domingo, 27 de marzo de 2011

¿El adiós (definitivo) para el virus de la viruela?

Un vial de la vacuna de la viruela.| CDC


Daba igual el estrato social o las condiciones de vida, si se llamaba Luis XV y era rey de Francia o un desconocido campesino. Todos ellos tenían la posibilidad de contraer uno de los virus más contagiosos y virulentos de la historia... y como el anónimo labrador o el famoso monarca, terminar sucumbiendo a él. La viruela ha sido una de las enfermedades más desconocidas, antiguas y mortales que ha existido; un virus que tiene su origen hace 10.000 años y cuya mortalidad llegó al 30% de los afectados por ella.
Sin embargo, tras una intensa campaña de vacunación llevada a cabo por la Organización Mundial de la Salud (OMS) esta enfermedad conseguía erradicarse por completo un 8 de mayo de 1980. Este hecho representa hasta la fecha el mayor hito de la medicina moderna, pues es la primera vez que el ser humano consigue eliminar totalmente una enfermedad de la naturaleza... Pero ¿entonces ya no queda más viruela que pueda afectar mortalmente a los humanos?
La respuesta se encuentra en dos laboratorios de alta seguridad gubernamentales: los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC en sus siglas en inglés) situados en Atlanta y Vector, su homónimo ruso situado en Koltsovo, al sur del país. Ambas instalaciones son las únicas que conservan almacenadas 451 y 120 cepas respectivamente de este virus, hecho que lleva años levantado más de una crítica por el miedo ante un hipotético accidente o acción bioterrorista que volviera a convertir a la desaparecida enfermedad en rabiosa actualidad.
Precisamente por ello, la OMS volverá a reabrir en mayo el debate sobre la eliminación total de este virus a través de la incineración de las muestras, debate cuya conclusión más que probable será la de conservarlas para alargar el plazo de investigación.
"Todavía quedan muchos aspectos que descubrir sobre la viruela: ¿Por qué es una enfermedad que ataca con tanta virulencia y específicamente a los humanos? Existe también la viruela de los simios, pero no es ni de lejos tan letal", comenta a ELMUNDO.es el director del departamento de Biología Celular y Molecular del Centro Nacional de Biotecnología (CNB), Mariano Esteban, uno de los dos científicos españoles que asesoran al organismo internacional sobre este asunto.

Mejor si somos precavidos

La viruela está causada por un virus llamado variola que se transmite de persona a persona a través del contacto directo y prolongado cara a cara o por manipular objetos infectados. La causa de que muchos de los afectados muriesen se debía a la dificultad de distinguir sus primeros síntomas -fiebre, malestar, dolor de cabeza- de otras enfermedades como la varicela. Cuando se reconocía que era viruela -por las características llagas y abultamientos por todo el cuerpo-, para muchos ya era demasiado tarde.
Sin embargo, este virus causaría su última víctima mortal en 1977 y desde entonces no se ha vuelto a encontrar otro caso. ¿Cómo se consiguió erradicar? La solución, aunque sólo preventiva, era antigua. En 1796 el investigador Edward Jenner descubrió que al inocular el virus vaccinia (parecido a la viruela, pero de origen animal) a las personas, éstas no desarrollaban la temible enfermedad. Este experimento sería la base para desarrollar una vacuna profiláctica que conseguía mantener fuera de peligro al 95% de las personas no infectadas y reducir los síntomas de aquellos que, teniéndola, estuvieran en su primera fase.
Pero poco más se sabe. A día de hoy, tres décadas después de su desaparición muchos interrogantes quedan abiertos... y también las ganas de descubrirlos. "Estas cepas son necesarias para seguir investigando porque, además, con la tecnología que existe hoy en día, es perfectamente factible rescatar, resintetizar, un patógeno de este virus, algo que la OMS vigila, aunque no haya actualmente una amenaza latente", argumenta Esteban.
Entre las necesidades más apremiantes de investigación, Esteban señala "las lagunas en cuanto a la capacidad logística para el diagnóstico del virus, necesario para actuar con la máxima celeridad posible, o los antivirales, puesto que aunque se han desarrollado dos de distintos grados de actuación, existen limitaciones y hay que estar preparados por si se diesen mutaciones, sobre todo teniendo en cuenta que las personas menores de 35 años nunca han sido vacunadas".
Y luego está la amenaza terrorista. En 2005, Washington (EEUU) fue el escenario de un ejercicio ficticio dirigido por el Centro de Bioseguridad de la Universidad de Pittsburgh para analizar la coordinación y rapidez ante una amenaza bioterrorista cuyo protagonista era la viruela. Los resultados no fueron optimistas. Se calculó "de forma muy conservadora", según Tara O'Toole, organizadora de este simulacro, que mes y medio después de la primera exposición habría 400.000 afectados en todo el mundo, 100.000 muertos -con proyecciones de millones que seguramente fallecerían a medio plazo- y un enorme caos en la economía mundial.
"Aunque no exista una amenaza real hay que ser precavidos y necesitamos defendernos si el virus volviera a reaparecer", comenta Esteban. Actualmente la OMS cuenta con 32,6 millones de dosis almacenadas en Ginebra (Suiza), además de los 27 millones de vacunas que Francia, Alemania, Nueva Zelanda y EEUU se han comprometido a donar en caso de necesidad. La respuesta al futuro de la viruela, el próximo mes de mayo.
elmundo.es

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