Sebastián A. Ríos
A casi 30 años del primer caso de sida registrado en la Argentina, aún hoy un porcentaje muy elevado de personas con VIH llega al diagnóstico con los síntomas de la enfermedad avanzada, lo que revela el fracaso del sistema de salud, incapaz de lograr que los medicamentos antirretrovirales -gratuitos en el país- lleguen a quienes los necesitan.
A casi 30 años del primer caso de sida registrado en la Argentina, aún hoy un porcentaje muy elevado de personas con VIH llega al diagnóstico con los síntomas de la enfermedad avanzada, lo que revela el fracaso del sistema de salud, incapaz de lograr que los medicamentos antirretrovirales -gratuitos en el país- lleguen a quienes los necesitan.
Esta realidad ha quedado expuesta en un reciente estudio que muestra que cánceres como el cervical invasivo, el sarcoma de Kaposi o el linfoma no Hodgkin, que se asocian al sida (el estadio más avanzado de la infección por VIH), son un frecuente motivo de consulta de personas que desconocen que conviven con el virus.
"Estos resultados sugieren que el cáncer quizá sea lo que motiva a algunos pacientes a su primer acercamiento al sistema de salud, que dispara el testeo del VIH y su diagnóstico", escribieron los autores del estudio cuyas conclusiones publica esta semana la revista Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes , y que se basa en el seguimiento de 12.000 pacientes de América latina y el Caribe.
"Estamos llegando tarde -comentó el doctor Pedro Cahn, director médico de la Fundación Huésped, institución que participó del estudio-. Hoy el 30% de los nuevos diagnósticos de VIH corresponde a pacientes con enfermedad muy avanzada; en ellos vemos el mismo cuadro que veíamos en 1982: infecciones oportunistas y tumores asociados al sida."
Cuestión de proporción
La publicación del citado estudio, que se nutre de la red Ccasanet (The Caribean, Central and South America Network for HIV Research), que sigue a 12.000 pacientes de la Argentina, Brasil, Chile, Haití, Honduras, México y Perú, coincide con la publicación en la revista Journal of the National Cancer Institute de un estudio similar realizado en los Estados Unidos que evalúa la relación entre VIH y cáncer y señala una tendencia clara:
"La introducción de la terapia antirretroviral de alta eficacia [los llamados "cócteles" de medicamentos] en 1996 resultó en una mejora del sistema inmunológico de los pacientes con VIH, una reducción del riesgo de desarrollar sida y una grandiosa mejora en la sobrevida -señaló un comunicado de prensa de los Institutos Nacionales de Salud norteamericanos-. Como resultado, los cánceres asociados al sida se redujeron tres veces, de 34.000 casos entre 1991 y 1995, a alrededor de 10.000 casos entre 2001 y 2005."
Como contrapartida, "a medida que los pacientes viven más tiempo y envejecen, crece la incidencia de cánceres que no se vinculan frecuentemente con el VIH", agregó Cahn, y recordó que "la población con VIH tiene un riesgo mayor de desarrollar tumores que la población general".
Pero la diferencia entre el estudio latinoamericano y el norteamericano está dada principalmente en el porcentaje de casos de cáncer en personas con VIH que se asocian al sida. Mientras los tumores que definen el estadio más avanzado de esa infección (sarcoma de Kaposi, linfoma no Hodgkin y cáncer cervical invasivo) representan la mitad de todos los cánceres de los pacientes en Estados Unidos, al sur de ese país esos tumores representan todavía el 82% de todas las afecciones oncológicas en personas VIH positivo.
El moderno tratamiento antirretroviral reduce el riesgo de desarrollar el síndrome de inmunodeficiencia adquirida o sida, que se define entre otros parámetos por la aparición de los citados cánceres. Pero en la región estos tratamientos llegan tarde o no llegan a un porcentaje importante de la población afectada. Se estima que de los 150 a 180.000 argentinos infectados con el virus del sida sólo entre el 30 y el 50% se encuentra bajo tratamiento.
El resultado es que aún hoy muchas personas llegan al diagnóstico de VIH ya habiendo desarrollado una afección oncológica causada por la natural evolución de la infección. Según el estudio de la red Ccasanet, el 30% de los tumores asociados al sida fueron diagnosticados antes o dentro de los 2 meses posteriores al diagnóstico de VIH positivo.
El tratamiento precoz podría haber prevenido la mayor parte de esos cánceres, pero el tratamiento llegó tarde: el 56% de los tumores habían sido diagnosticados antes de que los pacientes comenzaran a tomar la medicación antirretroviral. "El riesgo de desarrollar cáncer en estos pacientes es inversamente proporcional a su recuento de células CD4 [estudio que se usa para determinar el status inmunológico del paciente]; cuanto más bajas están las defensas, mayor es el riesgo", dijo Cahn.
Es por eso que, agregó, "el diagnóstico temprano permite evitar esas complicaciones, ya que el tratamiento reduce enormemente el riesgo de cáncer. Pero en la Argentina seguimos haciendo el diagnóstico de VIH a demanda del paciente; por eso seguimos llegando tarde".
lanacion.com
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