viernes, 15 de abril de 2011

La jerga de los narcos gana terreno entre los mexicanos

CIUDAD DE MEXICO.- En México hay media docena de palabras para referirse a los informantes de los carteles del narcotráfico y el doble para aludir a las muertes relacionadas con el tráfico de drogas. "Narco'' se convirtió en un prefijo para varios términos.
Algunos creen que la jerga del mundo de las drogas funciona como un anestésico y hace que la violencia parezca algo de rutina. Varios expertos, no obstante, dicen que esa "narcojerga" puede ayudar a la gente a hacer frente a los horrores que la rodean.
Hay decenas de términos para aludir a quienes mueren por la violencia, dependiendo de si sus cadáveres se encuentran envueltos en una frazada ("encobijados"), metidos en el baúl de un auto ("encajuelados") o asfixiados con cinta adhesiva ("encintados").
Y la palabra "narco" está en boca de todos. Se habla de "narcofosas" para referirse los lugares donde los carteles entierran a sus víctimas; de "narcomantas'', para describir las telas que cuelgan de los puentes con mensajes amenazantes, y de "narcotienditas'' para hacer mención a los lugares pequeños donde venden drogas. Y si en esos establecimientos ofrecen heroína, se les llama "picaderos". Los asesinatos a sueldo son "trabajos'', se le dice "levantón" al acto de secuestrar y matar a alguien y se conoce como "ajuste de cuentas" a los asesinatos entre bandas de narcotraficantes rivales.
El "halcón" es un informante de la mafia que sigue a los blancos de un futuro atentado por las calles. A los informantes que están apostados en alguna esquina se los llama "postes'' y las "ventanas" son informantes que marcan las casas de las víctimas con algún grafiti. Los mexicanos están tan aterrorizados por la banda de los Zetas, a la que se culpa de algunos de los actos más atroces en el país, que muchos llaman a este grupo "La última letra''.
"Hablar bien de México"
Los activistas que combaten la delincuencia, como Isabel Miranda de Wallace, consideran que esta jerga es una forma peligrosa de aludir a la realidad y deja poco espacio para la indignación por la violencia. "Decir «levantón» le resta gravedad al caso, porque es un término que usan los secuestradores'', dijo Miranda, quien encabezó una lucha de una década para llevar ante la justicia a los secuestradores de su hijo, cuyo cadáver no ha sido localizado.
Sin embargo, tener una palabra que describa un evento terrible puede hacerlo más fácil de sobrellevar, dijo Ricardo Ainslie, profesor de la Universidad de Texas, quien estudió los efectos psicológicos de la violencia en Ciudad Juárez, urbe fronteriza con Estados Unidos, considerada una de las más peligrosas del mundo. "La gente necesita esta jerga para estructurar una experiencia'', añadió Ainslie, y destacó que los habitantes de Ciudad Juárez suelen referirse a las víctimas de los carteles como "muertitos".
La violencia relacionada con las drogas es un tema central en México. El gobierno suele quejarse de que el país es retratado injustamente por la prensa como un territorio asolado por el crimen, y lanzó incluso una campaña oficial para "hablar bien de México''.
La prensa comienza también a cuidar los términos que emplea. Un acuerdo voluntario suscripto a fines de marzo por los medios señala que los periodistas deben evitar el uso de la terminología empleada por los criminales. Sin embargo, diarios importantes como Reforma y La Jornada no firmaron el acuerdo.
Las bandas del narcotráfico han rebasado la capacidad léxica para describir sus atrocidades. En una de las imágenes divulgadas recientemente se muestra la nueva práctica de los narcotraficantes: arrancar las caras de las víctimas y colocarlas en postes o cocerlas en pelotas de fútbol. No hay todavía una palabra que describa eso.
lanacion.com

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