La aceleración de la vida moderna, las presiones familiares y sociales, a menudo se reflejan en el cuerpo bajo la forma de contracturas, acidez, gastritis, cefaleas y bruxismo (apretar las mandíbulas hasta desgastar las piezas dentales). Sin llegar a eliminar estos problemas, la actividad física actúa como una terapia preventiva ya que además de mantener el cuerpo saludable, ayuda a descargar tensiones y mejora el estado de ánimo.
"Hacer ejercicio alivia los síntomas, pero antes de comenzar con una rutina de gimnasia o deportes hay que tratar las contracturas con terapia kinésica", advierte el kinesiólogo y deportólogo Jorge Mastrángelo. "De lo contrario, si el paciente está muy contracturado y con dolor, forzar los músculos no hará sino agravar el problema", aclara el especialista que dirige el área de Entrenamiento y Rehabilitación Deportiva del Hospital Austral.
"El 80% de los pacientes con contracturas son mujeres de entre 20 y 45 años", señala el profesional. "Estas tensiones se producen a lo largo de la columna vertebral. Comienzan por el cuello y se trasladan hacia abajo, provocando cefaleas, vértigos, mareos, adormecimiento en dedos y manos, y otros síntomas", detalla.
Los hombres también llegan al consultorio, pero con otros síntomas: "el problema más frecuente en ellos es el bruxismo, una afección provocada por apretar los dientes y muelas en forma inconsciente durante la noche; y también problemas gástricos: acidez, gastritis y hasta úlceras gastrointestinales".
En ambos casos, el diagnóstico es el mismo: estrés. Y el primer paso es aliviar los síntomas, con medicación o tratamiento kinésico. "Hacer ejercicio sirve en una segunda fase para evitar nuevas contracturas", dice el kinesiólogo. Para ello, debe cumplir con dos condiciones: que implique esfuerzo físico al menos moderado, y que resulte divertido para la persona. "A muchos les gusta jugar al ajedrez, y con eso descargan tensiones, pero allí no hay actividad física. Tampoco sirve imponerse trotar tres veces por semana si esto nos aburre", aclara el médico.
"Hacer ejercicio alivia los síntomas, pero antes de comenzar con una rutina de gimnasia o deportes hay que tratar las contracturas con terapia kinésica", advierte el kinesiólogo y deportólogo Jorge Mastrángelo. "De lo contrario, si el paciente está muy contracturado y con dolor, forzar los músculos no hará sino agravar el problema", aclara el especialista que dirige el área de Entrenamiento y Rehabilitación Deportiva del Hospital Austral.
"El 80% de los pacientes con contracturas son mujeres de entre 20 y 45 años", señala el profesional. "Estas tensiones se producen a lo largo de la columna vertebral. Comienzan por el cuello y se trasladan hacia abajo, provocando cefaleas, vértigos, mareos, adormecimiento en dedos y manos, y otros síntomas", detalla.
Los hombres también llegan al consultorio, pero con otros síntomas: "el problema más frecuente en ellos es el bruxismo, una afección provocada por apretar los dientes y muelas en forma inconsciente durante la noche; y también problemas gástricos: acidez, gastritis y hasta úlceras gastrointestinales".
En ambos casos, el diagnóstico es el mismo: estrés. Y el primer paso es aliviar los síntomas, con medicación o tratamiento kinésico. "Hacer ejercicio sirve en una segunda fase para evitar nuevas contracturas", dice el kinesiólogo. Para ello, debe cumplir con dos condiciones: que implique esfuerzo físico al menos moderado, y que resulte divertido para la persona. "A muchos les gusta jugar al ajedrez, y con eso descargan tensiones, pero allí no hay actividad física. Tampoco sirve imponerse trotar tres veces por semana si esto nos aburre", aclara el médico.
Entrenar y mejorar la postura
Hace algunos años, la gente iba al gimnasio por una preocupación básicamente estética, y hoy lo hace más por una cuestión de bienestar. "Cada vez es mayor la tendencia hacia la gimnasia consciente, aquella que requiere una mayor concientización corporal, prestando atención a la respiración y la postura", señala el profesor de educación física Roberto "Bimbo" Milillo, gerente técnico de Body Systems, compañía que asesora a gimnasios. "Actividades como el Tai Chi y Pilates, que trabajan la movilidad, la flexibilidad y la postura, son muy demandadas. Claro que hay gente que por su vida sedentaria busca un mayor desgaste de energía, con actividades como body combat (una mezcla de artes marciales). Lo fundamental, dice Milillo, es que el ejercicio debe hacerse en forma regular y progresiva: Empezar dos veces por semana e ir creciendo en frecuencia e intensidad, según las posibilidades de cada uno.
No hay ejercicios buenos o malos, sino que todo depende de las condiciones de cada uno. Hay deportes que predisponen más que otros a las lesiones, "pero esto no se debe al deporte en sí mismo, sino a que se practica sin entrenamiento", apunta Mastrángelo. Por eso es fundamental hacerse un exámen de aptitud física antes de empezar el gimnasio (es obligatorio en la ciudad de Buenos Aires, así como en otros municipios del país). El chequeo básico debe incluir análisis de sangre, radiografía de columna y una ergometría de esfuerzo (medición de la capacidad cardiovascular).
En definitiva, el tipo e intensidad de la actividad física depende de las condiciones y gustos de cada persona. Para alguien muy sedentario, una caminata a paso rápido estará bien. Para quienes están más entrenados, necesitarán algún deporte que exija mayor desgaste físico. En el caso de los varones, Mastrángelo recomienda el fútbol, básquet, boxeo o artes marciales; para las mujeres gimnasia, o cualquier tipo de baile: salsa, merengue o tango. Los beneficios son incontables.
María Gabriela Ensinck
Recuadro: Los Sí y los No de la actividad física
Hace algunos años, la gente iba al gimnasio por una preocupación básicamente estética, y hoy lo hace más por una cuestión de bienestar. "Cada vez es mayor la tendencia hacia la gimnasia consciente, aquella que requiere una mayor concientización corporal, prestando atención a la respiración y la postura", señala el profesor de educación física Roberto "Bimbo" Milillo, gerente técnico de Body Systems, compañía que asesora a gimnasios. "Actividades como el Tai Chi y Pilates, que trabajan la movilidad, la flexibilidad y la postura, son muy demandadas. Claro que hay gente que por su vida sedentaria busca un mayor desgaste de energía, con actividades como body combat (una mezcla de artes marciales). Lo fundamental, dice Milillo, es que el ejercicio debe hacerse en forma regular y progresiva: Empezar dos veces por semana e ir creciendo en frecuencia e intensidad, según las posibilidades de cada uno.
No hay ejercicios buenos o malos, sino que todo depende de las condiciones de cada uno. Hay deportes que predisponen más que otros a las lesiones, "pero esto no se debe al deporte en sí mismo, sino a que se practica sin entrenamiento", apunta Mastrángelo. Por eso es fundamental hacerse un exámen de aptitud física antes de empezar el gimnasio (es obligatorio en la ciudad de Buenos Aires, así como en otros municipios del país). El chequeo básico debe incluir análisis de sangre, radiografía de columna y una ergometría de esfuerzo (medición de la capacidad cardiovascular).
En definitiva, el tipo e intensidad de la actividad física depende de las condiciones y gustos de cada persona. Para alguien muy sedentario, una caminata a paso rápido estará bien. Para quienes están más entrenados, necesitarán algún deporte que exija mayor desgaste físico. En el caso de los varones, Mastrángelo recomienda el fútbol, básquet, boxeo o artes marciales; para las mujeres gimnasia, o cualquier tipo de baile: salsa, merengue o tango. Los beneficios son incontables.
María Gabriela Ensinck
Recuadro: Los Sí y los No de la actividad física
Para hacer ejercicios mientras está frente a su computadora: http://www.saludypc.com/
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