lunes, 11 de octubre de 2010

Retro, mi forma de ser

lanacion.com
Escapan a la tecnología, no quieren un I-phone ni viven persiguiendo el último grito de la moda. Más aún: critican la estética moderna, a la que tildan de blanda y aburrida. Adoran los colores fuertes, las películas románticas, los televisores anchos, quedarse en casa, la época de las abuelas. Están en sus treinta, los años cuarenta y cincuenta los vivieron sólo a través del cine, pero añoran todo aquello. Para ellas, limpiar el hogar no es una imposición, y cuidar a sus maridos, un placer. Son las esposas retro: una suerte de tribu urbana para quienes lo vintage no es sólo una moda de indumentaria y decoración, sino un estilo de vida.
"Hay muchas cosas sobre el mundo moderno que son buenas, como la ciencia médica, las computadoras y los teléfonos celulares. Pero si pudiera meterme en una máquina del tiempo y volver a aquellos días más simples sé que lo haría", confesó a LNR Joanne Mesley, una inglesa de treinta y pico que vive en la casa que bien podría haberse inspirado en un episodio de Yo amo a Lucy.
La antigüedad del edificio por fuera no sorprende; después de todo, estamos en Londres y lo antiguo aquí es la norma. Pero al abrir la puerta, lo que aparece es mucho más que antiguo: es una cápsula retro. Alacenas metálicas por sobre una cocina original de 1950, la obligatoria batidora Kenwood en un rincón, la heladera enorme y, claro, sin freezer. En el living está el televisor blanco y negro, parado sobre una alfombra original de aquella época. Joanne muestra orgullosa su teléfono, a disco. Todo lo que se puede ver en su casa, desde sábanas hasta revistas, fue cuidadosamente buscado y comprado. Y lo moderno está escondido, como la computadora que usa para adquirir objetos y ropas.
"Un microondas en mi cocina se vería fuera de lugar. Es como si alguien que tuviera una casa de estilo victoriano pusiera una mesa moderna", explica ella, ama de casa y cantante profesional, que también luce como recién salida de la máquina del tiempo. No usa zapatillas ni nada que parezca fabricado después de 1950. Alterna entre chatitas y botas, imprescindibles para salir con su perro en una ciudad donde llueve casi la mitad del año. Y si alguna vez compra algo made in este siglo, tiene que tener su onda.
La joven londinense asegura que ser una esposa de estas características tiene que ver con los estilos, pero fundamentalmente con atenerse a los valores de antaño. "Un día perfecto consiste en estar en casa, con mi marido Kevin y los perros. Tal vez salir a caminar, cocinar algo y después acurrucarnos en el sillón a mirar una buena película vieja, aunque no recuerdo cuál fue la última vez que tuve tiempo para hacerlo." Es que desde que su talento para la música la convirtió en la cantante profesional Lola Lamour, su dedicación para las cosas del hogar ha mermado. "El tiempo que paso haciendo cosas de la casa ha disminuido -se lamenta-. Me encanta hornear tortas."

"Nací en el año equivocado"
Del otro lado del océano, Carmen Johnson, periodista estadounidense especializada en el fenómeno y amante de lo vintage, afirma que cada vez más mujeres adoptan para sí aquello de todo tiempo pasado fue mejor. "Creo que mucha gente está interesada en el estilo de vida porque es eterno y, además, porque extrañan aquel sentido de comunidad que existía antes. El mundo de hoy parece ser frenético; todos están constantemente apurados y la comunicación no es como antes."
Carmen nació en Caracas, Venezuela, aunque desde pequeña vive en Miami, junto a su familia. La periodista asegura que musicales como Greese, con aquel joven John Travolta, tuvieron en ella una fuerte influencia. "Me encantan los peinados, los colores, las polleras enormes, pero no es solamente cuestión de apariencia. Los que aman el retro se enfocan en la familia; las mujeres aman ser amas de casa, algo que tal vez no es tan popular como antes", explicó a LNR.
"Siento que nací en el año equivocado, -continua la venezolana-. Se está perdiendo mucho de lo bueno que había entonces. Hoy todo se ve igual, pero antes las personas se sentían realmente orgullosas por el diseño, los autos, la moda. Es fascinante. Por eso ahora muchos están trayendo todo eso de vuelta", observa.

La chica de 1955
En la primera nota del blog se lee: "1° de enero de 1955", aunque en realidad es el "1° de enero de 2009". Su autora, conocida en la Web simplemente como La chica de los 50´s, había decidido vivir durante 365 días como una ama de casa de 1955. Invirtió meses y ahorros comprando muebles y utensilios para su cápsula, consiguiendo la ropa adecuada, leyendo revistas de entonces. Aquel día, después de las fiestas, transformó su vida.
Esta joven de Massachusetts, Estados Unidos, vive con su esposo y tres perros, y se define como "una viajante del tiempo y ama de casa de tiempo completo, lo que significa que soy chef, decoradora de interiores, psicóloga, artista, jardinera, obrera, y arreglo todo".
Las reglas parecen mucho más simples de lo que son en realidad: vivir lo más parecido posible a un ama de casa de 1950, usar únicamente elementos de cocina de 1955, adquirir ropa (también la ropa interior) de la época, limitar el uso de la computadora (sólo permitida para actualizar el blog y hacer su investigación para este proyecto), no ver televisión ni películas realizadas después del 55, no utilizar tarjetas de crédito o débito.
"En algunas áreas es más fácil, como encontrar ropa. Como he coleccionado suficientes prendas retro para ponerme, usualmente es lo más fácil y divertido del proyecto", dice la blogger en su sitio y confiesa que su adoración por esta forma de vida comenzó cuando organizó una fiesta de disfraces de la época.
La vida de La chica de los 50´s se centra en el cuidado del hogar, con casi nada de la tecnología de hoy. Lavar la ropa, las cortinas y hasta las fundas de los sillones; planchar, planificar grandes cenas y almuerzos, limpiar pisos y cocinar son todas tareas que se hacen a mano y a las que les dedica horas todas las semanas. Los jueves es día de costura y arreglos, a la vieja usanza.
"Hasta ahora, lo único que no me gusta del proyecto es no poder trasladarme realmente hasta la época. Existe un deseo que creo que muchos de los que nos compartimos esta pasión por lo retro tenemos. Me di cuenta de que amo el siglo XXI y algunas de sus tecnologías, es un lugar genial para visitar, pero definitivamente no quiero vivir aquí", publicó la escritora en su blog.
Cada una con su estilo, las integrantes de esta tribu que puede mirarse con ojos curiosos coinciden en, por lo menos, levantar tres banderas: entregarse a una vida más lenta y ecológica, dedicarse a sus hogares, rehusarse a comprar cosas nuevas.

¿Feminismo retro?
Desde que varias de estas mujeres participaron en un documental que emitió el Canal 4 británico, las chicas vintage fueron blanco de fuertes críticas. "Quienes llevamos una vida ciento por ciento retro estamos orgullosas de lo que somos", hace Carmen su defensa, conociendo las reprobaciones.
Algunos piensan que las esposas simplemente deciden obviar la discriminación y el abuso que vivían las mujeres en las décadas del 40 y 50, cuando en muchos países se las consideraba únicamente útiles para limpiar la casa y en pocos eran equiparadas con los derechos y tareas de los hombres.
Joanne Mesley, que tiene tres trabajos, dice que las críticas que aparecen en los sitios de Internet le duelen porque la describen de forma errónea. "Lo peor es la falta de tolerancia. Todavía me pasa que las adolescentes me señalan con el dedo por la calle. Creo que la gente hoy no puede entender a nadie que se atreva a ser diferente. Ya no me molesta tanto porque me acostumbré, y no voy al centro a no ser que sea estrictamente necesario. ¡La cosa más fantástica del mundo moderno es poder hacer compras online!".

Roles bien definidos
Jenny Colon, bautizada "la ama de casa retro", coincide con Joanne, y aunque su casa no llega al límite de ser una cápsula del tiempo, esta estadounidense vive los valores de una época que muchos dejaron atrás.
"Me encanta el enfoque en la familia que existía en los 40 y 50. Aun cuando me doy cuenta de que en esa época no todo eran rosas, elijo tomar las mejores partes para usarlas en mi vida -comentó a LNR-. Para mí, ser una esposa significa tener los roles definidos con mi marido. Mi trabajo es quedarme en casa y cuidar del hogar y de nuestra hija, y el suyo ser el sostén de la familia", afirma.
Más que como una moda, también están los que observan a estas mujeres como un ejemplo verde. "Me gusta la idea de arreglar algo hasta que no se pueda usar más y después reutilizarlo para otra cosa. Eso me da mucha satisfacción", sigue la norteamericana.
Al principio en su cambio de hábitos, cuando dejó su trabajo, Colon se sintió muy incómoda. "Mientras estaba en casa me costó mucho luchar con el sentimiento de no sentirme valuada por la sociedad. Fue como una crisis de identidad. Ahora estoy lo suficientemente cómoda como para que no me importe lo que digan", remata Jenny y vuelve a su vida hogareña.
Por Josefina Salomón

LA ARGENTINA QUE CONFIRMA LA REGLA
Las mujeres retro se pasean por cada rincón del planeta y, por supuesto, la Argentina tiene la suya propia, aunque ahora viva en Estados Unidos.
A diferencia de las amas de casa full time, Gabriela Hernández es, además, una exitosa empresaria.
Su compañía, Bésame Cosmetics Inc., se ha convertido en una marca internacional de maquillaje, especializada en brindar belleza con un toque de elegancia... retro.
Según Hernández, el fuerte de su colección de productos son los lápices labiales, que permiten traer algo de lo que ella define como el "glamour de su abuela" al siglo XXI.
"Me gustaría poder visitar el año 1945, pero no para quedarme ahí. Como joven empresaria, quisiera ver de primera mano cómo se hacían las cosas y cómo se arreglaban las mujeres."

EN INTERNET
www.besamecosmetics.com

my50syear.blogspot.com

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