Franco Varise
LA NACION
Como si se tratara de una invasión silenciosa, ocho argentinos intentarán en mayo próximo ascender a la cima del Everest (8850 metros), la cumbre más alta del mundo. Es la primera vez en la historia que un número tan grande de argentinos se propondrá vulnerar el "techo del mundo" para la misma fecha.
Partirán en dos grupos diferentes, aunque con un único anhelo: clavar la bandera argentina en el lugar más alto del planeta. En el caso de la primera avanzada, conformada por los hermanos Willy y Damián Benegas y Leonardo McLean, el objetivo encierra dos hechos salientes: para Willy, sería la décima vez que pisa la cumbre del Everest, y para McLean, significaría cumplir con la hazaña de haber subido a las cumbres más altas de los siete continentes, llamada S even Summits.
Para la segunda expedición, compuesta por Ramón Chiocconi, Alvar Puente, Marcelo Deza ("Topo"), Carlos Galosi y Leonardo Proverbio, el panorama aún es un poco incierto. Estos experimentados andinistas barilochenses se plantearon hace dos años el ascenso del Everest como un hito para festejar el bicentenario del país. Es que piensan clavar la bandera argentina en la cumbre el 25 de mayo. Pero todavía no lograron el suficiente apoyo económico para la expedición, aunque confían en obtener el aval del Gobierno, a través de la Unidad Bicentenario.
"En lo posible, vamos a intentar llegar los cinco a la cumbre", dijo Chiocconi, líder de lo que se plantea como "expedición oficial" argentina. La idea de los cinco andinistas es contratar los servicios de una agencia hasta el campamento base, situado a 3446 metros de altura, y desde ahí arreglárselas solos hasta la cumbre.
En dos oportunidades, en la década del 70, la Argentina financió expediciones el Everest, pero ninguna de ellas alcanzó la cumbre. "Va a ser el mes de los argentinos en el Everest y, realmente, sería alucinante, un orgullo, que todos pudiéramos hacer cumbre justo en el año del Bicentenario; pero no hay que pensar en eso... Paso a paso", sostuvo Benegas, el andinista más reconocido del país.
Cuestión de costos
Benegas irá con su hermano mellizo, Damián, con quien comparte el amor por la montaña y con McLean, de 49 años. "No es como cualquier montaña... Significa cumplir un desafío enorme y llegar al límite más extremo que puedo imaginar", confiesa McLean, que ya hizo seis de las cumbres más altas de cada continente y que, de pisar la cima del Everest, se transformaría en el segundo argentino después de Ever Orona en hacer los Seven Summits.
Irse al Everest es muy costoso y hay cuestiones que no pueden soslayarse por razones de seguridad. Una expedición no guiada y asistida sólo por sherpas significa unos US$ 40.000 por persona de permisos de ascensión e infraestructura, a lo que hay que sumar otros US$ 3000 de pasaje, y unos US$ 12.000 de equipamiento.
Cuando el viaje incluye un guía compartido entre varios alpinistas, el valor sube a 65.000 dólares. Y las expediciones privadas se cotizan en unos 100.000 dólares. A todo esto, en caso de utilizar oxígeno, cada botella con un rendimiento de ocho horas cuesta 1500 dólares (se calcula un uso de tres por día).
"Mi familia, por un lado, está orgullosa, pero, por otro lado, no le hace ninguna gracia porque me voy dos meses y mi hijo Ramoncito estuvo un poco nervioso después de ver un documental con tragedias en el Himalaya... Tuve que tener varias charlas con él", dijo Chiocconi.
La cima de esta montaña fue alcanzada por primera vez por el escalador neozelandés Edmund Percival Hillary y el sherpa Tenzing Norgay, a las 11.30 del 29 de mayo de 1953. Tommy Heinrich fue el primer argentino en pisar la cima de esta montaña, el 15 de mayo de 1995, a las 7.45. Y el año pasado, Mercedes Sahores, de 34 años, se transformó en la primera mujer en hacer cumbre.
"Desde ahí arriba se ve todo, pero todo... Siempre se forma un colchón de nubes y quedan los picos de las montañas más altas, pero también puede observarse la curvatura de la Tierra", graficó Benegas, que vio ese paisaje en nueve oportunidades.
El ascenso, por la Web, en La Nacion
A tono con los tiempos que corren, la travesía del grupo integrado por los hermanos Willy y Damián Benegas y Leonardo Mc Lean podrá ser seguida por los lectores de lanacion.com a través de un blog que Mc Lean actualizará una vez finalizada cada etapa del ascenso al Everest. Provisto de una computadora, Mc Lean contará las sensaciones que invaden a los tres andinistas a medida que avanzan en su difícil travesía."Será como estar ahí con nosotros", aseguró Mc Lean.
lanacion.com
LA NACION
Como si se tratara de una invasión silenciosa, ocho argentinos intentarán en mayo próximo ascender a la cima del Everest (8850 metros), la cumbre más alta del mundo. Es la primera vez en la historia que un número tan grande de argentinos se propondrá vulnerar el "techo del mundo" para la misma fecha.
Partirán en dos grupos diferentes, aunque con un único anhelo: clavar la bandera argentina en el lugar más alto del planeta. En el caso de la primera avanzada, conformada por los hermanos Willy y Damián Benegas y Leonardo McLean, el objetivo encierra dos hechos salientes: para Willy, sería la décima vez que pisa la cumbre del Everest, y para McLean, significaría cumplir con la hazaña de haber subido a las cumbres más altas de los siete continentes, llamada S even Summits.
Para la segunda expedición, compuesta por Ramón Chiocconi, Alvar Puente, Marcelo Deza ("Topo"), Carlos Galosi y Leonardo Proverbio, el panorama aún es un poco incierto. Estos experimentados andinistas barilochenses se plantearon hace dos años el ascenso del Everest como un hito para festejar el bicentenario del país. Es que piensan clavar la bandera argentina en la cumbre el 25 de mayo. Pero todavía no lograron el suficiente apoyo económico para la expedición, aunque confían en obtener el aval del Gobierno, a través de la Unidad Bicentenario.
"En lo posible, vamos a intentar llegar los cinco a la cumbre", dijo Chiocconi, líder de lo que se plantea como "expedición oficial" argentina. La idea de los cinco andinistas es contratar los servicios de una agencia hasta el campamento base, situado a 3446 metros de altura, y desde ahí arreglárselas solos hasta la cumbre.
En dos oportunidades, en la década del 70, la Argentina financió expediciones el Everest, pero ninguna de ellas alcanzó la cumbre. "Va a ser el mes de los argentinos en el Everest y, realmente, sería alucinante, un orgullo, que todos pudiéramos hacer cumbre justo en el año del Bicentenario; pero no hay que pensar en eso... Paso a paso", sostuvo Benegas, el andinista más reconocido del país.
Cuestión de costos
Benegas irá con su hermano mellizo, Damián, con quien comparte el amor por la montaña y con McLean, de 49 años. "No es como cualquier montaña... Significa cumplir un desafío enorme y llegar al límite más extremo que puedo imaginar", confiesa McLean, que ya hizo seis de las cumbres más altas de cada continente y que, de pisar la cima del Everest, se transformaría en el segundo argentino después de Ever Orona en hacer los Seven Summits.
Irse al Everest es muy costoso y hay cuestiones que no pueden soslayarse por razones de seguridad. Una expedición no guiada y asistida sólo por sherpas significa unos US$ 40.000 por persona de permisos de ascensión e infraestructura, a lo que hay que sumar otros US$ 3000 de pasaje, y unos US$ 12.000 de equipamiento.
Cuando el viaje incluye un guía compartido entre varios alpinistas, el valor sube a 65.000 dólares. Y las expediciones privadas se cotizan en unos 100.000 dólares. A todo esto, en caso de utilizar oxígeno, cada botella con un rendimiento de ocho horas cuesta 1500 dólares (se calcula un uso de tres por día).
"Mi familia, por un lado, está orgullosa, pero, por otro lado, no le hace ninguna gracia porque me voy dos meses y mi hijo Ramoncito estuvo un poco nervioso después de ver un documental con tragedias en el Himalaya... Tuve que tener varias charlas con él", dijo Chiocconi.
La cima de esta montaña fue alcanzada por primera vez por el escalador neozelandés Edmund Percival Hillary y el sherpa Tenzing Norgay, a las 11.30 del 29 de mayo de 1953. Tommy Heinrich fue el primer argentino en pisar la cima de esta montaña, el 15 de mayo de 1995, a las 7.45. Y el año pasado, Mercedes Sahores, de 34 años, se transformó en la primera mujer en hacer cumbre.
"Desde ahí arriba se ve todo, pero todo... Siempre se forma un colchón de nubes y quedan los picos de las montañas más altas, pero también puede observarse la curvatura de la Tierra", graficó Benegas, que vio ese paisaje en nueve oportunidades.
El ascenso, por la Web, en La Nacion
A tono con los tiempos que corren, la travesía del grupo integrado por los hermanos Willy y Damián Benegas y Leonardo Mc Lean podrá ser seguida por los lectores de lanacion.com a través de un blog que Mc Lean actualizará una vez finalizada cada etapa del ascenso al Everest. Provisto de una computadora, Mc Lean contará las sensaciones que invaden a los tres andinistas a medida que avanzan en su difícil travesía."Será como estar ahí con nosotros", aseguró Mc Lean.
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