miércoles, 23 de diciembre de 2009

El dolor como quinto signo vital

La temperatura corporal, el pulso, la presión sanguínea, la frecuencia respiratoria y el dolor son los primeros cinco signos vitales que deben ser considerados por los médicos en sus pacientes. A pesar de que nueve millones de españoles sufren dolor crónico, sólo el 10% de los facultativos de atención primaria emplean escalas de medición del dolor para su mejor abordaje terapéutico. Un problema que provoca que hasta en la mitad de los casos ese dolor pueda llegar a ser un síntoma mal tratado.
Sin embargo, a pesar de la dificultad de medir el dolor, existen herramientas para hacerlo. Una de ellas es la llamada escala visual analógica (EVA), creada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es una herramienta de sencillo manejo que evalúa el dolor del 1 al 10 para, así, cuantificar la intensidad y el tipo de dolor de cada paciente. Una escala que mejoraría la atención de muchos enfermos. Y es que el 83% de los españoles que padecen dolor crónico son atendidos en el ámbito de la atención primaria y no en unidades especializadas de dolor. Allí sólo el 10% de los médicos usa herramientas como la EVA.
La Plataforma SinDOLOR (constituida en 2007 por las fundaciones para la Investigación en Salud y la Grünenthal) ha desarrollado estos meses la I Campaña de Sensibilización de la Importancia del Dolor, para concienciar a los profesionales sanitarios y a la sociedad de que hoy en día, con los avances en medicina, el dolor puede y debe controlarse. De que merece la pena intentar que no se sufra por dolor, sea agudo o crónico. Una iniciativa que, con el lema cada dolor tiene su historia. EVAlúalo, ha contado con el apoyo del Ministerio de Sanidad, las consejerías de Salud y numerosas sociedades científicas.
Tener en cuenta el dolor como quinto signo vital "facilita en la mayoría de los casos el diagnóstico etiológico o causal del proceso que está desencadenando el cuadro doloroso en el enfermo", apunta Guillermo Castillo, director de la Fundación Grünenthal. La sensibilidad de los médicos hacia los pacientes en torno al sufrimiento a pelo o poder controlar el dolor con los medios disponibles ha experimentado un giro copernicano en los últimos años. De hecho, han sido prolijas, complejas y ricas las investigaciones en analgésicos y fármacos que, por distintas vías, actúan para calmar el dolor.
En el último Congreso Europeo del Dolor, celebrado en Lisboa, se presentó tapentadol para el dolor agudo y crónico. El primer analgésico que aparece en 25 años de una nueva generación que marcará un antes y un después en el control de ese problema. Se trata de un opioide, o derivado de la morfina, que actúa sobre el sistema nervioso central, con una gran potencia analgésica y un buen perfil de tolerancia. Los expertos aseguraron en Lisboa que se inicia una nueva era en el manejo difícil del dolor agudo y crónico.
El dolor es el síntoma más universal de cuantos puede padecer el ser humano. La OMS advierte de que, cuando se cronifica, puede convertirse en una enfermedad en sí misma y que, además de una gran carga de sufrimiento, es responsable, en términos económicos, de unos costes elevadísimos por la imposibilidad de trabajar de quienes lo sufren.

elpais.com

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