domingo, 13 de marzo de 2011

El hongo que multiplica por mil su tamaño


ÁNGEL DÍAZ
MADRID.- Un hongo ambiental que muchos tenemos en los pulmones, en estado latente e inofensivo, emplea una espectacular y a veces letal táctica para burlar nuestras defensas y permanecer con vida. Una vez que se ha producido la infección, puede aumentar su tamaño hasta 1.000 veces, lo que le convierte en invulnerable a los ataques del sistema inmune.
Normalmente, la invasión no pasa a mayores, pero en el caso de personas inmunodeprimidas, como pacientes de sida y trasplantados, aprovecha para multiplicarse y llegar al cerebro, donde provoca un tipo de meningitis que es responsable de más un millón de muertes al año, casi todas en países en desarrollo, donde no hay acceso a tratamientos eficaces.
El hongo, denominado 'Cryptococcus neoformans', es una levadura que se encuentra en el aire por todo el mundo y a la que estamos expuestos desde la infancia. Un equipo de investigadores del servicio de Micología del Instituto de Salud Carlos III ha descrito por primera vez el peculiar mecanismo de supervivencia, un crecimiento desmesurado que, según sospechan, podría ser también la estrategia seguida por otros agentes infecciosos.
El hongo multiplica su tamaño para formar células gigantes, que no pueden ser fagocitadas y son más resistentes a las defensas del organismo del huésped. En ese estado, es demasiado grande para traspasar barreras, de manera que queda en los pulmones, donde se reproduce muy lentamente. El problema llega cuando el sistema inmune del organismo se debilita, bien sea debido al VIH o a otras circunstancias.
En esos casos, las células del patógeno se dividen y crean otras de tamaño normal, que son capaces de migrar y, mediante un proceso que aún no se conoce bien, llegan al cerebro, donde causan una meningitis potencialmente letal. En los países avanzados, las infecciones por hongos pueden tratarse con un antibiótico llamado anfotericina, pero su coste, en torno a los 1.500 euros por dosis, es demasiado elevado para los países en desarrollo de África y el Sudeste Asiático, donde esta infección es más preopcupante.
Un drama evitable
"Ese millón de muertes cada año es un drama, porque se podría evitar. Pero la realidad es que no tienen dinero para el tratamiento, ni lo van a tener", lamenta el investigador Oscar Zaragoza Hernández, que ha liderado el trabajo, cuyos resultados se han publicado en 'PLoS Pathogens'.
El drama también existe, aunque las cifras sean menores, en países como el nuestro, pues esta clase de infecciones se ceba con los más débiles, que ya han pasado por una enfermedad y un duro tratamiento y se encuentran en estado de inmunodepresión: "Afecta a personas en mal estado físico y anímico. Son pacientes en los que inviertes mucho esfuerzo y que se mueren por una infección que todos tenemos", señala Zaragoza.
Sin embargo, también se han registrado casos en personas sin ninguna inmunodeficiencia identificada, lo que indica que debe haber otros factores de riesgos aún desconocidos. Además, éstos y otros hongos ambientales se van acumulando en los pulmones por inhalación, una circunstancia que, según sospechan los expertos, podría ser causante de asma y otros problemas respiratiorios.
elmundo.es

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