domingo, 27 de diciembre de 2009

Los mitos y verdades sobre el acné se mantienen más vigentes que nunca

Los médicos dermatólogos dicen que estar brotado de granos no es sólo una cuestión de piel. También es emocional y, justamente por ese motivo, señalan al estrés como uno de los detonantes del acné entre los adultos.
Un estudio reciente de la Asociación Americana de Dermatología reveló que esos casos aumentaron de un modo "espectacular". Otra encuesta, en Argentina, confirmó viejas sospechas: tener granos en la adolescencia realmente hace estragos en la vida social. Mucho más en esta época, donde abundan las redes sociales, que imponen la costumbre de publicar fotos. Nadie quiere aparecer en ellas con granitos.
En medio de las dos revelaciones sobreviven mitos y verdades que se mantienen desde hace años. Los más difundidos (con sus explicaciones correspondientes) son los siguientes:
Para mejorar el acné, conviene reventar granos.
No, porque les abre la puerta a los gérmenes. Provocan enrojecimiento, dolor e incluso infección. Además, pueden quedar cicatrices.
Los fritos y dulces son responsables de los brotes. Ningún ensayo clínico lo confirmó. Pero las comidas que inducen liberación de insulina (Ejemplo: hidratos de carbono) contribuyen a la producción de andrógenos.
El bronceado los elimina. El enrojecimiento se nota menos, pero los granos siguen. El sol reseca e irrita la piel, dos situaciones que pueden empeorar el cuadro general. Un protector de al menos factor 15 impide la obstrucción de poros.
Los granitos salen por falta de sexo. No hay evidencias de esa afirmación. La masturbación no los elimina.
Mejor, no maquillarse. Se puede usar maquillaje, pero con la precaución de que sea no comedogénico: que no tape poros ni provoque más erupciones.
Los granitos brotan más cuando hay falta de higiene. La higiene regular retira las células muertas y el exceso de grasa. Pero lavar demasiado fuerte la piel también puede irritarla.
Otra afirmación que suele hacerse es que el acné interfiere en la vida social. Eso es cierto y una encuesta exclusiva de D' Alessio para Clarín, que midió el rechazo social que genera el acné, puede probarlo.
El 42% de los 430 entrevistados de entre 13 y 65 años lo padece o padeció en algún momento. Y uno de cada cuatro admitió que, por vergüenza, dejó de hacer actividades cotidianas.
"Varios estudios demostraron que el fuerte impacto negativo del acné favorece la baja autoestima, aumento de la ansiedad, fobia social y depresión", explicó Christian Sánchez Saizar, médico dermatólogo de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) y director de Concepto Estético. Contó que allí los granitos representan el 20% de las consultas diarias.
La palabra acné viene del griego akmé, significa florecimiento. Eso es cierto. Otra verdad: es un brote que nadie quiere.


Una "barrera social"
El acné es una dermatosis inflamatoria. Varía de formas leves a extensas y puede, según el caso, dejar secuelas físicas -cicatrices- y psicológicas permanentes.

Según la Sociedad Argentina de Dermatología, el 85 por ciento de los argentinos lo padece durante la adolescencia.
"En algunos casos afecta su vida social, laboral y también sus relaciones interpersonales", afirmó Miguel Allevato, jefe de dermatología del Hospital de Clínicas.
La investigación indicó que el 38 por ciento sufrió cuando "alguien se queda mirándome", el 21 por ciento si lo tocan, el 19 por ciento al presentarse a una entrevista para un trabajo y el 11 por ciento, al besar.
El 40 por ciento, en tanto, no se anima a acercarse a quien les gusta por causa de sus granitos. Tampoco va a bailar, fiestas, reuniones o hace deporte. Pero lo que más evita es sacarse fotos porque, dicen, eso provoca que les dejen comentarios despectivos en las redes sociales, como Facebook y Fotolog. Las burlas son de amigos, compañeros de estudio y la propia familia. Y se duplica hacia los varones.
clarin.com

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