jueves, 17 de marzo de 2011

Un mal trabajo deprime tanto como estar en paro

Imágenes de la cola del paro y una cadena de montaje industrial. | Foto: El Mundo

Es sabido que el paro no es una circunstancia psicológicamente agradable y que este estado puede inducir depresión, ansiedad y, en general, deteriorar el bienestar de la mente. Sin embargo, tener un trabajo mal pagado, demasiado estresante o sobre el que no se tiene control ni seguridad de futuro puede ser tan malo -si no peor- como permanecer sin empleo. Así lo ha reflejado, siempre desde el punto de vista de la salud -y sin entrar en consideraciones económicas- un nuevo estudio realizado en Australia.
Los resultados, publicados en la revista 'Occupational and Environmental Medicine', confirman que, por regla general, estar desempleado es peor para la salud psicológica que estar activo. Sin embargo, los autores también compararon a los parados con aquellos que tenían un empleo de baja consideración social o con el que no se sentían a gusto, y en estas circuntancias las supuestas ventajas de tener trabajo desaparecían.
Por otra parte, los parados mejoraban como media su salud mental cuando encontraban un empleo; pero, de nuevo, este efecto se disipaba si la calidad del nuevo trabajo era baja. De hecho, entre los puestos de peor consideación, los problemas psicológicos tendían a aumentar; es decir, cambiar el paro por un mal puesto puede agudizar las depresiones y demás afecciones relacionadas.
Además, el grupo de individuos que experimentó un declive más acentuado en su bienestar psicológico fue el de aquellos que tenían peores trabajos, según el estudio elaborado en la Universidad Nacional de Australia en Melbourne. "La salud mental de aquellos que estaban desocupados era comparable o superior a aquellos que tenían empleos de la más baja calidad psicosocial", concluyen los autores.

Síntomas depresivos

El estudio se ha realizado a partir de los resultados de siete oleadas de datos de la encuesta Hilda, que realiza la Universidad de Melbourne (Australia) y cada año recoge información laboral y económica de una muestra compuesta por 7.000 ciudadanos.
Los autores midieron la salud mental de los participantes mediante un tests conocido como Mental Health Inventory (MHI), que considera diversos síntomas asociados a la depresión y la ansiedad en oposición a sentimientos positivos como la tranquilidad o la felicidad. En cuanto a la calidad de trabajo, se tuvieron en cuenta las siguientes condiciones: control del propio trabajo, percepción de un salario justo, complejidad de las tareas, seguridad laboral y nivel de exigencia.
La estadística reveló una asociación tanto entre los peores trabajos y los mayores síntomas de depresión y ansiedad, por una parte, como entre los mejores empleos y los ciudadanos psicológicamente más sanos, por otra. Los autores del estudio concluyen que lograr un empleo a toda costa podría no ser el mejor enfoque para ayudar a las personas con esta clase de problemas (al menos desde el punto de vista de su salud mental). "Las políticas de empleo se basan en la noción de que cualquier trabajo es mejor que no tenerlo", recuerdan, y añaden que, a raíz de sus resultados, "la calidad psicosocial del empleo es un factor crucial que debe ser considerado en las políticas de empleo y bienestar".
elmundo.es

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