domingo, 27 de diciembre de 2009

Al hospital, ¿con flores o sin ellas?

PATRICIA MATEY
MADRID.- Si esté pensando en llevar flores a algún familiar o amigo que, por desgracia, esté pasando las Navidades en un hospital, a lo mejor se lo tiene que pensar dos veces.
Desde hace al menos 200 años, las flores y las plantas frescas han decorado los hospitales de todo el mundo. Pero esta tradición podría tener sus días contados, al menos en determinados países donde ya hay centros hospitalarios que han vetado su entrada.
¿El agua de las flores alberga bacterias potencialmente perjudiciales para los enfermos? ¿Restan oxígeno a los pacientes mientras duermen? Estos son algunos de los argumentos esgrimidos por varios hospitales de Reino Unido para prohibir [o en algunos casos disuadir] a los visitantes de llevar ramos a sus familiares o amigos convalecientes.
Es el caso del Hospital Universitario Southend, quien recientemente ha adoptado esta decisión argumentando que constituyen un potencial peligro para los equipos electrónicos que rodean la cama del paciente. Aunque el pionero en este tipo de vetos fue el Hospital Aberdeen, quien en 1996 adoptó esta medida.
Ahora y para comprender si existen o no motivos reales para adoptarla, Giskin Day y Naiome Carter, del Imperial College de Londres, han realizado una revisión de la literatura científica, además de hablar con los pacientes y el personal de los hospitales Royal Brompton y del Chelsea & Westminster sobre su actitud hacia las flores.
Sus resultados, publicados en el número de Navidad del 'British Medical Journal' (BMJ), destacan "que los floreros no tienen más riesgo de albergar bacterias potencialmente perjudiciales para los enfermos que las vajillas, bebidas o alimentos que se depositan a su alrededor", reza el trabajo.
De hecho, y tal y como reconoce el doctor Giskin a ELMUNDO.es "defiendo la presencia de flores en los hospitales. Tienen un efecto alentandor para los pacientes e iluminan las salas. La entrega de flores es una transacción social y cultural importantes. Los visitantes deben mostrar consideración por los demás pacientes y por el personal sanitario. Creo que el diseño de mobiliario del hospital podría mejorarse para evitar que las flores sean una molestia".
Fue en 1973 cuando una investigación publicada en el 'Clinical Care Nursing Clinics of North American' abrió la 'caja de Pandora' al encontrar que el agua de los jarrones de los centros sanitarios contenía una elevado número de bacterias. Sin embargo, un trabajo posterior, publicado en 'Journal of Infection Control', demostró que este hecho no se tradujo en un aumento de los casos de infección entre los enfermos. Sus autores defendieron en su día "que la prohibición de llevar flores al hospital no es muy popular y que es necesario adoptar este tipo de medidas de acuerdo a la evidencia científica disponible", tal y como recoge el BMJ.
Sin embargo, los hospitales han continuado con esta política, pese a que, también en 2007, el "Departamento de Salud británico reconoció que no se había comunicado ningún caso de infección asociado a las plantas dentro de los hospitales", insisten los doctores Day y Carter.
'Fobia a las flores'
Puede que parte de este 'rechazo floral' se deba también a que los propios sanitarios se manifiestan en su contra. Las entrevistas llevadas a cabo por los autores del trabajo revelan que la mayoría de los enfermos reconoce "que además de dar trabajo por la necesidad de cambiar el agua o quitar las flores muertas, son un peligro potencial si se rompen".
Otro efecto negativo que se ha atribuido a las flores es que 'roban oxígeno'. A finales de 1900 era común 'desvestir' las habitaciones de plantas por la noche bajo la creencia generalizada de que compiten por el oxígeno de los pacientes. "Pero esta teoría fue desechada en una investigación que reveló que su impacto en la composición del aire en las salas era insignificante", insisten los investigadores británicos.
En el otro lado de la balanza se encuentran los trabajos que hacen alusión a sus efectos terapéuticos. Al parecer, los enfermos que cuentan con ellas en sus habitaciones toman menos analgésicos tras una intervención, tienen menor presión arterial y experimentan menos ansiedad y fatiga que los que se recuperan en salas sin decoración floral.
Las más recomendables
Finalmente y para poder 'seguir con la tradición', el doctor Day insiste en que "hay unas flores mejor que otras para llevar a los hospitales. Son más recomendables los arreglos de flores pequeñas, con el menor líquido que sea posible. Es aconsejable, también que estén dispuestas en la espuma de floristería en lugar de un jarrón de cristal que podrían volcarse. Las flores no deben ser muy perfumadas para evitar molestar a otros pacientes y no deben tener una gran cantidad de polen, de hecho los lirios y los geranios no son aconsejables. Las que tienen forma de trompeta tienden a extenderse menos el polen, por lo que son una buena opción y las rosas que también tienen menos probabilidades de causar alergias".

elmundo.es

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