lunes, 14 de diciembre de 2009

Aumentaron los casos de cáncer de piel por los malos hábitos de bronceado


Las temibles consecuencias de la moda del bronceado ya se están registrando en la Argentina: aumentaron los nuevos casos de melanoma –el cáncer de piel más agresivo– en la provincia de Buenos Aires, donde existe el único registro de incidencia del país. Las más afectadas son las personas que pasan casi todo el año encerradas en las oficinas y en sus casas, salen por 15 días de vacaciones, y –de repente– se "toman" todo el sol.
"Son generalmente personas que se van de vacaciones y quieren aprovechar con todo esos pocos días de descanso. Entonces, se exponen al sol en las horas pico y usan mal los protectores solares. Por ejemplo: se los aplican una sola vez por la mañana y nada más", contó a Clarín la oncóloga Silvia Bonicatto, responsable del Registro bonaerense del Cáncer. Ese registro contabilizó un aumento del 6% en los casos anuales de melanoma entre 1996 y 2008. "Hay una tendencia clara de ascenso de los casos reales. No es que hubo más consultas", agregó la especialista. En el resto del país, también habría más casos anuales de melanoma, pero no hay una notificación obligatoria, comentó Ana De Pablo, coordinadora de la campaña nacional contra el cáncer de piel de la Sociedad Argentina de Dermatología. Esta entidad junto con la Fundación Cáncer de Piel armó un registro de casos de melanomas en 2003 y ya lleva 4.100 casos reportados (aunque no serían la totalidad de los casos).
Se estima que el 15% de los pacientes con melanoma puede morir, según el dermatólogo Fernando Stengel. Por esto, es clave tanto tomar sol de manera adecuada como estar atentos a las situaciones que predisponen al melanoma, como tener piel y ojos claros, historia familiar de melanoma, antecedentes de quemaduras solares, presencia de lunares atípicos o de muchos comunes.
"En los últimos 20 años, el bronceado estuvo de moda, como un valor estético, y la gente tomó más sol. Ahora estamos viendo las consecuencias de ese cambio: la gente tiene una acumulación de radiación ultravioleta. Incluso, ahora vemos más casos de pacientes de 20 años con cáncer de piel", resaltó la doctora De Pablo.
El melanoma ocurre porque las células responsables de la pigmentación de la piel se transforman en células malignas. Es potencialmente curable si se lo detecta en forma precoz. Dos tercios de los casos se asocian a la exposición de rayos ultravioletas, que no sólo provienen del sol, sino que también se reciben en las camas solares.
La Sociedad Argentina de Dermatología directamente sostiene que hay que evitarlas: "No son camas sino camillas de radiación ultravioleta". Por lo cual, exponerse en ellas lleva al envejecimiento prematuro de la piel y aumenta el riesgo de padecer cáncer. Una investigación de la OMS difundida en julio lo midió: la probabilidad de contraer cáncer de piel crece un 75% cuando la exposición excesiva comienza antes de los 30 años.
"Las llamadas popularmente camas solares son una desgracia que los argentinos deberían prohibir", concluye Ana Kaminsky, profesora de dermatología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.


Los consejos médicos quedan bajo la arena
En la vieja historia de Blancanieves, la reina le preguntaba a su espejo: "Espejito, espejito, ¿quién es la más bella?", y esperaba, siempre, que le devolviese como respuesta su propia imagen. Lo implícito en esa historia son los dos paradigmas que atraviesan nuestra época: "la adicción al vértigo" y "la importancia de la propia imagen como construcción social" en la constitución subjetiva y en la identidad de un individuo.

Belleza, salud y status social representan los tres pilares de un ideal poderoso, impregnado en la cultura y reforzado permanentemente desde los códigos visuales que invaden al sujeto, que superan su saber y conocimiento de lo bueno y lo malo para su salud, sumiéndolo con la exposición, en una especie de fascinación hacia el "dios Sol" que le permitirá obtener, rápidamente del espejo, aquella respuesta tan deseada que alimente su propia imagen, sin advertir lo que también se sabe, que en esa contemplación absorta, se cumple el mito de Narciso. El pasarse del límite, en este caso, de los horarios que no son perjudiciales, sobreviene paradójicamente en lo contrario a lo deseado. La piel puede quedar afectada con las molestas "quemaduras" hasta con enfermedades graves.
¿Y los consejos del médico?
Quedan bajo la arena. Con equipos de salud, intentamos una mejor comprensión sobre el escaso efecto de la información que brinda el médico a su paciente. Las recomendaciones de los profesionales tienen un mejor efecto en la medida que la relación con sus pacientes se encuentre afianzada y que en la consulta el médico contemple la permeabilidad del paciente para aceptar sus indicaciones.
Carlos RusconiPsicoanalista, hospital Durand


Para los expertos, es clave elegir el factor adecuado
Los usos de los protectores solares crecieron en esta década, pero la gente no suele aplicarlos de manera adecuada", afirmó a Clarín Ana De Pablo, coordinadora de la campaña de prevención de cáncer de piel de la Sociedad Argentina de Dermatología.

Algunas personas se siguen exponiendo al sol sin protector, porque creen que "una vez no pasa nada. Otros piensan que si ya están bronceados, no lo necesitan. Pero esto es un gran error: siempre hay que aplicarse un protector al aire libre".
Los protectores, de amplio espectro, contienen sustancias que absorben, reflejan y dispersan las radiaciones ultravioletas. Como consecuencia, disminuyen los daños de los rayos sobre la piel. Para la doctora De Pablo, es crucial prestarle atención al "factor de protección solar, porque las diferencias en el número implican mayor o menor protección frente al sol".
Como mínimo, hay que usar el factor 15 en casos de pieles poco sensibles. En cambio, para pieles muy sensibles o exposiciones intensas (como las caminatas en las montañas), se deben usar protectores superiores al factor 30.
¿Y cuándo renovarlo?
"Debe ser aplicado media hora antes de la exposición y repetirlo cada dos horas si se está expuesto al sol. Si se mete al agua, hay que volverlo a aplicar, a pesar de que sea a prueba de agua -recomendó la dermatóloga Ana Kaminsky-. Y hay que evitar el sol en horas pico, entre las 10 y las 16, aun cuando se tenga protector solar". Otra forma de calcularlo, según la Fundación del Cáncer de piel: evite el sol cuando su sombra sea más corta que su altura.
clarin.com

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