Docente frustrado; alumno desganado

Los profesores de las escuelas secundarias de la Ciudad y la provincia de Buenos Aires coinciden: los chicos se llevan cada vez más materias a diciembre y a marzo. Aseguran que más de la mitad de sus estudiantes están en esa situación y que la falta de interés o de disciplina son los principales motivos por los que no estudian durante el ciclo escolar.
“Los chicos se llevan un montón de materias, cada vez más con respecto a otras generaciones. Se llevan 10 de 11 asignaturas, no tienen ganas de estudiar y parece que todo les diera igual: si tienen que repetir el año o si se tienen que pasar el verano estudiando”, dice Liliana, directora de una escuela secundaria bonaerense.
Lo mismo piensa un profesor de Matemática del Colegio Nicolás Avellaneda de Buenos Aires, quien asegura que “los chicos no estudian nada, hay un desgano generalizado”. Su materia encabeza el ranking de las que más se llevan a fin de año. Le siguen Lengua, Física e Inglés. Liliana es mamá de una hija adolescente, docente desde hace 30 años y directora de una escuela pública en Pilar.
“Se llevan todas las materias y dicen: ‘No importa, hago todo de nuevo el año que viene’. No sé si les falta motivación o si hay que adecuar la enseñanza a estos tiempos, pero ya no se enganchan con el estudio, los docentes tenemos que cambiar las estrategias”.
El profesor del Avellaneda se queja: “El nivel de conocimiento que tienen es muy bajo, hay un desgano generalizado, no tienen disciplina para estudiar, sólo repasan un poquito y piensan que con eso alcanza para aprobar. Hoy le di una clase de apoyo a una alumna y le pedí que hiciera 16 dividido cuatro. Tomó la calculadora. Ni se puso a pensar si podía hacerlo sola”.
Silvia es profesora de Inglés y da clases en una escuela de La Plata. Le pasa lo mismo: “En la casa no saben qué hacer con el tiempo libre, pero no les interesa estudiar y entonces vienen a la escuela”.
La culpa, de todas maneras, no es sólo de los alumnos. En el aula, el ida y vuelta también se complica entre estudiantes y docentes.
“Los profesores también fallamos a la hora de enseñarles a estudiar y, además, la escuela sigue igual que hace 30 años. La reforma del secundario tendrá que rever estas cosas”, dice el docente del Avellaneda.
Antonio es profesor de Matemática y Física en seis secundarias. Tiene más de 20 años de docencia y dice que la situación es cada vez peor. Asegura que sus compañeros pasan por lo mismo tanto en escuelas del centro como de la periferia de La Plata. “Antes, sentían vergüenza si se llevaban una materia. Ahora, en 2º año mandé a rendir a 10 de 30 alumnos. En la semana de orientación les di todos los temas del examen. Hoy, seis entregaron la hoja en blanco y el resto hizo mal los ejercicios. Les pregunté qué les pasó: ‘Vengo a ver qué pasa’, ‘No entiendo’, ‘Estuve en internet’, ‘Estoy cansado’. La culpa también es de los padres, que quieren que sus hijos sólo ‘zafen’”.
La directora de Educación Secundaria de la provincia de Buenos Aires Claudia Bracch, pone la responsabilidad sobre los profesores: “Una de las materias que más se llevan es Matemática y eso sucede porque no se la apropian; cuando pasan a un nivel más complejo se les complica. Además, se hace hincapié en la enseñanza de una fórmula en lugar de pensar cómo se resuelve un problema. Nuestro eje está puesto en la enseñanza y en cómo los docentes damos clases.
La nueva Ley de Educación también plantea la obligatoriedad de la secundaria y un desafío es cómo revisamos nuestras prácticas para otorgar esa universalidad con adolescentes que tienen trayectorias escolares e historias personales muy distintas. Los nuevos cambios curriculares apuntan a trabajar la reforma de los contenidos, las perspectivas y las prácticas de enseñanza de las materias. Será todo un proceso, claro, porque hay cambios que no son automáticos”.
Explicaciones, excusas y quejas
Franco tiene 17 años y se quedó libre el año pasado en el Nacional Buenos Aires. Ahora se preparó para rendir las materias y reincorporarse a la escuela recién el año que viene en cuarto. “Me llevé muchas materias. Algunas porque me cuestan, otras para porque estudié zafar porque a fin de año uno prioriza las más importantes o las que te gustan más y no cuestan tanto. Algunos profesores enseñan muy bien y otros no tanto, no se gastan en explicarte, entonces uno le pregunta de nuevo y responden de mala gana”.
Ana, de 17, también está en cuarto año del Nacional Buenos Aires. “Me llevé Biología, Química, Matemática, Literatura y Física en diciembre. Durante el año intenté levantarlas pero no pude: algunas me resultaban muy difíciles”.
A Lucas, de 16, le pasó lo mismo en el Pellegrini: “Me llevé cuatro directo a marzo: Economía, Contabilidad, Matemática y Gestión de las Organizaciones. También Literatura a diciembre, pero ya la saqué. No tengo el hábito de estudiar”.
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