas a creer en Dios o tienen puntos de vista conservadores".
Kanazawa analizó dos grandes bases de datos estadounidenses: el estudio nacional longitudinal de salud adolescente y la encuesta general social, que miden actitudes sociales y el coeficiente intelectual de adolescentes y adultos.
Al cruzar los datos de ambas investigaciones, el autor observó que las personas que daban importancia a la fidelidad sexual en una relación tenían coeficiente más alto.
Evolución
Kanazawa fue más lejos todavía y dijo que otra conclusión de su estudio es que el comportamiento "fiel" del hombre más inteligente sería una señal de la evolución de la especie.
Su teoría se basa en el concepto de que a lo largo de la historia de la evolución, los hombre siempre fueron "relativamente polígamos" y que eso está cambiando.
Para Kanazawa, asumir una relación monogámica supone una "novedad evolutiva", en oposición al hombre primitivo, que era propenso a la promiscuidad.
Según este razonamiento, las personas más inteligentes tienen a adoptar prácticas más nuevas, por lo tanto, serían "más evolucionadas".
El autor señala que eso se debe a que las personas más inteligentes serían más abiertas a nuevas ideas y se cuestionarían más los dogmas.
Sin embargo, según Kanazawa estos resultados no se aplican a las mujeres ya que ellas siempre fueron relativamente monógamas y por lo tanto esto no supone una evolución.
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