miércoles, 12 de agosto de 2009

En 2010, tras 128 años de obra, se inaugurará el templo de la Sagrada Familia en Barcelona


Muestra cabal del movimiento modernista catalán, el templo de la Sagrada Familia pronto estará en funcionamiento. Las últimas obras de su interior, que se inscriben en el marco de un proyecto arquitectónico colosal que se desarrolla por etapas desde mediados del siglo XIX, avanzan a paso acelerado.
En setiembre del año próximo se terminará de cerrar la nave central, lo que permitirá inaugurar el edificio como templo para celebrar misas. Y así, además, coincidirá nada menos que con La Mercé 2010, la mayor fiesta de Barcelona que se celebra el 24 de setiembre. La noticia fue confirmada ayer por el presidente del Patronato de la Sagrada Familia, Joan Rigol, en una entrevista con la radio catalana RAC1, que fue publicada por el diario La Vanguardia.
Con claro entusiasmo, Rigol se mostró confiado respecto de la evolución de los trabajos: "Mucha gente de mi generación (la de las décadas del 30 y 40) podrá ver la Sagrada Familia acabada", dijo. El objetivo de estos trabajos es completar el cubrimiento interior el año próximo. Y a largo plazo, culminar las obras exteriores del templo en 2025.
El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia (se lo denomina expiatorio porque se construye sólo con los donaciones y las entradas al recinto) tiene la particularidad de ser el único que puede ser visto mientras es construido.
Es una iglesia monumental iniciada el 19 de marzo de 1882 a partir del proyecto del arquitecto diocesano Francisco de Paula del Villar. A fines de 1883, se encargó a Gaudí la continuación de las obras, labor que no abandonó hasta su muerte, en 1926. Desde entonces y hasta la actualidad, varios arquitectos han continuado el proyecto según la idea de Gaudí.
En los últimos días de abril, se terminó de montar en el ábside -la cabecera del templo- la cimbra de madera. Esta estructura servirá de base para la construcción de las bóvedas tabicadas (bóveda catalana) de la gran claraboya hiperbólica que cubrirá este espacio. La cimbra de madera se destaca claramente en el interior del templo: llega hasta los 75 metros de altura.
En la cabecera también se están construyendo, a una altura de 60 metros, las columnas que soportarán esta claraboya y la torre de 120 metros situada encima. Sobre esta bóveda y la del crucero (parte de la nave transversal), se levantará la torre de la cúpula central, coronada con una cruz a 170 metros de altura, y la del ábside, dedicada a la Virgen María.
La torre central estará rodeada por otras cuatro torres, dedicadas a los evangelistas.Mientras avanzan estos trabajos -que se sumarán a las bóvedas o techos del crucero situadas a 60 metros de altura que ya están construidas-, Rigol se lamenta porque la crisis económica y el descenso de turistas también afectan al templo que habitualmente recibe millones de visitantes al año.
Según Rigol, se experimentó en enero y febrero "una bajada de visitantes espectacular". "Ahora estamos en un buen momento de recuperación de terreno, pero nunca estaremos como estábamos en 2008", aseguró. Además, el director afronta la polémica por la construcción del túnel del tren de alta velocidad AVE, que pasará bajo el templo.
Finalizadas estas obras se continuará, según el programa original, con la construcción de una sacristía, las seis torres de encima del crucero y de la cabecera, para terminar con la parte superior de las torres y la fachada de la Gloria.

Símbolo del modernismo
La Sagrada Familia es considerada una obra cumbre de Antoni Gaudí y el máximo exponente de la arquitectura catalana del siglo XIX. Su verdadera importancia reside en su espíritu híbrido y singular que representa mejor que ningún otro edificio el Modernismo Catalán. También muestra la excepcional personalidad de un ejecutor como Gaudí.
Todo el movimiento modernista fue un audaz intento por diferenciarse de la tradición académica imperante en la arquitectura europea entre los años 1890 y 1915. Un grito de rebeldía y libertad que convirtió las piedras de La Sagrada Familia en arcilla maleable. Gaudí transformó el estilo neogótico con el que nació la catedral en una escultura descomunal de imposible clasificación.
Partiendo de los bocetos originales, improvisó cambios a medida que avanzaba la construcción. Convirtió las enormes torres en conos alargados y retorcidos que, apoyados prácticamente sobre el portal de entrada, dan la impresión de ascender raudamente hacia el cielo.Pero, así como sus creaciones eran de vanguardia, su método de diseño parece pertenecer al medioevo: era empírico y personal al extremo.
A tal punto que al morir Gaudí, en 1926, sólo se conservaban algunos planos y una maqueta de yeso. Ferviente católico y convencido de que el monumental esfuerzo que demandaría la obra debía ser el resultado del empeño de los feligreses, Gaudí imaginó un proyecto interminable. Aconsejó que cada época dejara su rastro como ocurrió en las catedrales góticas. Fue una romántica iniciativa que se vio desvirtuada por la dinámica del progreso. Hoy, la terminación de La Sagrada Familia es más un homenaje a su creador que un reflejo de nuestra época.
MIGUEL JURADO
clarin.com

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