viernes, 29 de agosto de 2008

EJERCICIOS PARA FACILITAR LA COMUNICACION


Las nuevas técnicas en terapias para parejas que están al borde del divorcio
Especialistas dicen que a unos les sirve para darse cuenta de que no va más, y a otros para reintentar.
Antes, las parejas iban a la terapia con psicólogos en busca de un tercero que los ayudara a entenderse. Ahora, en cambio, la terapia les ofrece no sólo un espacio para dialogar, sino también técnicas con ejercicios que ayudar a revisar los problemas y las diferencias entre los integrantes.

Entre los ejercicios que hacen las parejas, se encuentra el de ponerse a pensar y escribir qué valoran y qué les molesta del otro, contó a Clarín Irene Loyácono, terapeuta de pareja y directora del Centro de Terapias con enfoque familiar (CETEF). Ese ejercicio permite ventilar tanto lo que admira como lo que molesta del otro y explorarse mutuamente.

Otra práctica es la observar imágenes familiares o ajenas y se leen relatos para explorar qué ideal de pareja tiene cada integrante que llega al consultorio. "Existen técnicas para que las parejas expresen mejor lo que necesitan, exploren los prejuicios, formulen los proyectos de cada uno y los compartidos y hagan mejores negociaciones en su vida cotidiana, desde cuestiones como el dinero, los horarios, las salidas", señaló Loyácono.

"Tampoco todo tiene que ser hablado. Ante las crisis, también es bueno que se den el tiempo para los momentos de magia y misterio que deben ocurrir en la pareja. No es cuestión de que la pareja sea totalmente pensada y maniobrada", agregó.

Las técnicas resultan útiles en dos direcciones. A algunas parejas les sirve para continuar y mejorar la relación. A otras, en cambio, les resultan útiles para decidir el alejamiento, pero evitar atravesar una separación feroz, llena de rencores y reproches.

Existen casos de parejas que vienen a la terapia a desprenderse lo más saludablemente posible. Duele, pero puede ser una retirada ordenada y no una catástrofe.
"Si hay una relación afectuosa, se trabaja para recuperar la pareja. Al sacar el ruido y la basura que hay en la comunicación, se dan cuenta que esa pareja no está para ser tirada sino que puede ser rescatada y reconstruida. A veces no hay un tercero, hay sólo un malestar, pero también se tienen afecto y confianza. La terapia permite limpiar los malos entendidos".
Pedro Horvat, médico psicoanalista e integrante de la Asociación Psicoanalítica Argentina, contó que "no es frecuente que una pareja venga a la terapia con una decisión irreversible. A veces quieren separarse, pero también están dispuestos a ventilar el conflicto. Algunos ya decidieron separarse, pero les cuesta porque tienen una relación muy dependiente de su pareja. La padecen, pero no consiguen que la relación se disuelva".
"Para algunos, la pareja se transforma en alguien indispensable para sostener su autoestima. Así, el otro se convierte en una droga, una relación adictiva, infantil, e inestable. En este tipo de relaciones, uno de los dos se vuelve tiránico con el otro. Entonces, uno necesita separarse porque lo padece al otro, pero también le resulta dífícil hacerlo.
Como dice la canción Serenata para la tierra de uno, de María Elena Walsh: "Porque me duele si me quedo, pero me duele si me voy".
Cristina Castillo, coordinadora docente y supervisora del Centro Dos, resaltó que "los conflictos generalmente se dan por relaciones imaginarias en las que no pueden escucharse. Entonces, la terapia permite tener en cuenta las diferencias con el otro. Estas diferencias no necesariamente son obstáculos sino que permiten enriquecerse. Pueden ser motores de la relación".

Una problemática que hace furor en el cine
Estrenada hace dos semanas, Un novio para mi mujer, está primera en espectadores en los cines. Los asistentes ya rozan el medio millón en las 71 salas que la exhiben en todo el país. La película trata justamente de una pareja en problemas, pero con una solución poco habitual que marca el tono de comedia de la película dirigida por Juan Taratuto.
En la trama, El Tenso (Adrián Suar) no sabe cómo enfrentar a su mujer, la Tana (Valeria Bertuccelli), para decirle que se quiere separar, ya que la relación se le hace insostenible debido a su terrible carácter.
Ella vive constantemente malhumorada: si no protesta por el tiempo, es por el gobierno; si no es por los vecinos, es por los jóvenes, o por los viejos, o por lo que fuere. Lejos de recurrir a la clásica terapia de pareja o sus nuevas variantes, escucha a Carlos, amigo del Tenso, quien le sugiere invertir el problema, y provocar que la Tana lo abandone a él.
¿Cómo?, se pregunta el Tenso, y Carlos le presenta una propuesta: recurrir al Cuervo Flores (Gabriel Goity), un viejo seductor irresistible que conquistará a su mujer hasta el enamoramiento para que por fin el Tenso encuentre la solución a sus problemas.
Clarin.com

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