No era una bebida apta para todos los gustos. Amarga, seca y cítrica, esta combinación no encajaba en la mayoría de los paladares. Sin embargo, de una década a este tiempo el Gin&Tonic, o simplemente 'gintonic', ha sabido transformarse en la bebida de moda en España. Ahora, lo raro es no ver a alguien bebiendo una de las más de 150 ginebras que se venden en nuestro país combinada con una de la docena de marcas de tónica que copan actualmente el mercado. ¿Quiere saber por qué lo bebe?
Los orígenes del 'gintonic' son una leyenda. Como explica Óscar Pino, director del local Loft 39 (Madrid), el destilado se originó en Holanda pero el combinado parece que se creó por primera vez en Reino Unido. "La ginebra ayudaba al aparato digestivo y aportaba valentía a los soldados. Además, tomaban tónica, que tiene quinina, para combatir la malaria y cítricos contra el escorbuto. Se dice que un militar decidió combinar los tres en una bebida".
En España lo cierto es que la ginebra ha formado tradicionalmente parte de nuestra historia y el 'gintonic' así como el 'raf' (con cola) son combinados tradicionales de un país que, actualmente, tan sólo está por detrás de Estados Unidos y Filipinas (que fabrica su propia ginebra local) en consumo de este destilado. Esa costumbre, presente en toda la geografía española, parece que ha sido una de las primeras claves del éxito. La bebida ya estaba, sólo había que relanzarla hasta vender unos tres millones de cajas de nueve litros al año.
Como explica Pino, quizás los primeros en comenzar con este cambio de imagen de la ginebra, estereotípicamente masculina (tan sólo un 20% de las mujeres se 'atrevía' a tomarla), fueron los creadores de Bombay Sapphire. "Fue un producto completamente diferente que rompió con la estética de los destilados prehistóricos, era de color azul y llamaba la atención. Pero también fue novedoso en su composición. Se apartó de los cuatro o cinco botánicos (ingredientes como raíces, frutas, plantas…) y pasó a la decena, convirtiéndose en una bebida mucho más aromática. También subió un poco el volumen de alcohol, hasta el 43%".
Nuevo siglo, nuevo combinado
Pero no fue hasta la entrada del nuevo siglo que el 'gintonic', como se dice popularmente, 'pegó el pelotazo'. La principal responsable de ello fue Hendricks, que revolucionó el mercado por completo. "Rompía con cualquier rastro prehistórico", explica el responsable de Loft 39.
Su sabor es bastante diferente del de las ginebras de toda la vida. Más dulce, más aromática, básicamente es mucho más fácil de consumir. Además, desde el inicio se rodeó de una impresionante campaña de márketing que promocionó, entre otras cosas, el tomarla con pepino y no con la tradicional rodaja de limón. "Hasta 2011 no era raro ver a un señor montado en bicicleta y vestido de escocés que acudía a los locales repartiendo pepino para servirlo con Hendricks", reconoce Jesús González, responsable de esta ginebra en España. Esa rodajita verde en la copa aportaba un sabor diferente pero, sobre todo, diferenciaba al consumidor del resto. Se convirtió en una especie de marca de clase.
La llegada de esta ginebra 'premium', apta para un público más acostumbrado a la dulzura del ron o al whisky, abrió la puerta a más de un centenar de destilados que saben a todo tipo de 'botánicos'. Y que, todo sea dicho, se fabrican con relativa facilidad y de manera mucho más rentable que un whisky, por ejemplo, que debe madurar varios años antes de llegar al mercado. En este sentido, España se ha convertido en el país con la mayor oferta de ginebras de todo el mundo. Gracias a ello, como aclara González, se ha logrado evitar pérdidas en la venta de estos destilados ya que "los de tipo 'premium' están paliando la clara disminución de los más tradicionales".
Otra de las claves del éxito de 'gintonic' es ese 'show' que se ha creado cuando un camarero te lo prepara y que se inició con la moda del pepino. Cada ginebra viene con su 'perfect serve', o lo que es lo mismo, con recomendaciones de fábrica sobre cómo servirlas. G’Vine con uva, Gin Mare con romero o albahaca, Beefeater con pomelo o perejil... Distintas copas, diferentes tipos de hielo pero, sobre todo, una gran variedad de acompañamientos que personalizan el combinado. "Ofrece mucha versatilidad a la hora de servirlo y cada consumidor se siente único cuando lo toma", apunta el 'brand manager' de Hendricks.
Esta versatilidad también tiene que ver con que se puede tomar casi a cualquier hora, no está ligado necesariamente a la noche. "Es refrescante, se adapta muy bien y ni si quiera necesita llevar mucha ginebra, y por tanto mucho alcohol, porque las nuevas tienen ya mucho sabor", explica Marc Calabuig, responsable de Fever Tree en España, que se ha convertido en una de las marcas más populares de tónica.
La 'culpa' de las tónicas
De hecho, no se puede hablar del éxito del 'gintonic' sin incluir la transformación de las tónicas, que también llegan con nuevos aromas y nuevos sabores. "Somos el apellido de este combinado. Es más, representamos la mayoría de la copa ya que la ginebra es tan sólo una pequeña parte", recalca Calabuig. Y un dato más que apunta Jesús González: "el 85% de la ginebra que se consume en España se hace con tónica".
El caso de Fever Tree es paradigmático. Originaria de Inglaterra, llegó a España como un 'mixer', una bebida tónica hecha específicamente para mezclarse con un destilado, y con ese reclamo ha logrado hacerse un hueco en un mercado dominado, como ocurría con las ginebras, por las tónicas de toda la vida.
Promocionada por restaurantes de élite, como El Bulli, esta marca se ha establecido porque, entre otras razones, ofrece una nueva opción que encaja con la comentada personalización del combinado. Más oferta, más posibilidades de crear un 'gintonic' a nuestro gusto. "Mezcla muy bien, es más suave al paladar, más sutil... No es empalagosa; el sabor amargo no es tan fuerte y se va enseguida; las burbujas son finas, como las del champán; y realza los botánicos que componen el destilado", defiende Calabuig.
Por último, si se quiere comprender este boom del 'gintonic', también se debe tener en cuenta el público al que llega, la fuerza del boca a boca y de las modas que, por supuesto, causan y aprovechan las casas comerciales. No existe un usuario tipo de esta bebida pero, a grandes rasgos, sería un hombre o una mujer entre 30 y 35 años que, en lugar de emborracharse, prefiere calidad y que, por qué no, quiere diferenciarse del resto creándose un combinado completamente adaptado a sus preferencias.
"Los mercados son cíclicos y van cambiando. Hace algunos años bajó el whisky y vimos la oportunidad para la ginebra. Dentro de un tiempo acabaremos hartos de tantas clases de este destilado y quedarán sólo las mejores opciones", concluye José González.
elmundo.es
1 comentario:
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