La influencia de los medios de comunicación, junto al avance incesante de la tecnología, es total en los adolescentes argentinos. La actividad al "aire libre" va quedando atrás, a medida que la cultura del entretenimiento se expande y coloniza los hogares. En plena era de las pantallas, suena lógico que la generación de nativos digitales (chic@s de entre 10 y 17 años) monopolice su tiempo libre adentro de casa y enchufado a un aparato. Este comportamiento queda reflejado en un reciente estudio sobre los adolescentes y sus hábitos culturales: la evidencia muestra allí que ver televisión, escuchar música y la radio son las actividades que realizan más asiduamente.
A esta altura, los resultados del relevamiento parecen en algunos casos obvios: el 99% de estos chicos y chicas de entre 10 y 17 consultados mira tele más de una vez por semana. Con esa misma frecuencia de tiempo, el 96% escucha música, el 80% está atento a la radio y el 55%, se conecta a Internet. Dentro del ranking elaborado por la consultora TNS Gallup para la Universidad de Palermo aparece como excepción una actividad fuera del hogar que incluso supera a Internet: hacer deportes, con el 64%. "Aquí se incluyen los deportes en la escuela", justifican los responsables del relevamiento.
Los datos quedan más expuestos cuando se mira el fondo de esta tabla: ir al cine (2%), al teatro y visitar exposiciones (1%), todas salidas por las que, generalmente, hay que pagar, están entre las menos frecuentadas. También van a bailar menos de lo que podría pensarse: de los adolescentes, sólo uno de cada tres va al boliche semanalmente. La cancha y el shopping tampoco son muy habituales (ver El entretenimiento...).
Para Roxana Morduchowicz, directora del Programa Escuela y Medios en el Ministerio de Educación de la Nación, estos índices que, en principio harían pensar que la vida social y la relación con el afuera está en jaque, no hacen más que demostrar la vida de hoy, pleno siglo XXI. "Las pantallas no anularon su vida social. En todo caso, generaron nuevas formas de sociabilidad juvenil". La experta entiende que la prioridad para los jóvenes sigue siendo relacionarse con amigos, sólo que ahora existen otros medios para hacerlo. "Cuentan con más soportes para su vida social. Cuando se les pregunta qué es un día divertido, responden 'salir con amigos'. El principal uso que hacen de la computadora es chatear. Y la función más popular del celular es mandar mensajes de texto a sus amigos", entiende. El estudio confirma lo que dice Morduchowicz: el 68% de los consultados reconoce que chatear es lo que más hace en Internet.
"Lo que hacen los jóvenes no está ni bien ni mal, expresa las tendencias y nuevas formas de integración", sostiene desde Berlín la socióloga argentina Liliana Mayer, especialista en temas de juventud. No obstante, la experta opina: "La computadora, mediante su interactividad, permite la salida del mundo sin salir de casa. En términos del lazo social, lo fragmenta aun más, ya que individualiza más el ocio y aumenta la reclusión en el tiempo libre. Pero en todo caso, es la sociedad la que no motiva a los jóvenes, que por eso no realizan actividades. Y no al revés".
La investigadora en juventud del Conicet Ana Miranda cree que los jóvenes, con sus prácticas cotidianas, manifiestan los aprendizajes de la sociedad ante los cambios. "Aprenden de lo que decimos y de lo que hacemos. Ninguno aprendió solo. Llama la atención que aún se difundan estudios que sólo planteen o analicen los consumos culturales de los jóvenes sin tomar en cuenta los consumos o las prácticas de su entorno cotidiano. ¿Cuántas horas miramos TV los adultos? ¿Cuántas veces llevamos a los chicos a museos?", se pregunta.
clarin.com
A esta altura, los resultados del relevamiento parecen en algunos casos obvios: el 99% de estos chicos y chicas de entre 10 y 17 consultados mira tele más de una vez por semana. Con esa misma frecuencia de tiempo, el 96% escucha música, el 80% está atento a la radio y el 55%, se conecta a Internet. Dentro del ranking elaborado por la consultora TNS Gallup para la Universidad de Palermo aparece como excepción una actividad fuera del hogar que incluso supera a Internet: hacer deportes, con el 64%. "Aquí se incluyen los deportes en la escuela", justifican los responsables del relevamiento.
Los datos quedan más expuestos cuando se mira el fondo de esta tabla: ir al cine (2%), al teatro y visitar exposiciones (1%), todas salidas por las que, generalmente, hay que pagar, están entre las menos frecuentadas. También van a bailar menos de lo que podría pensarse: de los adolescentes, sólo uno de cada tres va al boliche semanalmente. La cancha y el shopping tampoco son muy habituales (ver El entretenimiento...).
Para Roxana Morduchowicz, directora del Programa Escuela y Medios en el Ministerio de Educación de la Nación, estos índices que, en principio harían pensar que la vida social y la relación con el afuera está en jaque, no hacen más que demostrar la vida de hoy, pleno siglo XXI. "Las pantallas no anularon su vida social. En todo caso, generaron nuevas formas de sociabilidad juvenil". La experta entiende que la prioridad para los jóvenes sigue siendo relacionarse con amigos, sólo que ahora existen otros medios para hacerlo. "Cuentan con más soportes para su vida social. Cuando se les pregunta qué es un día divertido, responden 'salir con amigos'. El principal uso que hacen de la computadora es chatear. Y la función más popular del celular es mandar mensajes de texto a sus amigos", entiende. El estudio confirma lo que dice Morduchowicz: el 68% de los consultados reconoce que chatear es lo que más hace en Internet.
"Lo que hacen los jóvenes no está ni bien ni mal, expresa las tendencias y nuevas formas de integración", sostiene desde Berlín la socióloga argentina Liliana Mayer, especialista en temas de juventud. No obstante, la experta opina: "La computadora, mediante su interactividad, permite la salida del mundo sin salir de casa. En términos del lazo social, lo fragmenta aun más, ya que individualiza más el ocio y aumenta la reclusión en el tiempo libre. Pero en todo caso, es la sociedad la que no motiva a los jóvenes, que por eso no realizan actividades. Y no al revés".
La investigadora en juventud del Conicet Ana Miranda cree que los jóvenes, con sus prácticas cotidianas, manifiestan los aprendizajes de la sociedad ante los cambios. "Aprenden de lo que decimos y de lo que hacemos. Ninguno aprendió solo. Llama la atención que aún se difundan estudios que sólo planteen o analicen los consumos culturales de los jóvenes sin tomar en cuenta los consumos o las prácticas de su entorno cotidiano. ¿Cuántas horas miramos TV los adultos? ¿Cuántas veces llevamos a los chicos a museos?", se pregunta.
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