sábado, 15 de agosto de 2009

Atención centrada en la familia


Por Soledad Avaca
Para LA NACION

En medio de la crisis por falta de neonatólogos, las maternidades centradas en la familia cambiaron el paradigma en la asistencia de bebes nacidos antes de tiempo. Hoy, los padres son los principales actores en la evolución de sus hijos; educarlos es la nueva misión del área neonatal.

Bebes frágiles conectados a frías máquinas y, junto a ellos, mamás encogidas por la angustia. Entre los murmullos, las alarmas de los monitores aturden. Cruzar las puertas de una unidad de cuidados intensivos neonatales es ingresar a un mundo de emociones intensas y ambivalentes.

En la Argentina, el parto prematuro resulta bastante frecuente: de los 700.000 bebes que nacen por año, alrededor del 10% se anticipa. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los recién nacidos antes de las 37 semanas de gestación son considerados bebes pretérmino.

Para tranquilidad de padres y especialistas, la probabilidad de sobrevida de bebes prematuros aumentó de manera considerable; mucho se debe a la implementación de los servicios de neonatología centrados en la familia, que lograron cambiar el paradigma en su asistencia.

Por ejemplo, en la Maternindad Sardá - institución pionera en la aplicación de esta metodología - la tasa de sobrevida de un bebe que nace con un peso de entre 750 y 1000 gramos es del 80%, y la de los que pesan entre 1000 y 1500 gramos, cercana al 100%. Hace poco más de 20 años, de los bebes con un peso inferior a 1000 gramos sólo sobrevivía entre el 15 y el 20%.

Enfoque humanista

En los últimos tiempos, la implementación de las maternidades centradas en la familia transformó positivamente el rol del equipo de salud y de los padres de bebes internados en unidades de cuidados intensivos neonatales.

De una atención basada exclusivamente en la tecnología y la medicación, se pasó a un cuidado más humanizado, en el que los recién nacidos y sus papás son los verdaderos protagonistas.

"Hoy se trata de sumar a los progresos de la medicina científica y tecnológica, los redescubrimientos de intervenciones y acciones solidarias, de contención afectiva y de comprensión de las necesidades de cada individuo. Las madres estaban perdiendo protagonismo y aceptando las reglas de las instituciones, pero en nuestro país y el resto del mundo comenzaron a desarrollarse diversos movimientos para volver a transformar el nacimiento en un hecho natural con la participación de la familia", comenta el Dr. Miguel Larguía, presidente de la Fundación Neonatológica para el Recién Nacido y su Familia, y jefe de la división de Neonatología del Hospital Materno Infantil Ramón Sardá.

Con un enfoque más humanístico, la atención se extiende hacia el entorno familiar y los padres se convierten en los actores principales en el cuidado de sus hijos; asimismo, se dedica un espacio para abuelos y hermanos.

Así, el equipo de salud brinda cuidado, educación y estimulación para que los familiares puedan ir apropiándose del cuidado integral de sus bebes, respetando los tiempos de desarrollo y las capacidades de cada niño.

La misión del equipo también responde a promocionar y apoyar la lactancia materna, ya que el vínculo que se crea entre madre e hijo es fundamental para el desarrollo físico y psíquico de los recién nacidos.

Según la edad gestacional, en las primeras etapas, los bebes recibirán leche materna a través de una cánula.

Vínculos y contención

Naturalmente, la llegada de un hijo prematuro desconcierta y atemoriza. La tristeza, el miedo, la confusión y la aparición de nuevas ilusiones empañan la maternidad.

"Me sentía insegura. No sabía cómo relacionarme con ese bebe tan pequeño que nada se parecía al de las publicidades. Mis sentimientos de culpa eran infinitos. Sentía que no me había cuidado lo suficiente. Tenía miedo de que algo le pasara, de que se muriera. Estaba abrumada. Me llevó varios días sentirme cómoda en la neo", recordó Andrea Dolce, mamá de Sofía, que nació con 1625 gramos, en la semana 33 de gestación.

"No hay que perder de vista la vulnerabilidad emocional con la que llega una madre a una unidad neonatal. Cada vez que ingresa un bebe prematuro a la neo, también ingresa una mamá prematura, que deberá vincularse con un bebe muy pequeñito y diferente al imaginado, adentro de una incubadora y rodeado de tubos, alarmas y monitores", explica Gabriela Muniagurria, especialista en psicología perinatal, coordinadora de Asistencia Psicológica del Servicio de Neonatología del Sanatorio de la Trinidad Mitre.

En medio del desconcierto, la contención se vuelve fundamental. El psicólogo abre en las neonatologías un espacio para que las emociones se expresen, así como las relaciones que se crean entre padres de bebes internados.

Muniagurria dijo al respecto: "Encontrarse con otras personas que están transitando situaciones y experimentando vivencias similares alivia la sensación de incomprensión que suelen sentir los padres de un bebe prematuro. Entre ellos pueden compartir sus miedos y alegrías por los pequeños-grandes pasos que dan sus bebes. Pueden apoyarse mutuamente y validar la legalidad de sus emociones".

Con el paso del tiempo, Dolce entendió que estar informado durante la internación ayuda a disminuir la angustia y a minimizar el impacto de dejar a un bebe recién nacido en una unidad de cuidados intensivos. Así, junto con otros padres, médicos y enfermeros del Servicio de Neonatología del Hospital Privado de Niños de Fundación Hospitalaria creó la Asociación Argentina de Padres de Niños Prematuros (Apaprem), de la que hoy es presidente.

La entidad trabaja con la problemática que genera el nacimiento prematuro y crea un espacio significativo de contención y asesoramiento para padres y familiares de esos niños. Asimismo, en los últimos tiempos promovió un proyecto de ley en el Congreso de la Nación para que se amplíe la licencia por maternidad en caso de nacimiento prematuro.

"Los primeros días son los peores. Después, uno empieza a habituarse al lugar y a las caras de médicos y enfermeras, que terminan siendo personas en las que uno se apoya mucho", comenta Dana Stins.

Después de 103 días de internación, la beba de Dana, Meital, salió adelante. Sin duda, el estímulo de sus padres motivó la evolución. "Nuestra hija nació con 759 gramos, en la semana 31 de gestación, y con una cardiopatía que le significó dos operaciones. Por más contención que uno tenga, pasar por la neo es muy difícil. Lo peor es irse de la clínica sin tu bebe en brazos", agregó Stins.

Las mamás coinciden en que despedirse de su hijo cada noche es uno de los momentos más complicados y angustiantes. Dentro de este panorama, la Maternidad Sardá ofrece una residencia para madres, que prolonga la estada y afianza el contacto con los hijos. Muchas de estas mamás son adolescentes o pertenecen a familias desestructuradas, con situaciones socioeconómicas desfavorables, que agravan su condición.

Los resultados de las maternidades centradas en la familia resultan sorprendentes, aquí y en el resto del mundo. Está comprobado que, aun cuando los recién nacidos se encuentran en unidades de alta complejidad, el vínculo precoz con sus padres aumenta las posibilidades de supervivencia.

Preparar a los padres

En la actualidad, la función de la enfermera se transformó; no sólo asisten a los bebes internados y los cuidan como propios, sino que también educan a las familias y las preparan para el día después de la internación.

En 2007, un grupo de enfermeros advirtió que los padres dejaban las unidades neonatales con un sinfín de dudas que, a corto o largo plazo, se transformaban en un problema: la reinternación de sus hijos.

Así nació el programa Enfermeros por la Prevención que, como parte de las maternidades centradas en la familia, pretende educar con medidas preventivas sobre el cuidado de los bebes enfermos o nacidos antes de tiempo.

La educación se efectúa con metodología de taller, que se realiza durante la internación y se refuerza con el seguimiento en el consultorio. Se entrena a las familias para el cuidado del bebe luego del alta.

"Las enfermeras tomamos conciencia de que los padres se llevaban a sus hijos con muchas dudas y que se carecía de un espacio donde se les explicara la importancia de anticiparse a la infección", compartió Susana Espíndola, jefa de enfermería del servicio de la división de Neonatología del Hospital Materno Infantil Ramón Sardá y coordinadora del grupo de Capital Federal de Enfermeros por la Prevención.

Hoy, el grupo cuenta con más de 500 enfermeras capacitadas, integrantes de 46 hospitales de todo el país, y trabaja en forma planificada y sostenida bajo la coordinación y capacitación de la licenciada en enfermería Patricia Buffoni, gestora del proyecto.

El programa es individualizado según la población que asiste. En la Maternidad Sardá se ajusta a las culturas, razas y al alto porcentaje de madres adolescentes, lo que llevó a que los talleres también fueran dirigidos hacia los abuelos. Allí, el objeto de la red fue cumplido: en el último tiempo, el número de reingresos disminuyó sustancialmente.

Sin duda resulta fundamental que los equipos de salud estén atentos y descubran adónde están los focos de preocupación de cada familia en el momento de la internación, para así descubrir en qué aspectos los padres necesitan refuerzo informativo y formativo.

Contactos

No hay comentarios: