Fue una estrella del rugby y ganó la Copa del Mundo con la selección inglesa en 2003. Ahora, ya retirado del deporte que le dio la fama, Phil Vickery juega en otra liga y con otras 'pelotas' distintas. Ha prestado su imagen y su marca de ropa -Raging Bull- a la organización benéfica Orchid para concienciar a los hombres de la importancia de que vigilen sus propios 'balones' y prevenir así los tres tumores que sólo les pueden afectar a ellos: el de próstata, el de testículos y el de pene.
"Cada año, sólo en el Reino Unido, 37.000 varones son diagnosticados con uno de estos tumores. Aumentar la conciencia sobre estas enfermedades es vital para que puedan diagnosticarlas a tiempo", explica Rebecca Porta, directora ejecutiva de Orchid, la asociación que se encarga de luchar contra el cáncer masculino.
Pese a la cifra, "el 68% de los hombres no sabe cuáles son los signos que pueden denotar que sufren un cáncer de este tipo", añade Porta, para quien "aumentar el conocimiento sobre el tema, para favorecer el diagnóstico precoz, puede marcar la diferencia y mejorar las tasas de supervivencia de los afectados".
Para llegar más lejos con su mensaje y, sobre todo, para que los jóvenes también tomen conciencia del problema, Orchid propuso un concurso al London College of Fashion para que sus estudiantes diseñaran una camiseta sobre el tema. La ganadora ha sido Elise Pellican, cuya ilustración de hombres haciendo malabares ha sido recreada por los jugadores de rugby Dominic Waldouck, Guy Armitage y Joe Simpson.
"Estoy muy orgullosa de poder ayudar a una causa que no siempre tiene la publicidad que merece", ha expresado la diseñadora. La prenda, que cuesta 25 libras (unos 28 euros), está disponible en comercios del Reino Unido y, esta semana, también a través de Internet. El dinero recaudado va íntegramente al organismo benéfico.
El papel de la mujer, clave
No se trata sólo de informar a los hombres. De hecho, el lema elegido para este año es 'Su salud en tus manos' y con él se pretende hacer un llamamiento a las mujeres para que se involucren en el cuidado de la salud de sus chicos y que si notan algo raro les convenzan para ir al médico. Ése fue el caso de Will y Lucy, que han contado su historia a Orchid.
Cuando Will tenía sólo 17 años, su novia Lucy le notó un bulto en un testículo. Pero como él se encontraba bien, pensó que siempre había estado ahí y que no merecía la pena ir al médico "por nada". Sin embargo, ella insistió y, gracias a eso, le detectaron el cáncer en una fase temprana, antes de que se hubiera extendido al sistema linfático. "Sin ella, igual no lo hubiera contado", reconoce.
De estos tres tipos de tumores masculinos, el cáncer de próstata es el más común, especialmente entre los mayores de 65 años. El de testículos es más frecuente en los varones de entre 15 y 45 años. Si se detecta a tiempo, la tasa de curación supera el 95%. El cáncer de pene es menos común y tiene mal pronóstico. Uno de cada cuatro afectados muere. "Vigilarse esa zona y acudir al médico ante cualquier cosa rara que noten es básico para prevenir males mayores", admite Porta.
elmundo.es
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