domingo, 14 de marzo de 2010

Enfermedades como parte del equipaje

Fabiola Czubaj
Enviada Especial
MIAMI.- Con más de mil millones de personas que cruzan fronteras por aire, tierra y agua cada año, las enfermedades nuevas y reemergentes encontraron una forma de transporte seguro y ajeno a todo trámite migratorio para arribar a cualquier país del mundo en menos de 24 horas.
Las infecciones gastrointestinales y respiratorias llevan la delantera en el ranking internacional de afecciones con que los viajeros, especialmente los turistas, regresan a sus países. Ocho de cada diez problemas de salud, al volver de otro país, son causados por virus o bacterias de rápida diseminación, especialmente respiratorios, por picaduras de insectos y por alimentos contaminados.
Mientras que la diarrea del viajero es el trastorno gastrointestinal más frecuente, la tuberculosis es hoy la principal infección entre los viajeros, según los datos presentados aquí de Geosentinel, la red global de vigilancia coordinada por la Sociedad Internacional de Medicina del Viajero (ISTM) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC).
"Esta es la nueva realidad y el nuevo desafío de la medicina del siglo XXI", aseguró el doctor Martin Centron, al hablar de cómo los nuevos patrones migratorios están modificando la diseminación de las enfermedades infecciosas en el mundo, en una conferencia del 14º Congreso Internacional de Enfermedades Infecciosas (ICID), que finalizó ayer en esta ciudad.
"Hay 191 millones de personas que viven fuera de sus países, o un 3% de la población mundial, principalmente (75%) en los países desarrollados -dijo Centron, director de la División de Migración Global y Cuarentena de los CDC-. Además de los desplazamientos internacionales, regionales y nacionales por turismo, trabajo, estudio, motivos religiosos y de voluntariado, está el movimiento migratorio, que se volvió circular porque muchos están volviendo a sus países."
El mapa de la salud, que se puede consultar gratuitamente en el sitio healthmap.org/es , ofrece en tiempo real un panorama de los brotes infecciosos en todo el mundo. Además de realizar una consulta previa al viaje en un centro público o privado especializado en medicina del viajero para conocer qué medidas preventivas adoptar, vale la pena espiar un poco qué está pasando en el destino del viaje y reducir los riesgos.
Por ejemplo, en América latina, hay que cuidarse del dengue, la leishmaniasis, la leptospirosis y la malaria o paludismo, mientras que en Estados Unidos y Canadá hay que protegerse de la gripe A H1N1 y hasta un reciente brote de S almonella y rabia. En Africa, hay reportes de sarampión, cólera, meningitis, rabia y malaria, y en Europa, de gripe, tuberculosis, entre otras. Y Asia y Oceanía no están ajenas a todos esos problemas.
"Lo más importante que el viajero tiene que pensar es que estará fuera de su casa, de su hábitat regular y conviviendo con otros virus y bacterias. Es importante que antes de viajar consulte a su médico para saber qué precauciones tomar. Todo lo que se le aconseja en la consulta es para su protección y, en lo posible, en cuanto se toma la decisión de viajar y antes de sacar el pasaje", señaló el doctor Mario Masana Wilson, presidente de la Sociedad Latinoamericana de Medicina del Viajero (Slamvi). Este año, coincidieron aquí con el ICID el II Congreso Latinoamericano de Medicina del Viajero y la reunión regional de la ISTM.
Grupos vulnerables
Durante un viaje, hay grupos más vulnerables que otros a tener problemas de salud. Son las embarazadas, los chicos, los adultos mayores y las personas con enfermedades preexistentes. Pero la mayoría, insistió Masana Wilson, son personas sanas que, en muchos casos, regresan a su país después de mucho tiempo afuera. "A veces, creen que no pueden contraer una enfermedad porque nacieron en ese lugar, pero está demostrado que las defensas disminuyen porque el organismo pierde en muchos casos la memoria inmunológica", dijo.
Según los datos de Geosentinel, los migrantes que regresan a sus países de origen para visitar a familiares y amigos son el grupo más expuesto a adquirir enfermedades que luego llevarán de regreso a su país. "Ese es el grupo que más incidencia de malaria tiene. Pierden la protección con los años, y a eso se agrega la exposición, muchas veces, a la falta de higiene alimentaria y de las manos, y el medio ambiente", explicó el doctor Tomás Orduna, jefe del Centro Municipal de Patologías Regionales y Medicina Tropical del hospital Muñiz. Masana Wilson y Orduna representan a la Argentina en esta red de vigilancia mundial para detectar cualquier tendencia en enfermedades viajeros, inmigrantes y refugiados. Geosentinel aporta datos de 114.000 casos detectados, que cada año aumentan en alrededor de 17.000.
Otras conclusiones que permite sacar esa vigilancia son las siguientes: el 50% de las muertes de los viajeros es por causa cardiovascular, generalmente ignorada, seguida de los accidentes viales (25%) por la falta de conocimiento adecuado de las normas y la relación peatón-conductor. "Cuando una persona viaja, suele hacer más de lo que habitualmente hace en su casa y se expone a una descompensación. Buena parte de eso se podría controlar con un chequeo adecuado y con las actividades adecuadas en el viaje", indicó Orduna.
Geosentinel también revela a través de varios estudios que el 28% de las consultas posteriores al viaje son por fiebre, especialmente los que regresan del Africa subsahariana, del sur y del centro de Asia, y de América latina. La causa de la fiebre, en más del 17% de esos pacientes, es por infecciones prevenibles por vacunas o por malaria (59%), que se puede prevenir con quimioprofilaxis.
CONSEJOS
Consulte a un especialista en medicina del viajero antes de partir
Pregunte qué vacunas necesita para su destino
Lleve los medicamentos en el equipaje de mano
No salga de viaje sin cobertura médica
Use repelente para evitar picaduras de mosquitos
Lleve siempre un medicamento antidiarreico
Lávese las manos con frecuencia durante el viaje
Use preservativos si tiene relaciones sexuales
Evite tocar o acariciar animales; los rasguños y las mordidas pueden transmitir la rabia
Nade solamente en piletas con agua con cloro

Preguntas que no deben faltar
MIAMI (De una enviada especial).- Cuando un paciente llega a la guardia de un hospital con síntomas como fiebre, diarrea o lesiones cutáneas sospechosas, entre otras, hay una pregunta clave que debería hacérsele: "¿Viajó recientemente?". Si la respuesta es sí, sigue: "¿A dónde?".
Para la doctora Susana Lloveras, infectóloga del centro del Muñiz y miembro fundadora de la Slamvi, los viajes son hoy muy importantes en la vigilancia epidemiológica porque "no existen fronteras y una persona puede estar adquiriendo enfermedades en un lugar y llevarlas a su lugar de origen, donde, si están dadas las condiciones, puede introducir una nueva enfermedad o hacer que reaparezca". Las mascotas, sin los controles adecuados, también pueden generar brotes de enfermedades como la rabia.
En la prevención, la responsabilidad es compartida. "Los médicos deben informar las enfermedades de denuncia obligatoria para alertar al sistema de salud y los viajeros tienen que hacer la consulta médica antes de viajar, ya sea a Tanzania, de vacaciones a Brasil, a visitar a la familia en Bolivia o de vacaciones a las cataratas del Iguazú", indicó la especialista, que participó del congreso.
Pero ¿es posible controlar esta circulación de enfermedades? Parece que no. "Es bastante utópico y pretencioso pensarlo. Lo que sucedió con el SARS en 2003 es el mejor ejemplo de lo incontrolable que puede ser una enfermedad de rápida transmisión por los viajes, que fue lo que le permitió saltar el Pacífico en pocas horas. Lo que sí se puede hacer es prepararse porque, de alguna manera, son anunciadas. Pero eso tiene que ver con políticas de Estado y con la responsabilidad que nos cabe a cada uno en la cadena biológica", finalizó el doctor Cristián Biscayart, infectólogo del Hospital Naval y de los Centros Médicos Dr. Stamboulián.
lanacion.com

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