miércoles, 16 de diciembre de 2009

Hallan la fórmula para estacionar perfecto

Estacionar en paralelo es, quizá, el momento de más tensión arriba del auto, sobre todo para los principiantes. También suele ser lo último en aprender; no hay fórmulas que garanticen el éxito de la maniobra. Por lo menos hasta ayer, cuando un matemático inglés difundió una ecuación que, asegura, permite acomodar el auto hasta en los huecos más complicados.
El estudio fue encargado después de que Vauxhall Motors (filial británica de Opel) confirmara un secreto a voces en las islas y en todo el mundo: el 57% de los británicos no tiene confianza en su capacidad para estacionar, mientras que un 32% prefiere ir a un lugar más lejano –o incluso pagar una playa de estacionamiento– antes que maniobrar en un espacio limitado. Con esos datos en carpeta, la empresa se contactó con Simon Blackburn, especialista de la Universidad de Londres. El desafío era bajar esa estadística y reducir los márgenes de la frustración.
Basándose en los principios sobre círculos y en el teorema de Pitágoras, el matemático dice haber encontrado la solución: primero hay que tener en cuenta el radio del círculo de giro del auto y la distancia entre sus ruedas delanteras y traseras. Con esos cálculos listos, se considera la longitud de la trompa del vehículo propio y el ancho de un auto adyacente. Así, la fórmula –explicada en un paper de diez páginas– devela cuán grande debe ser el espacio necesario para estacionar. Blackburn le aseguró al Daily Telegraph que “esta fórmula ayudará a estacionar de un modo agradable y con el conocimiento de si el hueco es apto para dejar nuestro coche”.
“El problema del estacionamiento es muy conocido y se engloba en la teoría de control, que se propone encontrar una función que lleve el sistema de un estado a otro deseado –aportan desde la Unión Matemática Argentina–. En California construyeron un sistema con carritos y acoplados, que estaciona al auto solo”. La idea fue capitalizada por Ford, que a mediados de año lanzó un sistema de estacionamiento automático. El active park assist dispara sensores de ultrasonido que detectan los espacios vacíos. Por ahora, sólo está disponible en vehículos de lujo, los Lincoln MKS y MKT. Los que no puedan afrontar esos gastos deberán apelar a perfeccionar su técnica, o directamente aprenderla de cero. La instructora Vilma Azcurra no desconfía de los avances que llegan de Londres, pero tiene su propia fórmula: “Hay que hacer coincidir la cola del de adelante con la de tu auto. Girás todo el volante a la derecha, hasta un ángulo de 45 grados. En ese momento, le devolvés al volante el giro que le habías dado, hasta que las ruedas vuelvan a estar rectas. Cuando la cola del de adelante está a la altura de la mitad del tuyo, vas al cordón, y llegás hasta que coincida con tu rueda delantera. Después girás hacia la izquierda, para que tu auto quede paralelo al cordón”. Azcurra cuenta que en una clase de seis horas, aprender esa maniobra puede llevar dos. Siempre, claro, que antes se haya logrado dar marcha atrás.
El automovilista Marcos Di Palma también cree que la fórmula de Blackburn puede cristalizarse en el asfalto –“hacés el giro, calculás el largo, doblás y lo metés”– aunque lo ve difícil: “Probablemente tengas que bajar del auto para hacer las mediciones y eso sólo te puede llevar un par de horas”. Entonces, cuando no hay otra solución, su consejo es “apuntar y darle para atrás con todo. Si no entra, con un golpe corrés al de adelante, y con otro al de atrás”. La razón o la fuerza, ésa es la cuestión.
criticadigital.com

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