Sólo son tópicos y machistas. Frasecillas del tipo "ya estamos con las hormonas", "es que os coméis la cabeza"... resultan falsas además de 'cansinas'. Se diga lo que se diga, las mujeres no enferman mentalmente más que los hombres, y mucho menos por culpa de los estrógenos.
Sin embargo, ellas sí corren más riesgo de sufrir ciertas patologías psiquiátricas debido a la discriminación, la violencia de género o los abusos sexuales. Estos son algunos de los factores sociales que hacen que la población femenina siga teniendo más posibilidades de sufrir depresión, alteraciones del estado de ánimo o trastornos en la alimentación. Los hombres, en cambio, padecen más alcoholismo, trastornos de la personalidad y comportamientos violentos.
Dolores Morón, adjunta al Servicio de Psiquiatría del Hospital Clínico de Madrid aclara a ELMUNDO.es que "la genética y la biología están detrás de estos trastornos, pero también son determinantes los factores de tipo social. Sin embargo, estos últimos no juegan un papel tan importante en otras enfermedades como la esquizofrenia o el trastorno bipolar".
De la misma opinión se muestra Carmen Leal, catedrática de Psiquiatría de la Universidad de Valencia y jefa del Servicio de Psiquiatría del Hospital Clínico de la misma ciudad. "Efectivamente, la depresión es dos veces más frecuente en las mujeres en todos los países y aunque los motivos últimos de esta diferencia se desconocen sabemos que la causa es multifactorial. Por ejemplo, las hormonas sí juegan un papel en la depresión posparto, como también lo juega la sobrecarga emocional y laboral que supone ser cuidadora en los trastornos depresivos o la ansiedad. En España, son casi siempre ellas las que cuidan las 24 horas del día a los hijos con patologías graves o a los familiares con demencias. Esto tiene un alto coste psíquico", determina.
Factores sociales
No sólo. "Antes de la revolución industrial, la mujer se deprimía porque se quedaba en casa, no trabajaba y su autoestima estaba baja. Ahora se deprime porque su jornada no acaba nunca, debido a que no se comparten las tareas. Ellas creen que no hacen todo lo que deberían en el trabajo ni en casa, y esto les genera sentimientos de culpa, además de disminuir su amor propio", aclara la psiquiatra del Clínico.
Todos estos factores ambientales y sociales van a ser debatidos por los especialistas durante la celebración del 4 Congreso Mundial de la Salud Mental de la Mujer , que acaba de arrancar en la capital y que cuenta con cerca de 1.000 asistentes. En él, y a lo largo de tres días, psiquiatras, endocrinólogos, psicólogos, profesionales en salud mental, investigadores y responsables gubernamentales, entre otros, abordarán temas como la influencia de la violencia doméstica, los abusos sexuales o la cultura en la mente de las mujeres, la depresión, las psicosis, la esquizofrenia o cómo el embarazo en distintas patologías psíquicas.
"Este congreso es una muestra de lo mucho que en los últimos años está aumentando la preocupación por el papel que juega el género en la salud mental y en los problemas psicológicos y emocionales", reconoce al doctora Leal. De hecho, la Organización Mundial de la Salud reconoce "que el género determina de manera fundamental la salud mental y las enfermedades psiquiátricas. Se ha prestado más atención a la morbilidad asociada a ellas que a los determinantes específicos de cada género y los mecanismos que promueven y protegen la salud mental y fomentan la resistencia al estrés y a la adversidad".
Lo primero, prevenir
Tanto la doctora Leal como Dolores Morón reconocen que la mejor medicina "es la prevención, por lo que el reto de la salud mental de las mujeres reside en que los determinantes sociales se igualen a los de los hombres. Para ello es necesario formar a los niños y niñas en la igualdad. Se trata, en definitiva, de tener una buena salud social", apostilla la doctora Morón.
Manuel Bousoño, profesor de psiquiatría de la Universidad de Oviedo, reconoce que se puede hacer aún más. "Los pediatras juegan un papel muy importante a la hora de prevenir enfermedades mentales en la edad adulta. La detección precoz, por ejemplo, de abusos psicológicos o de otro tipo puede servir para su pronto tratamiento, minimizando así los daños que ocasiona el estrés postraumático en el cerebro".
También es importante "que se conozcan los aspectos diferenciales de una enfermedad en la mujer y en el hombre. Por ejemplo, la esquizofrenia tiene un curso distinto en ellas que en ellos. En las mujeres no es tan llamativa, intervienen otros aspectos cognitivos y afectivos, lo que hace que muchos casos pasen desapercibidos, de ahí la importancia de estar alerta ante determinadas señales", agrega el experto.
elmundo.es
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