Son muy pocos, pero pueden ayudar a muchos. Los llamados 'controladores de elite' del VIH -personas que a pesar de estar infectadas por el virus lo mantienen a niveles indetectables, sin necesidad de fármacos, y no desarrollan el sida- pueden esconder el secreto que tanto tiempo llevan buscando los investigadores: la clave para bloquear al virus y desarrollar una vacuna o, en su defecto, fármacos más eficaces. Un grupo del Hospital General de Massachussets (EEUU) está más cerca de averiguarlo al descubrir el papel clave que juega una proteína en los organismos de estos individuos.
Aunque los 'controladores de elite' ya habían dado algunas pistas previamente –se sabe por ejemplo el rol que desempeñan en ellos cinco aminoácidos y una proteína (la HLA), o las alfa-defensinas (unos péptidos naturales)- el nuevo hallazgo es importante porque, tal y como explica a ELMUNDO.es uno de los descubridores, Mathias Lichterfeld, "hemos ido un poco más allá".
"Hasta ahora -indica- la mayoría de los trabajos en estas personas se habían centrado en analizar la respuesta de las células T, que se encargan de matar a las células infectadas por el virus. Pero nosotros hemos ido más allá y hemos encontrado una proteína específica que puede bloquear el crecimiento del virus en la propia célula infectada (la CD4) y evitar así que éste se propague por el resto del organismo, antes de que las células T se vean obligadas a actuar".
La investigación, que se publica en 'Journal of Clinical Investigation', recoge que la proteína p21 está muy presente en las células CD4 -las dianas favoritas del VIH- de los controladores de elite e impide que el virus pueda crecer. Lo que hace, en concreto, la p21 –que hasta ahora era una conocida supresora de tumores- es inhibir una enzima que necesita el VIH para replicarse dentro de la célula y, por tanto, impide que se extienda por otras células del cuerpo.
"Si fuéramos capaces de manipular la expresión de la p21 en estas células podríamos aumentar la resistencia al VIH en todos los infectados, hacer sus organismos menos susceptibles al virus y, por tanto, disminuir también la posibilidad de que infecten a otros", afirma Lichterfeld, que trabaja en el Departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital General de Boston.
Pero para este experto hay otro punto importante en la investigación y es el hecho de que la p21 actúe como supresora de tumores, porque indica que "existen mecanismos de protección comunes frente al cáncer y el sida, algo que se debería investigar más".
Aunque de los 33 millones de personas que viven con VIH en el mundo, según datos de ONUSIDA, menos del 1% pertenece al grupo de los 'controladores de elite', el mecanismo natural por el cual este pequeño porcentaje se defiende de la infección puede ayudar a todos los demás. "Su organismo privilegiado da pistas para desarrollar fármacos más potentes y diseñar otras estrategias frente al virus", reconoce el autor.
elmundo.es
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